Hoy no es el día de Astrid, ya que se ha vuelto a tropezar, parece ser que tiene mucho en la cabeza y no está centrada en lo que debe. Le digo que me espere en mi oficina mientras estoy en la junta, paso a lado de Rose y le digo que lleve café a la sala de reuniones.Durante la junta, no puedo dejar de ver mi reloj de mano, llevo una hora aquí sentado y Astrid ya debe de estar aburrida de esperar, no es que yo me la esté pasando de maravilla aquí metido, en especial porque no están diciendo nada nuevo. Una vez que tenemos todos los puntos abarcados y hemos tenido un acuerdo mutuo en cuanto a las siguientes inversiones, por fin me puedo ir.Casi con desesperación abro la puerta de mi oficina, pero no encuentro a Williams esperándome, le he preguntado a Rose donde se ha ido y ella me dijo que estaba en el baño y que acaba de regresar, resoplo con fuerza y cierro la puerta con fuerza, camino hacia mi escritorio y me tumbo sobre mi sillón, tomo mi teléfono y llamo a Astrid.La línea suena
Unas lágrimas se deslizan por sus mejillas, parecen pequeñas perlas, siento el impulso de tomar su rostro entre mis manos y besarla, decirle que... un carajo.... nada de lo que diga va a cambiar, ella ve esto como un simple contrato y nada más. Su persistente mirada me deja sorprendido.—Dígame, señor Baker ¿Tanto disfrutaba de la compañía de Rose que se olvidó de mí? — Sus palabras son tan amargas que me cuesta creer que provengan de ella.Ese tono de voz me desagrada, lo odio... me parece tan irritante que no puedo evitar curvar los labios, en estos momentos la desconozco por completo, no escucho ni veo a la Astrid con la que he convivido los últimos meses, tan dulce y tierna, ahora mismo solo veo a una mujer despechada y celosa.—Así que me viste— Es lo único que se me ocurre decirle a esta mujer, me siento muy decepcionado... al parecer, mi madre por fin se ha equivocado.—Quiero saber.... — Murmura con delicadeza, trayendo por unos instantes a Mi Astrid de regreso —No, EXIJO sabe
Carajo, mañana es su cumpleaños ¿¡Que se supone que haga ahora?! La he cagado, de eso no hay duda, pero no iba a permitir que ella se quiera salir con la suya, supongo que no me va a quedar de otra que obligarla a estar conmigo todo el día de mañana, justo lo que no quería hacer. El camino de mi oficina al estacionamiento es en completo silencio o al menos todo el silencio que se pueda, ya que Tris no deja de soltar pequeños sollozos que trata de ahogar tapándose la boca.De regreso en el departamento, me voy directo al cuarto a darme una ducha, necesito despejar mi mente, todavía sigo demasiado confundido y enojado. Apenas el agua toca mi cuerpo, siento como mis preocupaciones empiezan a abandonarme, que alivio. Mi relajación se ve interrumpida por los suaves y tímidos golpes de Astrid, quien me habla del otro lado de la puerta.—S-Señor Baker— Murmura con suavidad. —Mañana.... mi amiga me invitó a salir mañana ¿Puedo ir?Astrid.Me encuentro temblando en mi lugar, las cosas entre él
Me quedé un rato más y después me fui al punto de encuentro con mi amiga, estoy muy nerviosa y ansiosa por saber que me ha preparado, ella siempre tiene algo nuevo para sorprenderme.Llego al lugar y me encuentro con Marian junto con nuestras amigas en común; las cuatro nos llevamos bastante bien, pero con la que estoy más apegada es a ella. Todas estamos emocionadas y expectantes, pero ella solo se ríe y nos dice que no comamos ansias.En eso, un auto lujoso aparca enfrente de nosotras, ella me guiña el ojo, parece ser que su Suggar también le tiene puesto un chofer, las otras dos se ven muy, pero muy deslumbradas. No cuestionan ni dicen ni una palabra, simplemente se suben al auto, para mi gran sorpresa, ella le dice al chofer que vaya al Delirio Rojo.—¿Dónde sacaste pases para ese lugar?—No les voy a decir, pero espero aprecien el enorme esfuerzo que he puesto para conseguirlos.¿Qué es lo peor que puede pasar? Voy a estar en el bar de Derek, con mis amigas, bebiendo y divirtiénd
—¿Si? — Se le escucha un poco distraído y ronco. —Señor Baker, quería saber... ¿Quiere venir a Delirio Rojo? Estamos mis amigas y yo aquí celebrando. Un gruñido es lo único que recibo como respuesta para después cortar la llamada, alejo mi teléfono de mi oído y veo que él me ha colgado, al parecer no tiene ganas de salir, me pone triste su reacción, pero tampoco puedo hacer nada. Me encojo levemente de hombros y regreso a la pista de baile con mis amigas. Llevamos mucho tiempo aquí, mi ropa está empezando a empaparse de sudor, me siento en una increíble euforia, la música, las luces, todo en el ambiente es perfecto para olvidar los problemas, lo que sería la cereza del pastel es... tener a Derek conmigo. Me dejo llevar por la música y el alcohol que corre por mi cuerpo, es la primera vez que puedo decir en plenitud que estoy disfrutando mucho de estar en el club. Dejé que mis emociones me domine por completo y he olvidado que estoy en una pista de baile con muchas personas a mi alr
—Astrid, recuerda que tienes un contrato. —Tranquila Mari, mi amo me dijo que podía divertirme hoy y que, si me acostaba con alguien, debía tener cuidado. Abre los ojos de par en par, le he dicho que tengo una excelente relación con mi comprador y que, de hecho, es un hombre bastante flexible. Suspira de alivio y relaja los hombros dejándolos caer, me dice que tengo demasiada suerte y que se siente más tranquila sabiendo esto. No me gusta mentirle, pero es parte de toda esta parafernalia, ni ella ni yo podemos revelar la identidad de nuestros amos, en especial yo, seria todo un escándalo que esto se sepa. Nos refrescamos y regresamos a la mesa, a lo lejos veo que mis amigas están hablando con Derek, verlo tan relajado y despreocupado, es algo completamente nuevo para mí, siempre esta serio con la mirada puesta en su ordenador o mirando su reloj de pulsera para saber si ya es hora de su junta y su mirada fría y distante es el toque final para su conjunto de hombre empresario y podero
Derek.No sé cuánto tome ayer, pero debió de ser bastante porque he despertado con una maldita resaca tan insoportable, que he optado por no ir a la oficina hoy, no soportaría escuchar los tacones de Rose ni su voz.Miro el techo por un tiempo tratando de recordar que fue lo que pasó anoche, pero lo último que se me viene a la mente es la llamada de Astrid diciéndome que, si quería unirme a ella y sus amigas en el Delirio Rojo, colgué la llamada y me bebí dos vasos más de wiski ¿O fueron tres? No logro recordar cuantas más tomé y me fui a verla, también recuerdo haber entrado y tomar dos cervezas... luego todo se vuelve confuso y caótico.Froto mi rostro con fuerza al tiempo que resoplo, luego trato de levantarme, pero no puedo, así que bajo la mirada y me encuentro completamente desnudo en medio de mi sala y con una chica acostada sobre mi pecho... no, no es una chica, es Mi Astrid quien descansa plácidamente sobre mí. Suspiro de alivio al saber que al menos en esta ocasión no desper
Mientras desayuno, mi teléfono suena, antes de contestar reviso de quien se trata. Una mueca de confusión se dibuja en mi rostro al ver que es mi hermana quien me está llamando, antes de que conteste, me llegan miles de mensajes de Rayan, luego me llegan otros de mi madre y de Mateo.—¿¡Que mierda está pasando?!Me llegan tantas notificaciones que no entiendo ni un carajo, contesto rápido la llamada de Diana, que me grita apenas pongo mi oído sobre la bocina, habla tan rápido que no entiendo que dice, resoplo con fuerza y le digo que se tranquilice y que me explique qué sucede.—¡Eres un maldito hijo de puta! — Escucho a la distancia.—Cuidado con lo que dices, que compartimos madre, Mateo.—¡Eres un enorme mentiroso! — Grita Diana a todo pulmón. —¡Dijiste que no había nada!—¿Se puede saber qué ocurre? Me estoy recién levantando y no entiendo ni una mierda de lo que están hablando, así que cálmense y explíquenme que ocurre.—¡Revisa todos los mensajes que te he enviado!Hago lo que m