Capítulo 7LA ACTUALIDADSIENNANo puedo creer lo estúpida e imprudente que fui. ¿Cómo pude dejar que me besara? Cada vez que recuerdo ese momento, un escalofrío de culpa recorre mi espalda. —¡Ay, esto es genial! —exclamo en voz alta, como si esas palabras pudieran enmascarar mi tormento interno.—¿Teniendo un mal día? —Ian interrumpe mis pensamientos mientras entra en el cuarto de servicio donde suelo dejar mis cosas. Su presencia es un alivio, un pequeño destello de normalidad en un mundo que parece estar desmoronándose a mi alrededor.—Algo. Quemé al jefe con un poco de café. —¡Auch! Eso debió doler. —Como no te imaginas —suelto un suspiro de cansancio, la presión del día aplastando mi pecho como una pesada losa. —Tranquila, no creo que te despida por eso —dice, y en otro momento, eso habría sido un consuelo.Pero ahora el pensamiento de renunciar se cierne sobre mí como niebla espesa. Si no me despide por eso, renunciaré yo misma. No puedo seguir así, con la sombra de Corb
Capítulo 8SIENNA—Lo sé, Corbin. Es solo que él dijo que le diéramos un par de días más para pagarte. —No, no. Las cosas no funcionan de esa manera. ¡Aquí quién no paga hay que recordarle porque no deben meterse donde no deben! ¿O tengo que encargarme yo mismo? —No señor, yo me encargo enseguida. —Un día John, un día no más. Ahora dime, ¿ya organizaste la carrera de mañana? —Sí claro, eso ya está súper listo. ¿Por qué? —Quiero que prepares a Katy para mañana. —¿En serio lo hará? Usted nunca se involucra en esas cosas. —Solo será por diversión nada más. —Ok. Bueno, ya es hora de irme, nos vemos mañana.—Recuérdalo, John. Solo un día más. No damos segundas oportunidades.—Si, señor.Me retiré rápidamente antes de que Corbin pudiera escucharme. La conversación que acababa de ser testigo me dejó en un mar de dudas. ¿Sobre qué demonios estaban hablando? Justo en ese momento, cada palabra resonaba en mi mente, como un eco divagante que se negaba a desvanecerse. Sentí una me
Capítulo 9CORBINEstaba tan malditamente molesto por todo lo que estaba pasando. Las carreras de motos ya no me estaban produciendo tanto dinero como antes, gracias a los malditos policías que cada vez se volvían más pesados, poniendo en riesgo no solo mi negocio, sino toda la dinámica del underground. Mi mundo se había vuelto un caos, y en el fondo lo sabía: los tiempos de gloria se desvanecían.Tenía a Ben otra vez sobre mí, presionándome para que aceptara hacer el último encargo. Después de esto, podría retirarme, y mi deuda con él se saldarían. Mi trabajo no era fácil, porque conlleva muchos enemigos con los que lidiar, y el riesgo siempre estaba a la vuelta de la esquina. Con cada misión, la tensión aumentaba, y el filo de la navaja por el que caminábamos se volvía más y más agudo.Este sería mi último trabajo para mi viejo amigo Ben. Él me enseñó todo lo que sé, cuidó de mí cuando me encontró en las frías calles muriendo de hambre. Desde entonces he estado con él, pero ya era h
CAPÍTULO 10SIENNA¿Cómo rayos iba a hacer para que Corbin no viera a mis padres?«Piensa, Sienna, piensa.»Saco mi móvil del bolso y le envío un mensaje a mi madre.—¿Mamá, quién está contigo en la clínica? —presiono enviar y, unos segundos después, obtengo su respuesta.—Tu padre, pero ya tiene que irse. Y Ava. —Genial, Corbin no la conocía a ella.Le escribo otra vez.—Necesito que tú y mi padre vayan a la cafetería y me esperen ahí. Corbin ha decidido llevarme y no quiero que los vea, él aún no sabe nada. Dile a Ava que me espere fuera de la clínica. Ya estoy llegando.—Está bien. Pero tú y yo hablaremos, jovencita.No respondo, pues sé de qué tenemos que hablar, y sé que tiene razón. Pero no creo que este sea el mejor momento.—Llegamos —dice Corbin. Levanto la vista y ahí está Ava.—¿Ves aquella chica de cabellos rubios y un tanto desaliñados?—Sí.—Para junto a ella. Es mi amiga, lleva rato esperándome.—Pero... pensé que tus padres estarían aquí —él hace lo que le pido y se de
Capítulo 11CORBINMe parecía totalmente irónico el maldito destino. Justo cuando llego a mi oficina, ella renuncia y encuentro a Ben sentado en uno de mis sillones, con dos sobres amarillos sobre mi escritorio. Uno de ellos me diría quién sería mi próximo objetivo; el otro, que debió dejarlo John, me diría quién era Maddie. Después de un largo día con ella, lo menos que deseaba era abrir aquel maldito sobre.—Qué bueno verte, hijo —me saluda Ben al entrar.—Lo mismo digo. Imagino que ya está todo listo para mi próximo trabajo.—Oh, sí. Ahí lo tienes.—Este será el último, Ben, recuérdalo. Quiero continuar con mi vida y hacer algo bueno por una vez en mi puta existencia.Ben ríe a carcajada. Era un tipo alto, de tez bronceada y musculoso, con ojos verdes. Su cuerpo estaba lleno de tatuajes que ocultaba bajo un traje de tres piezas negro. La barba que llevaba le daba un aspecto atemorizante para los que no lo conocían.—Y lo harás, muchacho. Tienes mi palabra. Sabes que nunca falto a e
CAPÍTULO 12CORBIN.Agarro el otro sobre que no contenía nombre, pues no hacía falta. Leo quién es mi próximo objetivo: Oh, maldición, esto tenía que ser una broma de Ben. ¿Cómo demonios iba a matarlo, y sin ninguna explicación?Saco el móvil de mi vaquero y marco su número, necesitaba saber el porqué de esto.—¿Qué pasó, muchacho? —contesta Ben, con su voz cargada de desenfado.—Ben, creo que hay algún error con respecto a quién debo matar. —¡Jajaja! Yo creo que no. ¿Qué pasa, Corbin? Tú sabes que yo nunca tengo errores. —Entonces tienes que darme una buena explicación de por qué voy a matar a este sujeto. No puedo hacerle esto, hombre.—A la que te mintió y se metió en tu vida sin decir nada. De tal palo, tal astilla. —¡Me importa una mierda! No le haré daño. No la haré sufrir... ¿Ahora dime qué tiene que ver él contigo? —Mucho, tiene que ver mucho. Tú sabes muy bien que nadie se puede meter en mi mundo y luego pretender robarme y salir ileso de todo.—No, Ben, sabes que yo no m
CAPÍTULO 13 SIENNASalgo lo más rápido que puedo de este lugar. Me da pesar no poder despedirme de Ian, pero le enviaré un mensaje a su móvil más tarde. Corro hasta mi auto y me subo en él; arranco el motor sin mirar atrás. Una vez más, me alejo del hombre que amo y, aunque la emoción me embarga, las lágrimas pican en mis ojos, amenazando con derramarse en cualquier momento. Debo ser fuerte y resistir, al menos por ahora...Manejo sin rumbo fijo, buscando aclarar mis ideas. Me alegra saber que Ava está en casa cuidando de Eric; no puedo permitir que él me vea en este estado de vulnerabilidad. Mientras acelero, decido llamarla y contarle todo lo que ha ocurrido. Al segundo repique, ella contesta.—¿Y? ¿Cómo te fue? —es lo primero que me dice, intriga evidente en su voz. —Lo sabe. Sabe la verdad —suelto, sin más preámbulo, sin saber muy bien cómo más explicarlo. —Cuando dices que sabe la verdad, ¿quieres decir que sabe todo? —No. Por supuesto que no. Pero sí sabe quién soy. Sabe
CAPITULO 14CINCO AÑOS ANTESSIENNA—Me voy de viaje —dice mirando el frente de su casa desde el porche de la misma, apoyando los antebrazos en la barandilla. Sin querer hacer contacto visual conmigo. Sabía que odiaba cuando tenía que marcharse.—¿Otra vez? Y, ¿esta vez me dirás a donde te vas? —sabía que era tonto preguntar, pues nunca me lo diría. Siempre se va por más de quince días.—Amor...—comienza a decir.—No, está bien, entiendo. De verdad. Son cosas de trabajo —Lo corto. Se voltea y toma mi cara entre sus fuertes manos.—Joder, sabes que te amo más que a mi jodida vida. Así que no quiero que esta hermosa cabecita tuya piense que tengo a otra en alguna parte. Porque mi corazón solo te pertenece a ti, ¿entendido? —asiento un par de veces con la cabeza entre sus manos.—¡Respóndeme! ¿Lo has entendido? —su mirada es de pura ira contenida, pero, ¿De qué va esto? No he dicho nada malo. Su agarre se vuelve más fuerte.—Me... me lastimas.—¡Maldita sea! Lo siento. Pero es que no qu