CAPÍTULO 54SIENNA—Ok, entiendo. No, no te pedí que vinieras para hablar del pasado. —Había pasado días llorando la muerte de Ryan, aunque no se lo merecía por atentar contra la vida de Eric—: Quería que habláramos de nosotros, Benjamín. Hablé con mamá y me dice que hay un 90% de seguridad de que seas mi padre biológico.—¿90%? —parece sorprendido.—Sí. El otro 10% son mis dudas. No lo tomes personal, Ben, pero después de todo lo que pasó, es normal que existan ciertas dudas. Así que...—¿Quieres realizar una prueba de ADN? —No era una pregunta, pero de todos modos respondí.—Sí.—Bien. Creo que, viendo las circunstancias, ambos nos merecemos eso, pero si resultas ser mi hija, ¿entonces qué? —Esa era una pregunta que me había estado haciendo mucho últimamente.—No diré que quiero recuperar el tiempo perdido, porque eso es imposible, pero sí me gustaría darnos una oportunidad a ambos para conocernos, ¿si estás de acuerdo? —Ben toma otro trago de su cerveza, tomándose su tiempo en resp
CAPÍTULO 55SIENNA—Lo sé. Pero las personas no actúan o piensan como uno quisiera. Si no todos fuéramos iguales...—Cierto —responde él.—Sienna —me llama.—¿Sí? —lo miro, pero él no parece prestarme atención; su mirada está perdida en algún punto de la sala.—Yo amaba a tu madre. Si ella me hubiera dicho que estaba embarazada de mí, juro que me hubiera hecho cargo de ambos.—¿La amabas? —pregunto, sintiendo que la pregunta es válida—. Hablas del pasado y, sin embargo, siento que aún la amas.—Ella me traicionó, y eso es algo que aún me duele.—Estás muy seguro de ser mi padre.—Porque lo soy.—Está bien —le digo, ya no estoy dispuesto a seguir discutiendo sobre eso.Una hora después, nos entregaron los resultados del ADN. Ben, sin tiempo que perder ni darle suspenso a la escena, abre el sobre y lee. Mi corazón martillea de los nervios. De pronto, una leve sonrisa se asoma en la comisura de sus delgados labios. Entonces, todo el aire que había estado conteniendo sale expulsado de mis
Capítulo 56SIENNA—Tienes razón, Corbin, esto es asunto de ellos —le digo mientras me vuelvo hacia la cocina, con el corazón en la garganta. Por un segundo había olvidado el enorme cambio que ha dado mi cuerpo, el cual escondo con un jersey ancho para el frío. ¿Y si ya se dio cuenta y por eso está aquí? Ben, sin duda alguna, tuvo que haberlo notado. Al terminar de preparar la comida, escucho la conversación breve entre Ava y Corbin.—Ella tiene razón, no es mi problema, pero son mis mejores compañeros y amigos. A Messi le gustaba, o le gusta, Natasha, pero ella, como ya sabes, no le gustan los hombres. Mi consejo es que hables con ellos dos, porque si desde un inicio accedieron a esta relación de poliamor, hazles saber que no vas a escoger entre los dos. O son los dos o ninguno; créeme, Messi funciona bajo presión.—¿Y si deciden no aceptar? ¿Y si pierdo a uno o a ambos?—Ava, la respuesta es clara. Si eso sucede, es que no eres lo suficientemente importante para ninguno de ellos. No
CAPÍTULO 57SIENNAAlgo extraño dentro de mí se aprieta al ver esa escena tan... tan... erótica. No puedo apartar los ojos de los tres que se mueven como si fueran uno solo. Nat juega con el interior de Ava, Messi baja su vestido, sacándole un seno y se lo ofrece a Nat, quien se lo lleva a la boca y lo amamanta. Messi la vuelve a besar, tragándose su gemido. Entonces, Natasha se levanta y se arrodilla entre las piernas de Ava, quitándole las bragas. Las deja a un lado y le abre bien las piernas, mirando el coño de mi amiga y luego su cara embriagada de placer. —Tan jodidamente hermosa y perfecta. Y toda nuestra —dice Nat, acercándose y enterrando su cara entre sus piernas, comiéndole el coño.—Maldición, eso es caliente, Nat. Si tan solo... olvídalo —Messi se corta y vuelve a besar a Ava, pero ella se separa y los mira a ambos.—¿No podrían hacer una excepción, por mí? —Messi y Nat se miran. —Mierda, más te vale que sea bueno —le dice Nat a Messi. Él sonríe de emoción, inclinándose
CAPÍTULO 58SIENNA—Joder, es hermosa —mira mi barriga con tanta devoción que mi corazón se oprime—. ¿Seré padre otra vez? —me mira, sus ojos rojizos llenos de lágrimas no derramadas aún, con el azul resaltando aún más. Asiento, sin saber cómo interpretar su reacción, y de repente, en dos zancadas, está arrodillado frente a mí, rodeando mi cintura y acercando su cara a mi barriga—. Cásate conmigo, Sienna.—Co-Corbin, no tienes que casarte conmigo solo porque esté embarazada.—No lo estoy haciendo por eso; lo hago porque quiero que seas malditamente mía. Quiero que tú, Eric y este bebé lleven mi jodido apellido.... Se que eso sería muy extraño, ya que es el apellido de tu padre, pero tú no llevas su apellido y... —Era eso lo que siempre había querido: casarme con él y vivir juntos para siempre.—Sí —susurro con la voz temblorosa por la emoción.—¿Qué has dicho? —me pregunta desde abajo, besando mi vientre.—Que sí. Me casaré contigo, Corbin. No importa lo de los apellidos. Solo quiero
CAPÍTULO 59SIENNA—¿Qué le sucedió? —pregunto con curiosidad. —Su madre decidió un día dejarme sin ningún motivo y desapareció. Nunca supe que estaba embarazada de mí hasta 18 años después, cuando por fin logré encontrarla. Para entonces, el daño ya estaba hecho; Amanda había sido violada varias veces por su padrastro, su madre había muerto de una sobredosis y ella fue criada en casa por ese tipo. Cuando llegué, no pude hacer más que llevarla conmigo lejos de Nueva York. —Dios mío, papá —dije, conmovida, dejándome caer en el borde de la cama. Ahora entendía por qué había dicho aquel día que no tenía suerte con las mujeres que llegaban a su vida—. Es horrible. Pero, ¿por qué buscaste a su madre si no sabías del embarazo? —Porque unos meses después de que ella me dejó, unos conocidos míos la vieron con un bebé, así que quise saber cuáles eran las posibilidades, ya que mi cuenta no me fallaba. Y, Sienna, esa cuenta no me falló. Amanda es tan hija mía como lo eres tú. —Asentí, trat
EPÍLOGOCORBIN. DIEZ AÑOS DESPUÉS.Si me hubieran dicho hace unos años que me convertiría en un hombre responsable, estable y padre de tres maravillosos hijos, me habría reído durante horas. Y si me hubieran mencionado que todas esas horas en el gimnasio para mantener un cuerpo en forma, con abdominales bien marcados, terminarían siendo la almohada de una pequeña y frágil personita, me habría reído durante días.Ahora, la verdad es que estoy exactamente donde me encanta estar: viendo a mi pequeña Emma, de dos años, dormir con la cabeza apoyada en mi estómago. Ese se ha convertido en su lugar favorito para tomar una siesta cada tarde. Y yo, sin importar dónde estuviera, debía correr a casa para disfrutar de este momento maravilloso con ella. Era tan malditamente hermoso ver cómo alguien tan pequeña y delicada confía plenamente en mí para dormir, sabiendo que la protegeré. Esta era la diferencia entre ella y sus hermanos, Eric y Ethan; a ellos les gustaba dormir con Sienna, pero a Emma
Capítulo 1LA ACTUALIDADSIENNAPensar que las cosas podrían ser peores era quedarse corto. Aquí estaba yo, tratando de alcanzar una estantería para colocar los nuevos vasos de vidrio que habían llegado; nunca pensé que mi estatura (1.60) llegaría a ser un problema hasta ahora. Tara, la gerente del lugar, me había asignado organizar todo el bar, aunque sentía que lo hacía más que todo por venganza; aunque desconocía el motivo. Llevaba trabajando en el nuevo restaurante casi un mes y me había mudado de San Diego a San Francisco alrededor de un mes y medio. Los días eran agitados, y cada día me esforzaba para adaptarme a este nuevo entorno. El restaurante se había abierto recientemente, y aunque parecía tener éxito, la presión del trabajo era abrumadora. Cada vez que me cruzaba con Tara, se notaba que estaba estresada; sus ojos reflejaban la preocupación y la carga que llevaba. Me preguntaba si alguna vez sería capaz de lidiar con todo ese estrés, siendo nueva en la ciudad.—Baja de ah