Capítulo 11CORBINMe parecía totalmente irónico el maldito destino. Justo cuando llego a mi oficina, ella renuncia y encuentro a Ben sentado en uno de mis sillones, con dos sobres amarillos sobre mi escritorio. Uno de ellos me diría quién sería mi próximo objetivo; el otro, que debió dejarlo John, me diría quién era Maddie. Después de un largo día con ella, lo menos que deseaba era abrir aquel maldito sobre.—Qué bueno verte, hijo —me saluda Ben al entrar.—Lo mismo digo. Imagino que ya está todo listo para mi próximo trabajo.—Oh, sí. Ahí lo tienes.—Este será el último, Ben, recuérdalo. Quiero continuar con mi vida y hacer algo bueno por una vez en mi puta existencia.Ben ríe a carcajada. Era un tipo alto, de tez bronceada y musculoso, con ojos verdes. Su cuerpo estaba lleno de tatuajes que ocultaba bajo un traje de tres piezas negro. La barba que llevaba le daba un aspecto atemorizante para los que no lo conocían.—Y lo harás, muchacho. Tienes mi palabra. Sabes que nunca falto a e
CAPÍTULO 12CORBIN.Agarro el otro sobre que no contenía nombre, pues no hacía falta. Leo quién es mi próximo objetivo: Oh, maldición, esto tenía que ser una broma de Ben. ¿Cómo demonios iba a matarlo, y sin ninguna explicación?Saco el móvil de mi vaquero y marco su número, necesitaba saber el porqué de esto.—¿Qué pasó, muchacho? —contesta Ben, con su voz cargada de desenfado.—Ben, creo que hay algún error con respecto a quién debo matar. —¡Jajaja! Yo creo que no. ¿Qué pasa, Corbin? Tú sabes que yo nunca tengo errores. —Entonces tienes que darme una buena explicación de por qué voy a matar a este sujeto. No puedo hacerle esto, hombre.—A la que te mintió y se metió en tu vida sin decir nada. De tal palo, tal astilla. —¡Me importa una mierda! No le haré daño. No la haré sufrir... ¿Ahora dime qué tiene que ver él contigo? —Mucho, tiene que ver mucho. Tú sabes muy bien que nadie se puede meter en mi mundo y luego pretender robarme y salir ileso de todo.—No, Ben, sabes que yo no m
CAPÍTULO 13 SIENNASalgo lo más rápido que puedo de este lugar. Me da pesar no poder despedirme de Ian, pero le enviaré un mensaje a su móvil más tarde. Corro hasta mi auto y me subo en él; arranco el motor sin mirar atrás. Una vez más, me alejo del hombre que amo y, aunque la emoción me embarga, las lágrimas pican en mis ojos, amenazando con derramarse en cualquier momento. Debo ser fuerte y resistir, al menos por ahora...Manejo sin rumbo fijo, buscando aclarar mis ideas. Me alegra saber que Ava está en casa cuidando de Eric; no puedo permitir que él me vea en este estado de vulnerabilidad. Mientras acelero, decido llamarla y contarle todo lo que ha ocurrido. Al segundo repique, ella contesta.—¿Y? ¿Cómo te fue? —es lo primero que me dice, intriga evidente en su voz. —Lo sabe. Sabe la verdad —suelto, sin más preámbulo, sin saber muy bien cómo más explicarlo. —Cuando dices que sabe la verdad, ¿quieres decir que sabe todo? —No. Por supuesto que no. Pero sí sabe quién soy. Sabe
CAPITULO 14CINCO AÑOS ANTESSIENNA—Me voy de viaje —dice mirando el frente de su casa desde el porche de la misma, apoyando los antebrazos en la barandilla. Sin querer hacer contacto visual conmigo. Sabía que odiaba cuando tenía que marcharse.—¿Otra vez? Y, ¿esta vez me dirás a donde te vas? —sabía que era tonto preguntar, pues nunca me lo diría. Siempre se va por más de quince días.—Amor...—comienza a decir.—No, está bien, entiendo. De verdad. Son cosas de trabajo —Lo corto. Se voltea y toma mi cara entre sus fuertes manos.—Joder, sabes que te amo más que a mi jodida vida. Así que no quiero que esta hermosa cabecita tuya piense que tengo a otra en alguna parte. Porque mi corazón solo te pertenece a ti, ¿entendido? —asiento un par de veces con la cabeza entre sus manos.—¡Respóndeme! ¿Lo has entendido? —su mirada es de pura ira contenida, pero, ¿De qué va esto? No he dicho nada malo. Su agarre se vuelve más fuerte.—Me... me lastimas.—¡Maldita sea! Lo siento. Pero es que no qu
CAPÍTULO 15CINCO AÑOS ANTESSIENNA—Yo también lo he disfrutado mucho. —Está serio y pensativo—. ¿Quieres que acabemos este día aún mejor?¡Ay, Dios! —Sí —jadeo.—Ven aquí.Doy un paso adelante, le pongo las manos en el pecho de acero y levanto la cabeza para buscar su mirada. Pasamos unos instantes en silencio, contemplándonos, antes de que sus labios tomen los míos y me catapulten al instante a mi lugar favorito del universo, Corbin.Hacer el amor con Corbin es realmente fantástico, aunque a veces es un poco exigente y controlador, pero lo amo a sí mismo. Todo de él.Corbin toma mi trasero entre sus manos y me alza para que envuelva mis piernas alrededor de su cintura, y eso hago. Me agarro a él cuando me levanta y me apoya contra su cuerpo. Nuestras lenguas entrelazadas se acarician despacio. Me lleva a la cama, se tumba encima de mí y me coloca las manos por encima de la cabeza. No me las sujeta, pero sé que es ahí donde quiere que las deje.Abandona mi boca y se sienta. Me mira
Capítulo 16CINCO AÑOS ANTES.SIENNA.—Todavía no, pequeña —me dice con dulzura, y aprieta con fuerza en su embestida.Trato de concentrarme todo lo que puedo, pero con Corbin besándome con tanta delicadeza, la verdad es que va a costarme. Le clavo las uñas en la espalda, es una señal sin palabras de que ya me encuentro cerca y que no podré aguantar mucho más. Gruñe, me muerde el labio y empuja hacia adelante. —Juntos —masculla contra mi boca.Asiento y aumenta la intensidad de sus arremetidas para acercarnos a ambos al éxtasis supremo. —Ya casi estoy, nena —gime. —¡Corbin!—Espera. Espera un poco —dice con suavidad, y se clava una vez más dentro de mí, ejecutando una rotación tan profunda con las caderas que me resulta deliciosamente dolorosa. Los dos gritamos.—¡Ahora!Sale y vuelve a entrar, más fuerte. Me libero. Noto que palpita y tiembla dentro de mí mientras ambos engullimos los gemidos del otro y nos entregamos al placer. Siento que descendemos en una caída apacible y p
CAPÍTULO 17 CORBIN—¿Qué demonios se supone que deba hacer? ¿Ir y obligarla a que me dé respuestas, cuando yo fui el que la dejó en primer lugar? ¿Y luego qué? ¿Decirle: “Oye, tengo que matar a tu padre, no es nada personal”? —me paso las manos por el pelo y me tiro de ellos con frustración. Cojo la lámpara de mi escritorio y la lanzo contra la pared. Estoy muy cabreado.—A ver, muchacho, cálmate en primer lugar. No vas a conseguir nada destrozando la oficina. —Suspiro y giro a verlo. Ya le había hecho un agujero a la puerta y destrocé las cortinas de las ventanas. —¿Ya has intentado hablar con ella? —Bajo la cabeza y niego al tiempo que doy un suspiro derrotado. —No, John. No he hablado con ella aún. Dije que le daría tiempo.—¿Cuánto tiempo es tiempo para ti?—No lo sé. Un par de semanas, quizás.—O sea, le estás dando el tiempo suficiente para escapar. Ahora, mi pregunta es: ¿cuánto tiempo tienes tú para tu última misión? —Me había olvidado de eso, esto se pone cada vez peor. P
CAPÍTULO 18CORBIN—Ayudarte, así que sube e indícame dónde debo estacionarlo.Justo cuando va a protestar, su móvil suena. Mira la pantalla antes de contestar.—Hola... sí, ya estamos aquí.Se hace el silencio mientras la otra persona habla.—No he podido contestar el teléfono fijo porque aún no estoy en el apartamento. Tuve un... contratiempo. Nada de qué preocuparse.Camina de un lado a otro mientras se enrolla un mechón de su cabello en el dedo índice.—Lo sé. Está bien. También te quiero.Silencio.—Vamos, Graham, sabes que sí. Es solo que ahora estoy ocupada.¿Quién diablos era Graham? ¿Y por qué ella lucía tan nerviosa? ¿Acaso es el papá de Eric?—Eric está dormido y tengo que llevarlo a la cama... sí, de acuerdo, nos vemos la semana que viene... claro, ahí estaré. Besos, te quiero.Termina la llamada y voltea a verme. Frunzo el ceño y entrecierro los ojos, lanzándole una mirada asesina. Aprieto el volante con tanta fuerza que los nudillos se me ponen blancos. Estoy tan cabread