Capítulo 16CINCO AÑOS ANTES.SIENNA.—Todavía no, pequeña —me dice con dulzura, y aprieta con fuerza en su embestida.Trato de concentrarme todo lo que puedo, pero con Corbin besándome con tanta delicadeza, la verdad es que va a costarme. Le clavo las uñas en la espalda, es una señal sin palabras de que ya me encuentro cerca y que no podré aguantar mucho más. Gruñe, me muerde el labio y empuja hacia adelante. —Juntos —masculla contra mi boca.Asiento y aumenta la intensidad de sus arremetidas para acercarnos a ambos al éxtasis supremo. —Ya casi estoy, nena —gime. —¡Corbin!—Espera. Espera un poco —dice con suavidad, y se clava una vez más dentro de mí, ejecutando una rotación tan profunda con las caderas que me resulta deliciosamente dolorosa. Los dos gritamos.—¡Ahora!Sale y vuelve a entrar, más fuerte. Me libero. Noto que palpita y tiembla dentro de mí mientras ambos engullimos los gemidos del otro y nos entregamos al placer. Siento que descendemos en una caída apacible y p
CAPÍTULO 17 CORBIN—¿Qué demonios se supone que deba hacer? ¿Ir y obligarla a que me dé respuestas, cuando yo fui el que la dejó en primer lugar? ¿Y luego qué? ¿Decirle: “Oye, tengo que matar a tu padre, no es nada personal”? —me paso las manos por el pelo y me tiro de ellos con frustración. Cojo la lámpara de mi escritorio y la lanzo contra la pared. Estoy muy cabreado.—A ver, muchacho, cálmate en primer lugar. No vas a conseguir nada destrozando la oficina. —Suspiro y giro a verlo. Ya le había hecho un agujero a la puerta y destrocé las cortinas de las ventanas. —¿Ya has intentado hablar con ella? —Bajo la cabeza y niego al tiempo que doy un suspiro derrotado. —No, John. No he hablado con ella aún. Dije que le daría tiempo.—¿Cuánto tiempo es tiempo para ti?—No lo sé. Un par de semanas, quizás.—O sea, le estás dando el tiempo suficiente para escapar. Ahora, mi pregunta es: ¿cuánto tiempo tienes tú para tu última misión? —Me había olvidado de eso, esto se pone cada vez peor. P
CAPÍTULO 18CORBIN—Ayudarte, así que sube e indícame dónde debo estacionarlo.Justo cuando va a protestar, su móvil suena. Mira la pantalla antes de contestar.—Hola... sí, ya estamos aquí.Se hace el silencio mientras la otra persona habla.—No he podido contestar el teléfono fijo porque aún no estoy en el apartamento. Tuve un... contratiempo. Nada de qué preocuparse.Camina de un lado a otro mientras se enrolla un mechón de su cabello en el dedo índice.—Lo sé. Está bien. También te quiero.Silencio.—Vamos, Graham, sabes que sí. Es solo que ahora estoy ocupada.¿Quién diablos era Graham? ¿Y por qué ella lucía tan nerviosa? ¿Acaso es el papá de Eric?—Eric está dormido y tengo que llevarlo a la cama... sí, de acuerdo, nos vemos la semana que viene... claro, ahí estaré. Besos, te quiero.Termina la llamada y voltea a verme. Frunzo el ceño y entrecierro los ojos, lanzándole una mirada asesina. Aprieto el volante con tanta fuerza que los nudillos se me ponen blancos. Estoy tan cabread
CAPÍTULO 19CORBIN—Hola. ¿Podríamos dejar de actuar como si fuéramos unos extraños que recién se conocen? Sería más fácil para ambos. —Está bien. Así que dime, ¿a qué has venido? —Tenemos mucho de qué hablar. Tengo preguntas y tú las respuestas. —se toca el cabello con nerviosismo—. Y esta vez no vas a huir de mí y no darme las respuestas que quiero. —Era una cara dura, teniendo en cuenta que yo le debía a ella las mismas respuestas. Asiente, endereza su espalda y me mira directo a la cara, sin ninguna expresión reflejada en ella. Ya no era la pequeña chica a la que solía proteger; esta chica era fuerte, segura, confiada en sí misma. —Bien, dime qué quieres saber. —¿Por qué no empezamos desde el principio? ¿Te parece? —suspira. —Como verás, tengo un hijo. —Lo dice como si no me hubiera dado cuenta de ese hecho. Solo de imaginarme a ella con otro me da ganas de matar. Asiento y ella continúa—. Llevo años buscándote. Fue entonces cuando te vi entrar en tu restaurante. Claro, ante
CAPÍTULO 20 SIENNACorbin me observa desde el otro lado de la estancia, ignorando por completo mi petición de que se marche. Esto sí que no había cambiado, siempre será el mismo hombre obstinado y terco que conozco. Sus ojos azules se oscurecen y los entorna. Su mirada ha pasado de suave y tranquilizadora a oscura y peligrosa. Comienza a avanzar hacia mí, con suaves y lentos, pero precisos movimientos, como un depredador acechando a su presa. ¿Por qué rayos le habré dicho eso? Era solo mi loca necesidad de saber si aún me seguiría queriendo si supiera que he estado con otros hombres... Soy una estúpida.—Espero que no sea cierto. Y una mierda si crees que voy a irme ahora —dice, mientras su pecho comienza a agitarse frente a mí. Su mandíbula se tensa hasta el punto de querer partirse. Así es exactamente como me hace sentir a mí, que él venga aquí y haga como si nada hubiera sucedido. Me quedo estupefacta.—¿Qué pasa? —pregunta.—No puedo negarte algo que sí ocurrió —espeto. Estoy t
CAPÍTULO 21SIENNA—Joder, cómo extrañaba esto... lo cómoda y perfecta que eres, lo bien que encajamos los dos juntos. —mueve mis caderas en círculos, gime de aprobación.Sí, yo también estoy de acuerdo en eso. Paso mis brazos por encima de sus hombros, agarro su cabello y lo jalo hacia atrás. Lo miro y él hace lo mismo, sonrío satisfecha. Vuelvo a besarlo. Corbin quita una de sus manos de mi cintura y comienza a ascender por un costado de mi cuerpo hasta llegar a mi seno. Lo captura entre su mano, lo aprieta justo lo suficiente para hacerme jadear. Mi vestido azul se ha subido hasta mi cintura, y él pasa su otra mano por mi muslo y lo acaricia, de arriba abajo y viceversa, mientras sigue trabajando con mi seno derecho.—Corbin, debemos parar. Esto no está bien.—¡Shhh! Esto está jodidamente bien, Sienna. ¿Es que acaso no lo sientes?Claro que lo sentía; podía sentir cómo mi centro palpitaba contra él y la necesidad construyéndose en mi interior.—Es por eso exactamente que esto no es
CAPÍTULO 22SIENNADesabrocho el botón de sus pantalones y meto mi mano, mientras continúo observándolo; acaricio su dura y sólida erección. Bajo la cabeza hasta su entrepierna, me relamo los labios y saco su miembro de sus bóxeres negros. La respiración se me corta al ver lo grande y grueso que es; su punta gotea de anticipación, sacudiéndose suavemente de lo prensada que está. (Al parecer, se ha vuelto más grande). Jadeo al sentir un cosquilleo en la boca de mi estómago que desciende hasta mi vientre, y la presión que se acumula en mi centro llega hasta mi clítoris hinchado. Tiemblo ligeramente, sé que él lo ha notado porque comienza a acariciar mi trasero hasta mi entrada, donde ya estoy mojada otra vez, y él juega con mi clítoris, estimulándolo más.Envuelvo la mano en el torso de su polla; puedo sentir la suave piel de terciopelo y lo caliente que está. Subo y bajo varias veces mi mano por su sólida longitud, acerco mis labios hasta la punta y lo acaricio con ellos. Saco la lengu
CAPÍTULO 23SIENNAEsa noche preparé café y di gracias a Dios porque Eric no se levantó y no nos sorprendió en… bueno, eso. Nos acomodamos en el sofá, y la conversación fluía como un río desbordado. Le conté cómo mi padre decidió darme la espalda cuando le dije que estaba embarazada. Desde entonces, siempre he contado con mi madre.—Mi padre convirtió mi vida en un infierno; me alejó de mis amigos y no me dejaba salir de casa. Tuve que terminar la secundaria por internet porque no quería que me vieran con una enorme barriga y sin un hombre a mi lado. Para él, fui una deshonra. Todo cambió con el embarazo. Quería que diera al niño en adopción, pero me negué, así que se distanció de mí. Solo me regaló mi auto cuando me mudé aquí, un gesto inesperado que aún no comprendo del todo. Tal vez estaba contento porque por fin me estabilizara.Sonreí con amargura.—No te he preguntado, pero… ¿cómo supiste que me había ido de San Diego? —me pregunta, esa pregunta me tomó por sorpresa. Sabía que e