— ¿Segura que quieres dormir en el sofá? — Me pregunta Aiden, tuve que enojarme con él y decirle que me iría a un hotel si no me dejaba dormir en el sofá, que además es inmenso y supercómodo. La verdad es que no quería dormir en su cama, con la fama que tiene no me imagino la cantidad de gérmenes o casas raras que puedo encontrar en ella. Aunque pensándolo bien, si se parece en algo a Jacob, todas las superficies de esta casa deben estar llenas de gérmenes y secreciones de todo tipo ¡Qué asco! Voy a dejar de ser hipócrita, porque hasta el momento, Aiden es la única persona que se ha comportado como un verdadero amigo. Así que tengo que aceptarlo con gérmenes y secreciones extrañas. — Sí, no te preocupes por mí, ya sabes que mañana debo ir al hospital. — ¿Quieres que te consiga algo especial? ¿Ropa? — me pregunta — Creo que iré a comprar todo lo necesario antes de ir, gracias de todas formas Aiden — le respondo y no puedo sacar de mi mente la cara de Jacob cuando me echó de su casa.
— ¡Lucas! — abro mis manos y mi mejor amigo corre hacia mí, me abraza con fuerza y ma da los dos besos reglamentarios en las mejillas. — Que son esas fachas Miranda — me dice — el hecho de que estés en esta clínica no te da el derecho a permanecer sin tratarte y estar bella — yo sonrío y veo sus ojos humedecidos, está intentando ser fuerte, no mostrarme lo sorprendido que está. — He perdido mucho peso — le digo. — Y estás muy pálida — me responde y sonreímos, sentimos un carraspeo detrás y recuerdo que el doctor Taylor se encontraba aquí. — Perdón doctor, Lucas es un amigo que ha venido desde España — le digo y ellos se presentan — tengo una inquietud, yo tengo un implante desde hace casi 5 años, ¿podrían sustraerlo, por favor? — le pregunto en voz baja. — Claro Miranda, no es necesario en este momento y no queremos que el bebé sea tocado por más hormonas de lo necesario — asiente, se despide y sale de la habitación. — ¿Estás embarazada? — Grita Lucas y sus lágrimas finalmente se
Jacob — ¡Déjame! — Miranda está irascible, no me habla y después de cada ciclo de quimio y de la estadía en el hospital, duerme mucho. Se ha trasladado a otra habitación y solo habla con Carla, Aiden o su amigo Lucas, que viene casi todos los días después del trabajo. Al principio me quedé en casa con ella, no salíamos e intentaba brindarle toda la ayuda posible, pero Miranda continuaba rechazándome una y otra vez. Hoy ha estado llorando, Carla me buscó muy temprano, apenada porque regresé ayer en la noche de una pequeña gira de dos semanas y estoy muy cansado. Intento que los viajes no coincidan con sus ciclos de quimio. Antes de partir, Miranda había terminado el segundo ciclo y fue algo agotador para mí, así que no puedo imaginar cómo se siente ella. — Miranda — estoy sentado al lado de la puerta de la sala de baño de su habitación, después de más de 20 minutos esperando, Carla ha ido a buscar las llaves. Estoy cansado porque no he dormido bien desde que descubrí que Miranda hab
La puerta de nuestra habitación se choca con fuerza contra la pared, Jacob me levanta y me pega contra esta, levanta mi vestido y pasa sus manos por mis piernas, intento rodearlo con ellas, pero no es fácil, Jacob se da cuenta de eso y me lleva hacia la cama. Mientras empieza a desnudarme va besando todo mi cuerpo, se detiene un momento para quitarse la ropa, y yo llevo mis manos a mi pecho, no me siento muy segura con el puerto que tengo instalado, a pesar de que no se ve en la parte exterior de mi cuerpo, la protección sí y es lo que me hace sentir insegura. Jacob me mira a los ojos y pasa una mano cerca al lugar donde está instalado el catéter, sabe que no debe tocarlo, contengo la respiración, mientras él continúa acariciando mi cuello hasta llegar a mi mejilla. — Preciosa — me dice y me da un beso suave, estoy contenta porque mis labios han estado hidratados y desde hace dos días las pequeñas llagas que tenía en mi boca han desaparecido, a veces pasamos días sin poder darnos un
— ¿Cándida Rosa? — trato de no demostrar lo impresionada que estoy de verla “Tengo la boca abierta en mi interior” —- ¿Qué haces aquí? — imagino que el portón de entrada de nuestra casa está plagado de periodistas, solo que no logro verlos desde aquí y mi hermana ha debido disfrutar como una diva de su atención. — ¿Cómo me haces esa pregunta, querida? — me abraza con fuerza y yo la verdad no entiendo nada, nunca me abraza — Si eres mi única hermanita, a la que amo con todo el corazón. No puedo dejarte sola en un momento como este, así seas una ingrata y no me hayas contado nada — Mi hermana me deja dos fríos besos en la mejilla y luego entra como perro por su casa, Jacob está hablando con Bianca quien al verme se sonroja de inmediato, mi hermana levanta una ceja y la mira de manera insignificante, Bianca baja la mirada y se hace a un lado rápidamente. — Tú debes ser Jacob, querido — el pobre me mira con cara de desconcierto, Cándida Rosa y yo nos parecemos mucho, ella lleva tratamien
Jacob — No quiero hacerlo más — escucho la voz de la chica que siempre habla con Miranda, pero hoy tampoco logro recordar su nombre — Yo lo quiero a él, tú lo sabes y no quiero hacerle daño a nadie. Así que déjame en paz y no vuelvas a llamarme, no haré nada más — está irritada, nunca le había escuchado ese tono de voz, su conversación es muy sospechosa. — Hola — le digo cuando me aseguro que ha terminado la llamada — Señor Jacob — me mira rápidamente y sus mejillas se vuelven rojizas — ¿Necesita algo? — ¿Qué haces aquí? — le digo y me acerco un poco más a ella, está transpirando — tengo la impresión de que siempre te veo por todas partes. — La verdad es que vengo mucho, señor — me responde — Yo soy la persona de comunicaciones asignada a ustedes — ¿Y eso quiere decir? — le pregunto, no tengo ni idea de qué está hablando. — Usted y cada uno de sus compañeros tienen asignado a alguien de comunicaciones — habla de prisa y comienza a caminar, como si tuviera que llegar a algún lado
Jacob Cuando llego a casa, Miranda está concentrada mirando la televisión. Verla haciendo algo tan normal, me llena de una extraña sensación, quisiera verla todos los días así, tranquila, haciendo cosas normales y sin preocupaciones, pero todo lo que está pasando no nos ha permitido ser una pareja normal y eso me genera mucha rabia e impotencia. — Hola, hermosa — Le digo acercándome y me siento a su lado y la beso ligeramente — ¿Qué estás mirando? — recuesto mi cabeza en su hombro, ella se está cubriendo los pies con una manta. — Estoy mirando una serie — se queda callada y yo espero que termine — No recuerdo su nombre y no he comprendido de que se trata — la miro como si se estuviera volviéndose loca. — ¿Estás de coña, ¿verdad? — golpea mi vientre y algo húmedo cae sobre mí — ¡Ay! — me quejo — ¿Qué estás comiendo? — Nachos con queso, jalapeños y una malteada de chocolate — me dice rápidamente, como si le molestara. No entiendo como puede comer esa mezcla tan extraña. — ¿Estás se
Miranda — Mira — te estamos hablando en serio — me dice Lucas — es muy sospechoso todo lo que sucede con ella — Esta mañana cuando me levanté y baje a desayunar, Aiden, Lucas y Jacob estaban reunidos en el despacho y Carla me informo que los tres deseaban hablar conmigo. — Yo entiendo lo que quieren decir. Pero no puedo creerlo, ella es tímida — miro a Jacob que está sentado frente a mí — amor, la conoces desde hace más tiempo, debes saber que solo es alguien tímido. — Que siempre está metida en nuestra casa, Miranda — me responde Jacob, lo que quiere decir que él también piensa lo mismo que Aiden y Lucas — Y no la conozco, ni siquiera recuerdo cómo se llama — los chicos llevan un rato hablándome de Bianca, están seguros de que ella es la persona que me está acosando. — Miranda, no seas terca — en esta ocasión es Aiden que me habla y él es peor que Jacob, no tiene filtro ni vergüenza — Bianca ha estado enamorada de Jacob desde que empezó a trabajar aquí, ya te lo he dicho. — Adem