La puerta de nuestra habitación se choca con fuerza contra la pared, Jacob me levanta y me pega contra esta, levanta mi vestido y pasa sus manos por mis piernas, intento rodearlo con ellas, pero no es fácil, Jacob se da cuenta de eso y me lleva hacia la cama. Mientras empieza a desnudarme va besando todo mi cuerpo, se detiene un momento para quitarse la ropa, y yo llevo mis manos a mi pecho, no me siento muy segura con el puerto que tengo instalado, a pesar de que no se ve en la parte exterior de mi cuerpo, la protección sí y es lo que me hace sentir insegura. Jacob me mira a los ojos y pasa una mano cerca al lugar donde está instalado el catéter, sabe que no debe tocarlo, contengo la respiración, mientras él continúa acariciando mi cuello hasta llegar a mi mejilla. — Preciosa — me dice y me da un beso suave, estoy contenta porque mis labios han estado hidratados y desde hace dos días las pequeñas llagas que tenía en mi boca han desaparecido, a veces pasamos días sin poder darnos un
— ¿Cándida Rosa? — trato de no demostrar lo impresionada que estoy de verla “Tengo la boca abierta en mi interior” —- ¿Qué haces aquí? — imagino que el portón de entrada de nuestra casa está plagado de periodistas, solo que no logro verlos desde aquí y mi hermana ha debido disfrutar como una diva de su atención. — ¿Cómo me haces esa pregunta, querida? — me abraza con fuerza y yo la verdad no entiendo nada, nunca me abraza — Si eres mi única hermanita, a la que amo con todo el corazón. No puedo dejarte sola en un momento como este, así seas una ingrata y no me hayas contado nada — Mi hermana me deja dos fríos besos en la mejilla y luego entra como perro por su casa, Jacob está hablando con Bianca quien al verme se sonroja de inmediato, mi hermana levanta una ceja y la mira de manera insignificante, Bianca baja la mirada y se hace a un lado rápidamente. — Tú debes ser Jacob, querido — el pobre me mira con cara de desconcierto, Cándida Rosa y yo nos parecemos mucho, ella lleva tratamien
Jacob — No quiero hacerlo más — escucho la voz de la chica que siempre habla con Miranda, pero hoy tampoco logro recordar su nombre — Yo lo quiero a él, tú lo sabes y no quiero hacerle daño a nadie. Así que déjame en paz y no vuelvas a llamarme, no haré nada más — está irritada, nunca le había escuchado ese tono de voz, su conversación es muy sospechosa. — Hola — le digo cuando me aseguro que ha terminado la llamada — Señor Jacob — me mira rápidamente y sus mejillas se vuelven rojizas — ¿Necesita algo? — ¿Qué haces aquí? — le digo y me acerco un poco más a ella, está transpirando — tengo la impresión de que siempre te veo por todas partes. — La verdad es que vengo mucho, señor — me responde — Yo soy la persona de comunicaciones asignada a ustedes — ¿Y eso quiere decir? — le pregunto, no tengo ni idea de qué está hablando. — Usted y cada uno de sus compañeros tienen asignado a alguien de comunicaciones — habla de prisa y comienza a caminar, como si tuviera que llegar a algún lado
Jacob Cuando llego a casa, Miranda está concentrada mirando la televisión. Verla haciendo algo tan normal, me llena de una extraña sensación, quisiera verla todos los días así, tranquila, haciendo cosas normales y sin preocupaciones, pero todo lo que está pasando no nos ha permitido ser una pareja normal y eso me genera mucha rabia e impotencia. — Hola, hermosa — Le digo acercándome y me siento a su lado y la beso ligeramente — ¿Qué estás mirando? — recuesto mi cabeza en su hombro, ella se está cubriendo los pies con una manta. — Estoy mirando una serie — se queda callada y yo espero que termine — No recuerdo su nombre y no he comprendido de que se trata — la miro como si se estuviera volviéndose loca. — ¿Estás de coña, ¿verdad? — golpea mi vientre y algo húmedo cae sobre mí — ¡Ay! — me quejo — ¿Qué estás comiendo? — Nachos con queso, jalapeños y una malteada de chocolate — me dice rápidamente, como si le molestara. No entiendo como puede comer esa mezcla tan extraña. — ¿Estás se
Miranda — Mira — te estamos hablando en serio — me dice Lucas — es muy sospechoso todo lo que sucede con ella — Esta mañana cuando me levanté y baje a desayunar, Aiden, Lucas y Jacob estaban reunidos en el despacho y Carla me informo que los tres deseaban hablar conmigo. — Yo entiendo lo que quieren decir. Pero no puedo creerlo, ella es tímida — miro a Jacob que está sentado frente a mí — amor, la conoces desde hace más tiempo, debes saber que solo es alguien tímido. — Que siempre está metida en nuestra casa, Miranda — me responde Jacob, lo que quiere decir que él también piensa lo mismo que Aiden y Lucas — Y no la conozco, ni siquiera recuerdo cómo se llama — los chicos llevan un rato hablándome de Bianca, están seguros de que ella es la persona que me está acosando. — Miranda, no seas terca — en esta ocasión es Aiden que me habla y él es peor que Jacob, no tiene filtro ni vergüenza — Bianca ha estado enamorada de Jacob desde que empezó a trabajar aquí, ya te lo he dicho. — Adem
Jacob — Yo no estoy acosando a nadie — la chica está muy nerviosa y excitada, nunca me había fijado en lo que decían los chicos, la verdad, nunca había estado interesado — Y mucho menos a Miranda, Jamás lo haría - Bianca sigue llorando y empiezo a sentir lástima por ella, pero no me convencen sus lágrimas. — ¿Por qué debería creerte? — me vuelvo hacia ella y la levanto de la silla — dame una sola razón para creer que no tienes nada que ver con todo lo que está pasando. — Porque no soportaría verlo sufrir — grita mientras sus lágrimas se derraman sobre sus mejillas — No podría soportar verlo sufrir, señor Jacob — susurra y por poco no comprendo su respuesta. — ¿A quién? ¿A mí? — quiero confirmar lo que escuché. Bianca asiente con la cabeza y trata de limpiarse las lágrimas. — Yo... — la chica baja la mirada y suspira, de verdad empiezo a sentir lástima por ella, pero está haciendo sufrir a Miranda y eso no puedo permitirlo — Yo nunca he tenido ninguna esperanza con usted señor, Yo
La lluvia continúa y los dos estamos perdidos, el uno en el cuerpo del otro, sé que he adelgazado, pero el sentir la mirada y las caricias de Jacob, me hace sentir hermosa, sus besos recorren todo mi cuerpo y solo se escuchan nuestros gemidos y el sonido de la lluvia. Sé que guardaré este recuerdo para siempre, si pudiera embotellar los momentos hermosos, este sería uno de esos. Jacob me dijo que esto era una pequeña luna de miel y que cuando acabara el tratamiento, nos iríamos a donde yo quisiera. Por ahora solo me interesa su boca que desciende y besa mis labios vaginales, su calor y humedad me hacen estremecer, las sensaciones me embrujan y mi cuerpo no para de contraerse. Jacob Levanta la cabeza y me mira, veo sus ojos llenos de amor, son el más fuerte afrodisiaco que puedo tener. Mi excitación aumenta y a pesar de que estoy agotada y con pocas ganas de hacer movimientos extraños, él se encarga de todo y yo solo puedo agradecerle y disfrutar. No sé cuánto tiempo lleva saboreándom
Pasamos una idílica semana en ese lugar, lo único negativo fue que no estaba preparada para tener relaciones sexuales y así quisiera, no me sentía muy bien para hacerlo frecuentemente, pero Jacob estuvo encantadoramente comprensivo y pasamos todos los días juntos, haciendo otras cosas, nos besamos muchísimo, hicimos pequeñas caminatas, bailamos, reímos, hablamos de nosotros, de nuestros miedos y temores, de nuestros sueños y nuestras familias. Dormí bastante, creo que Jacob aprovechaba esos momentos para escribir, correr, nadar o tocar el bajo. Jacob cocinó todos los días y eso que no se le da muy bien, visitamos algunos lugares y fue maravilloso, nada de periodistas, fuimos libres, amigos, amantes y esposos sin preocuparnos por fotos o autógrafos. Fue la mejor luna de miel que pude haber tenido, a pesar de lo corta. — Miranda, despierta — Escucho la voz de Jacob e imagino que hemos llegado a casa, él tiene con el grupo una entrevista programada en dos días en New York y la entrega de