Jacob — No quiero hacerlo más — escucho la voz de la chica que siempre habla con Miranda, pero hoy tampoco logro recordar su nombre — Yo lo quiero a él, tú lo sabes y no quiero hacerle daño a nadie. Así que déjame en paz y no vuelvas a llamarme, no haré nada más — está irritada, nunca le había escuchado ese tono de voz, su conversación es muy sospechosa. — Hola — le digo cuando me aseguro que ha terminado la llamada — Señor Jacob — me mira rápidamente y sus mejillas se vuelven rojizas — ¿Necesita algo? — ¿Qué haces aquí? — le digo y me acerco un poco más a ella, está transpirando — tengo la impresión de que siempre te veo por todas partes. — La verdad es que vengo mucho, señor — me responde — Yo soy la persona de comunicaciones asignada a ustedes — ¿Y eso quiere decir? — le pregunto, no tengo ni idea de qué está hablando. — Usted y cada uno de sus compañeros tienen asignado a alguien de comunicaciones — habla de prisa y comienza a caminar, como si tuviera que llegar a algún lado
Jacob Cuando llego a casa, Miranda está concentrada mirando la televisión. Verla haciendo algo tan normal, me llena de una extraña sensación, quisiera verla todos los días así, tranquila, haciendo cosas normales y sin preocupaciones, pero todo lo que está pasando no nos ha permitido ser una pareja normal y eso me genera mucha rabia e impotencia. — Hola, hermosa — Le digo acercándome y me siento a su lado y la beso ligeramente — ¿Qué estás mirando? — recuesto mi cabeza en su hombro, ella se está cubriendo los pies con una manta. — Estoy mirando una serie — se queda callada y yo espero que termine — No recuerdo su nombre y no he comprendido de que se trata — la miro como si se estuviera volviéndose loca. — ¿Estás de coña, ¿verdad? — golpea mi vientre y algo húmedo cae sobre mí — ¡Ay! — me quejo — ¿Qué estás comiendo? — Nachos con queso, jalapeños y una malteada de chocolate — me dice rápidamente, como si le molestara. No entiendo como puede comer esa mezcla tan extraña. — ¿Estás se
Miranda — Mira — te estamos hablando en serio — me dice Lucas — es muy sospechoso todo lo que sucede con ella — Esta mañana cuando me levanté y baje a desayunar, Aiden, Lucas y Jacob estaban reunidos en el despacho y Carla me informo que los tres deseaban hablar conmigo. — Yo entiendo lo que quieren decir. Pero no puedo creerlo, ella es tímida — miro a Jacob que está sentado frente a mí — amor, la conoces desde hace más tiempo, debes saber que solo es alguien tímido. — Que siempre está metida en nuestra casa, Miranda — me responde Jacob, lo que quiere decir que él también piensa lo mismo que Aiden y Lucas — Y no la conozco, ni siquiera recuerdo cómo se llama — los chicos llevan un rato hablándome de Bianca, están seguros de que ella es la persona que me está acosando. — Miranda, no seas terca — en esta ocasión es Aiden que me habla y él es peor que Jacob, no tiene filtro ni vergüenza — Bianca ha estado enamorada de Jacob desde que empezó a trabajar aquí, ya te lo he dicho. — Adem
Jacob — Yo no estoy acosando a nadie — la chica está muy nerviosa y excitada, nunca me había fijado en lo que decían los chicos, la verdad, nunca había estado interesado — Y mucho menos a Miranda, Jamás lo haría - Bianca sigue llorando y empiezo a sentir lástima por ella, pero no me convencen sus lágrimas. — ¿Por qué debería creerte? — me vuelvo hacia ella y la levanto de la silla — dame una sola razón para creer que no tienes nada que ver con todo lo que está pasando. — Porque no soportaría verlo sufrir — grita mientras sus lágrimas se derraman sobre sus mejillas — No podría soportar verlo sufrir, señor Jacob — susurra y por poco no comprendo su respuesta. — ¿A quién? ¿A mí? — quiero confirmar lo que escuché. Bianca asiente con la cabeza y trata de limpiarse las lágrimas. — Yo... — la chica baja la mirada y suspira, de verdad empiezo a sentir lástima por ella, pero está haciendo sufrir a Miranda y eso no puedo permitirlo — Yo nunca he tenido ninguna esperanza con usted señor, Yo
La lluvia continúa y los dos estamos perdidos, el uno en el cuerpo del otro, sé que he adelgazado, pero el sentir la mirada y las caricias de Jacob, me hace sentir hermosa, sus besos recorren todo mi cuerpo y solo se escuchan nuestros gemidos y el sonido de la lluvia. Sé que guardaré este recuerdo para siempre, si pudiera embotellar los momentos hermosos, este sería uno de esos. Jacob me dijo que esto era una pequeña luna de miel y que cuando acabara el tratamiento, nos iríamos a donde yo quisiera. Por ahora solo me interesa su boca que desciende y besa mis labios vaginales, su calor y humedad me hacen estremecer, las sensaciones me embrujan y mi cuerpo no para de contraerse. Jacob Levanta la cabeza y me mira, veo sus ojos llenos de amor, son el más fuerte afrodisiaco que puedo tener. Mi excitación aumenta y a pesar de que estoy agotada y con pocas ganas de hacer movimientos extraños, él se encarga de todo y yo solo puedo agradecerle y disfrutar. No sé cuánto tiempo lleva saboreándom
Pasamos una idílica semana en ese lugar, lo único negativo fue que no estaba preparada para tener relaciones sexuales y así quisiera, no me sentía muy bien para hacerlo frecuentemente, pero Jacob estuvo encantadoramente comprensivo y pasamos todos los días juntos, haciendo otras cosas, nos besamos muchísimo, hicimos pequeñas caminatas, bailamos, reímos, hablamos de nosotros, de nuestros miedos y temores, de nuestros sueños y nuestras familias. Dormí bastante, creo que Jacob aprovechaba esos momentos para escribir, correr, nadar o tocar el bajo. Jacob cocinó todos los días y eso que no se le da muy bien, visitamos algunos lugares y fue maravilloso, nada de periodistas, fuimos libres, amigos, amantes y esposos sin preocuparnos por fotos o autógrafos. Fue la mejor luna de miel que pude haber tenido, a pesar de lo corta. — Miranda, despierta — Escucho la voz de Jacob e imagino que hemos llegado a casa, él tiene con el grupo una entrevista programada en dos días en New York y la entrega de
Jacob Hemos llegado a la clínica y me he dirigido directamente a la unidad de Oncología, en este momento me encuentro esperando al médico que sigue el tratamiento de Miranda. Aiden y yo tomamos un vuelo privado, lo que normalmente no hacemos, porque no nos gusta contaminar innecesariamente el ambiente, pero en este caso, no había otra manera de llegar rápido. Uno de los chicos de seguridad nos recogió en el aeropuerto y nos trajo directamente a la clínica. Lucas y Bianca se encontraban en la sala de espera, pero solo tuve tiempo de saludar y preguntarle a Lucas cómo estaba Miranda, él no tenía mucha información por no ser un familiar. Así que, aquí estoy, esperando al médico. — Señor Wilding — me saluda el doctor Taylor — Miranda se encuentra bien, estable, hemos controlado el dolor y ha recibido oxígeno, así que ahora puede respirar normalmente. — No entiendo qué ha podido pasar — le digo, estoy realmente sorprendido y muy preocupado. — Al parecer fue un resfriado, que se estaba
Miranda — Feliz cumpleaños, hermosa — me dice Jacob mientras se acerca a la cama empujando un carrito con el desayuno ¿De dónde lo habrá sacado? Y un gran y hermoso ramo de flores silvestres, yo las adoro, pero no recuerdo habérselo dicho, se inclina hacia mí y me deja un beso tierno, paso mis manos por su cuello y lo presiono contra mí, cae en la cama de manera un poco aparatosa y se ríe, nos seguimos besando y él comienza a tocar mi cuerpo, sus manos están cálidas, puedo sentir su erección y trato de entregarle lo mejor de mí en este beso, porque, a pesar de que todo ha mejorado y estoy respondiendo adecuadamente al tratamiento, cada vez me cuesta mucho más, lubricar, sentir ganas o tener relaciones sexuales sin dolor, así que este último mes las cosas no han pasado de besos y caricias, me siento mal por Jacob, a pesar de lo comprensivo que es. — Vale — se acuesta a mi lado y acaricia mi cara, estamos frente a frente, él respira un poco agitado — Me encantan tus besos, lo sabes — m