Pasamos una idílica semana en ese lugar, lo único negativo fue que no estaba preparada para tener relaciones sexuales y así quisiera, no me sentía muy bien para hacerlo frecuentemente, pero Jacob estuvo encantadoramente comprensivo y pasamos todos los días juntos, haciendo otras cosas, nos besamos muchísimo, hicimos pequeñas caminatas, bailamos, reímos, hablamos de nosotros, de nuestros miedos y temores, de nuestros sueños y nuestras familias. Dormí bastante, creo que Jacob aprovechaba esos momentos para escribir, correr, nadar o tocar el bajo. Jacob cocinó todos los días y eso que no se le da muy bien, visitamos algunos lugares y fue maravilloso, nada de periodistas, fuimos libres, amigos, amantes y esposos sin preocuparnos por fotos o autógrafos. Fue la mejor luna de miel que pude haber tenido, a pesar de lo corta. — Miranda, despierta — Escucho la voz de Jacob e imagino que hemos llegado a casa, él tiene con el grupo una entrevista programada en dos días en New York y la entrega de
Jacob Hemos llegado a la clínica y me he dirigido directamente a la unidad de Oncología, en este momento me encuentro esperando al médico que sigue el tratamiento de Miranda. Aiden y yo tomamos un vuelo privado, lo que normalmente no hacemos, porque no nos gusta contaminar innecesariamente el ambiente, pero en este caso, no había otra manera de llegar rápido. Uno de los chicos de seguridad nos recogió en el aeropuerto y nos trajo directamente a la clínica. Lucas y Bianca se encontraban en la sala de espera, pero solo tuve tiempo de saludar y preguntarle a Lucas cómo estaba Miranda, él no tenía mucha información por no ser un familiar. Así que, aquí estoy, esperando al médico. — Señor Wilding — me saluda el doctor Taylor — Miranda se encuentra bien, estable, hemos controlado el dolor y ha recibido oxígeno, así que ahora puede respirar normalmente. — No entiendo qué ha podido pasar — le digo, estoy realmente sorprendido y muy preocupado. — Al parecer fue un resfriado, que se estaba
Miranda — Feliz cumpleaños, hermosa — me dice Jacob mientras se acerca a la cama empujando un carrito con el desayuno ¿De dónde lo habrá sacado? Y un gran y hermoso ramo de flores silvestres, yo las adoro, pero no recuerdo habérselo dicho, se inclina hacia mí y me deja un beso tierno, paso mis manos por su cuello y lo presiono contra mí, cae en la cama de manera un poco aparatosa y se ríe, nos seguimos besando y él comienza a tocar mi cuerpo, sus manos están cálidas, puedo sentir su erección y trato de entregarle lo mejor de mí en este beso, porque, a pesar de que todo ha mejorado y estoy respondiendo adecuadamente al tratamiento, cada vez me cuesta mucho más, lubricar, sentir ganas o tener relaciones sexuales sin dolor, así que este último mes las cosas no han pasado de besos y caricias, me siento mal por Jacob, a pesar de lo comprensivo que es. — Vale — se acuesta a mi lado y acaricia mi cara, estamos frente a frente, él respira un poco agitado — Me encantan tus besos, lo sabes — m
— Estás loco — le susurró contra su boca. — Por ti, hermosa — me responde y me abraza, me hace girar a su alrededor y yo me agarró a él con fuerza. — Claro que quiero volver a casarme contigo, amor — le respondo y tomo su cara entre mis manos — Solo espero que la vida nos permita hacerlo- le susurro. — Claro que la vida lo quiere — me responde — si es conmigo con quién vas a casarte — me río y él gira hacia nuestro público, Nerea, Carla, los dos chicos y la chica de comunicación, Williams y mi hermana, Jeffrey y Aiden. Como imaginé, no ha invitado a Bianca — señores y señoras, Miranda ha aceptado ser mi esposa. De nuevo — todos aplauden y yo me llevo las dos manos a la cara, estoy avergonzada. La decoración de nuestra sala es hermosa, han recreado la maqueta de la fachada de la casa que había diseñado, pusieron luces a su alrededor y varios globos dorados y blancos ¡hermoso! — Feliz cumpleaños, Miranda — se acerca Aiden y me abraza — hoy el concierto será por ti y adicional a eso,
Jacob Hasta ahora no hemos tenido suerte, el detective no ha logrado encontrar nada específico que relaciones a Bianca con el acosador, sin embargo, tengo una reunión con él, porque va a entregarme una nueva información. Ha empezado a investigar a Alicia, porque así Pierre continúe defendiéndola, no confío en ella. — Señor Wilding — extiende la mano el detective, estamos reunidos en su oficina. — Buenas tardes, detective — me instalo en la silla frente a su escritorio. — La información estaba oculta, lo que quiere decir que por algún motivo no han querido que salga a la luz — me dice mientras busca y me entrega un documento, es un acta de matrimonio, solo que no logro entender que tiene que ver con nosotros, hasta que veo el apellido del novio. — ¿Williams? — pregunto — El señor Williams, es el padrastro de la señorita Adams, se conocen desde que ella tenía 5 años, el señor Williams vivió con la madre de la señorita Adams durante 4 años. — Williams nunca ha dicho que Bianca es
Jacob — Padre, no puedes venir a nuestra casa e insultar a mi esposa — Es lo primero que puedo decirle, me siento irrespetado, ha interrumpido un momento importante y llega con la arrogancia que lo caracteriza, insultando a Miranda. — Pregúntale de qué estoy hablando — me responde y me entrega unos documentos y fotos que me niego a mirar — pregúntale por qué estuvo en una correccional para menores, solo que su padre la sacó rápidamente y sin dejar antecedentes. — Padre — me acerco a él — creo que esto es algo que no te incumbe — le señalo la puerta — te agradecería que nos dejaras solos. — Eres un desagradecido, me he tomado el trabajo de investigar a esta mujer que no es digna de pertenecer a nuestra familia — me dice invadido de cólera — y así me agradeces, echándome de tu casa. — Padre, yo no te he pedido investigar absolutamente nada sobre Miranda — estoy enojado — tenemos la confianza suficiente como para conocer su historia — Miro a Miranda para que sepa que no estoy muy con
Miranda Jacob me mira, pero no me dice absolutamente nada, vuelve a abrazarme y los recuerdos se instalan en mi mente y el miedo me embarga profundamente porque no quiero decepcionarlo. — Tú eres consciente de que no fue tu culpa, ¿verdad? — Es lo primero que me dice, yo respiro nuevamente y mi cuerpo se relaja — No eres responsable, ni de lo de Guille, ni de lo que le pasó a tu madre — Yo sé que él tiene razón, pero ha sido complicado aceptar lo que pasó con mi madre, durante estos años verla ha sido muy difícil, ella me miraba siempre con desilusión y decepción, aunque lo peor era aceptar su mirada de nostalgia, de añoranza. — Lo sé — digo finalmente — pero no ha sido fácil aceptarlo. — Tienes que perdonarte, dejarlo ir, Miranda — me dice — has pasado y sigues pasando por muchas cosas, tu enfermedad, la pérdida de nuestro bebé, lo que viviste en tu adolescencia — toma mi cara entre sus manos y me mira profundamente — nada de esto es tu culpa, Miranda. Algunas cosas pasan y no las
Jacob — Miranda — necesito que despierte, llevo casi dos horas esperando a que se levante, pero ella sigue durmiendo y estoy empezando a perder la paciencia — ¡Miranda! — hablo un poco más fuerte. — Uhhhh — responde y veo como se cubre con el edredón. — Miranda, necesito hablar contigo — la sacudo suavemente — Urgente. — Eres imposible — me responde y se gira en la cama de frente y abre los ojos — tengo sueño — levanta el edredón y yo se lo quito. — ¡No! — me acerco a ella — despierta, necesito que me cuentes algo. Es importante. — ¡Dios! — susurra y se sienta, lleva sus manos a su cara y bosteza, se ve muy chistosa — dime. — Cuéntame todas las cosas extrañas que sepas sobre tu padre — le digo y me siento a su lado. — No sé nada — responde rápidamente — déjame dormir — intenta coger el edredón. — ¡No! — lo retiro — claro que sabes algo, los hijos siempre sabemos cosas — yo tengo mucha información sobre mi padre, por ejemplo. — ¡Jacob! — habla con los dientes apretados — déjam