Jacob Hasta ahora no hemos tenido suerte, el detective no ha logrado encontrar nada específico que relaciones a Bianca con el acosador, sin embargo, tengo una reunión con él, porque va a entregarme una nueva información. Ha empezado a investigar a Alicia, porque así Pierre continúe defendiéndola, no confío en ella. — Señor Wilding — extiende la mano el detective, estamos reunidos en su oficina. — Buenas tardes, detective — me instalo en la silla frente a su escritorio. — La información estaba oculta, lo que quiere decir que por algún motivo no han querido que salga a la luz — me dice mientras busca y me entrega un documento, es un acta de matrimonio, solo que no logro entender que tiene que ver con nosotros, hasta que veo el apellido del novio. — ¿Williams? — pregunto — El señor Williams, es el padrastro de la señorita Adams, se conocen desde que ella tenía 5 años, el señor Williams vivió con la madre de la señorita Adams durante 4 años. — Williams nunca ha dicho que Bianca es
Jacob — Padre, no puedes venir a nuestra casa e insultar a mi esposa — Es lo primero que puedo decirle, me siento irrespetado, ha interrumpido un momento importante y llega con la arrogancia que lo caracteriza, insultando a Miranda. — Pregúntale de qué estoy hablando — me responde y me entrega unos documentos y fotos que me niego a mirar — pregúntale por qué estuvo en una correccional para menores, solo que su padre la sacó rápidamente y sin dejar antecedentes. — Padre — me acerco a él — creo que esto es algo que no te incumbe — le señalo la puerta — te agradecería que nos dejaras solos. — Eres un desagradecido, me he tomado el trabajo de investigar a esta mujer que no es digna de pertenecer a nuestra familia — me dice invadido de cólera — y así me agradeces, echándome de tu casa. — Padre, yo no te he pedido investigar absolutamente nada sobre Miranda — estoy enojado — tenemos la confianza suficiente como para conocer su historia — Miro a Miranda para que sepa que no estoy muy con
Miranda Jacob me mira, pero no me dice absolutamente nada, vuelve a abrazarme y los recuerdos se instalan en mi mente y el miedo me embarga profundamente porque no quiero decepcionarlo. — Tú eres consciente de que no fue tu culpa, ¿verdad? — Es lo primero que me dice, yo respiro nuevamente y mi cuerpo se relaja — No eres responsable, ni de lo de Guille, ni de lo que le pasó a tu madre — Yo sé que él tiene razón, pero ha sido complicado aceptar lo que pasó con mi madre, durante estos años verla ha sido muy difícil, ella me miraba siempre con desilusión y decepción, aunque lo peor era aceptar su mirada de nostalgia, de añoranza. — Lo sé — digo finalmente — pero no ha sido fácil aceptarlo. — Tienes que perdonarte, dejarlo ir, Miranda — me dice — has pasado y sigues pasando por muchas cosas, tu enfermedad, la pérdida de nuestro bebé, lo que viviste en tu adolescencia — toma mi cara entre sus manos y me mira profundamente — nada de esto es tu culpa, Miranda. Algunas cosas pasan y no las
Jacob — Miranda — necesito que despierte, llevo casi dos horas esperando a que se levante, pero ella sigue durmiendo y estoy empezando a perder la paciencia — ¡Miranda! — hablo un poco más fuerte. — Uhhhh — responde y veo como se cubre con el edredón. — Miranda, necesito hablar contigo — la sacudo suavemente — Urgente. — Eres imposible — me responde y se gira en la cama de frente y abre los ojos — tengo sueño — levanta el edredón y yo se lo quito. — ¡No! — me acerco a ella — despierta, necesito que me cuentes algo. Es importante. — ¡Dios! — susurra y se sienta, lleva sus manos a su cara y bosteza, se ve muy chistosa — dime. — Cuéntame todas las cosas extrañas que sepas sobre tu padre — le digo y me siento a su lado. — No sé nada — responde rápidamente — déjame dormir — intenta coger el edredón. — ¡No! — lo retiro — claro que sabes algo, los hijos siempre sabemos cosas — yo tengo mucha información sobre mi padre, por ejemplo. — ¡Jacob! — habla con los dientes apretados — déjam
Jacob — Eres un imbécil — le digo a Aiden, cuando me subo en su Cámaro del año 75, este idiota adora los autos antiguos. Ha venido a recogerme al aeropuerto, muero por ver a Miranda y hablar con ella sobre su padre — No vuelvas a follarte a alguien en mi casa — le hablo seriamente y sé que lo ha comprendido. Antes lo hacía a menudo y no me importaba, pero ahora estoy casado y además con Miranda en quimio debemos estar muy atentos. — Lo siento, hermano — me responde — no pensé en Miranda en ese momento. — Está claro que no lo hiciste — le respondo — Ella nos vio ¿Sabes? — Volteo a mirarlo, Miranda me dijo que los había visto, pero no presté atención a ese dato — Gracias a Dios solo estábamos besándonos — respira tranquilo. — ¿Besándose los tres? — le digo — ¿Me crees idiota? — Que tres personas, se den un beso, no es imposible, pero es muy incómodo, así que no se hace mucho y Aiden sabe, que yo lo sé. — Bueno, Lucas estaba besándola en otra parte — Me mira rápidamente y voltea a m
— Prepárate, porque nos vamos para los premios — Lucas entra como un huracán a mi habitación — Nerea me ha dicho que andas en estado deprimido, sin querer salir de la cama — Se detiene al lado de mi cama y levanta el edredón que me está cubriendo — Nos vamos, los tres. — Lucas, en serio no me siento bien — No he hablado con nadie sobre el nuevo mensaje, no quiero arriesgarme a ver que va a hacer él o la acosadora, porque ya no sé si es mujer u hombre. — Nerea me dijo por teléfono, que en este ciclo habías reaccionado mucho mejor que en los ciclos anteriores, así que, estoy seguro de que tienes las fuerzas para ir — Concluye y entra en mi closet — Apúrate que te estoy esperando. — Miranda — Nerea entra en la habitación — te traje un té que te ayudará a que sientas menos frío — Me levanto de la cama y recibo el té que Nerea me ha preparado, la verdad es que prepara infinidad de cosas súper ricas después de las quimios. — Hola Nerea — Lucas se encuentra apoyado sobre el marco de la pu
Jacob — ¡Mierda! — giro y golpeo con fuerza la pared, duele muchísimo, pero quiero seguir haciéndolo. No he entendido que es lo que acaba de pasar. Siento unas fuertes manos rodeándome por la espalda y tirando de mi cuerpo hacia atrás, cuando logro ser consciente de lo que pasa, mi mano duele mucho más y se está inflamando. — ¿Qué haces Jacob? Tienes que tocar — me dice Williams que se encuentra frente a mí, siento la fuerza de las manos de Aiden que sigue sosteniéndome, levanto levemente las manos y él comprende que puede dejarme tranquilo, me libera y yo me quedo mirando a Williams, la furia me embarga y en este momento no puedo pensar con lógica. — ¿Quién diablos es esa mujer que enviaste a mi habitación? — le grito, no entiendo cómo ha llegado a suceder todo esto. — ¿De qué estás hablando? — me pregunta Aiden mientras vuelve con varios trozos de hielo envueltos en algo. — La nueva asistente que me envió Williams — explico — mientras entre a bañarme y prepararme, se metió en m
— Ese chico no ha hecho más que vivir por usted después de que la conoció en España — me dice Williams — Volvió como un loco, nos dijo que se había enamorado de la mujer más maravillosa del mundo, pero que era muy tarde — se siente en uno de los sofás — perdone que me siente así, Miranda, he tenido un día muy agitado. — Claro, perdone por no haberlo ofrecido antes — le respondo —¿Desea tomar algo? — asiente y me pide un Whisky, después de servirlo me siento en el sofá frente a él. — Desde que la conoció, Jacob no ha salido con ninguna mujer, lo que fue muy extraño, porque era conocido por pasar la noche con cualquiera, perdone la franqueza — Creo que Williams se siente un poco avergonzado de decirme eso — No volvió a organizar fiestas o a participar en ellas y se dedicó a trabajar y a buscarla. — Vale, gracias por la información Williams, pero eso no fue lo que yo vi esta noche — le digo, necesito que se vaya porque mi vuelo sale en dos horas. — No sé exactamente qué fue lo que us