Capítulo 18

La dirección que me había pasado el sujeto calvo de Helios Gestoría se correspondía con un edificio de aparcamientos de cinco pisos. No puedo creer que este tipo pretenda que recorramos todas las plantas hasta dar con él, farfullé para mis adentros.

Me volví a Mateo y le comenté que creía importante que yo entrara sola. A fin de cuentas, el tipo nunca lo había visto a él y seguro se alarmaba. Se conformó, aunque con pocas ganas. Parecía tomarse en serio el papel de guardaespaldas.

Me adentré en la construcción que, para mi sorpresa, estaba vacía aunque muy bien iluminada. Los instintos se me agudizaron ante aquel panorama. Temía que me hubiesen tendido una trampa. Al mismo tiempo, el lado racional de mi cerebro trataba de enumerar razones para mantener la calma.

Aguzando la vista puede comprobar que no había nadie en la primera p

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