La noche parecía perfecta para un paseo. Al llegar al aeropuerto, Leonard cargaba el equipaje mientras llamaba a la tía Misha.-Hemos llegado, estoy acomodando el equipaje y calculo que estaremos en casa en tres horas. Haré una parada en el camino para comer algo ligero… así que no nos esperes despierta, por favor, tía Misha. Descansa-.-Mucho tiempo… te tomará más tiempo. Igual estaré viendo alguna película-.-Es imposible convencerte de lo contrario, así que está bien, tomaremos un café en el camino y directo a casa-.-Debes saber que tienes una fiel admiradora en camino, pero no te preocupes, me ocuparé de ella. No quiero que Madelin se sienta incómoda; Mumi es experta en hacer berrinches y pataletas. Aunque esta vez estoy yo… no se lo permitiré. De hecho, la mantendré ocupada-.- ¿Y cómo piensas lograrlo? -.-Querido, los postres son mi debilidad. Le daré clases-.-Eres mi tía favorita-.-Adoro ser la tía buena-.Leonard sonreía divertido con las ocurrencias de la tía Misha. Colgó
El horno emanaba el exquisito aroma del rollo de carne envuelto en tocineta, bañado en vino blanco y especias. La ensalada de vegetales con papas a la crema sería el plato principal, acompañado por una exquisita entrada: pasta verde y rodajas de pan bañadas en aceite de oliva y orégano. Misha agregaba varias porciones de arroz con almendras, su especialidad y uno de los platillos favoritos de Leonard.Después de revisar el horno, Misha bebía una copa de vino mientras observaba el reloj. Seguía atentamente el recorrido de las manecillas y calculaba que su sobrino estaba por llegar junto a Madelin. Todo estaba en orden: platos, copas, tenedores y tazas. Agregó una jarra de cristal extra de té frío.Un ruido exterior se escuchó en el vestíbulo. Los pasos se deslizaban en dirección a la cocina y una voz femenina se anunció.-Buenas noches, señora Misha. Es un gusto saludarla… El ambiente está impregnado de aromas ricos, dulces y suaves. Me alegra haber aceptado la invitación de Leonard.-
Las cortinas en la habitación de Madelin se ondeaban con suavidad, sus ojos se sentían pesados, quería dormir todo el día, aunque era imposible, la señora Misha les había invitado para ir de compras, les encantaría el lugar. Antes de ir a la cama, le había tomado la mano diciéndole con firmeza. “Sanar es necesario, el interior a veces se carga de pequeños equipajes, hay que soltarlos, solo así podemos volar en plena libertad” No eran simples palabras, quizás otra persona les hubiese tomado como alguna bonita frase, pero no ella.Madelin quien tenía plena conciencia que su tiempo era corto, experimentaba, esa sensación que algo más importante que dar un paseo, representaba aquel viaje.Madelin se incorporó en la cama lentamente. Se miró sus manos mientras observaba los disparejos que eran los dedos, no todos eran idénticamente de la misma medida, y con todo eso…eran perfectamente sincronizados a la hora de realizar alguna tarea.- ¿Que sería si todos fueran parejos? Creería que; parece
La tasa del café aún conservaba el calor, los panes estaban rellenos de queso y jamón listos para ser empacados en la bolsa de papel e introducidos en la pequeña lonchera de mano. La ensalada era de verduras, pollo asado y un postre complementaban el almuerzo de Calvin, estaba revisando el periódico algo molesto, la propiedad había sido subastada antes de lo previsto, la señora Delie, había hecho un mal arreglo, su oferta había sido mejor, con las mejoras y remodelaciones sería una hermosa propiedad, la ganancia no estaba nada mal ciento cincuenta mil dólares, pagaría la comisión a Candela la astuta y sagaz mujer que trabajaba desde su llegada a Victoria Texas, una linda y agradable ciudad, donde Calvin tenía su oficina principal.Viajaba con regularidad a Houston donde tenía su otra oficina, la señora Wallis era la encargada de atender los clientes, en sus inicios era desde la casa de Wallis, precisamente desde su garaje, ella no había colocado objeción alguna al respecto, ya que eso
Tres días habían pasado desde que Mai estaba con ella, lo podía llevar al trabajo pues su presencia no se sentía en lo más mínimo, parecía que el perro la entendía mejor que los humanos. Su hija había regresado del campamento con buenas ideas, era una buena chica, aunque a veces algo de rebeldía salia a flote, pero nada preocupante, pues era relacionado a quedarse en la banca de la iglesia relegada, y no unirse al grupo de actividades del domingo, había inculcado en Pamela la oración. Pamela solía en su habitación cerrar la puerta al ver los días difíciles en que Calvin estaba molesto y decía esas palabras que lastimaban, Pamela se arrodillaba en su cama para decir algunas palabras que le dieran tranquilidad. Aunque su padre no era un hombre de golpes, o maltratarla con palabras obscenas, decía cosas que lograban bajarle su autoestima, hacerla ver fea, insegura, eso sí, resaltaba su inteligencia para luego decirle que era solo una zorra inteligente para leer libros y nada más. Pamel
Úrsula avanzaba por el amplio corredor en dirección a la oficina de Calvin, su vestido de flores azules era realmente hermoso, el cabello rubio recién cepillado había quedado perfecto, un corte arriba de los hombros le hacía lucir sensual, sabría apreciarlo el hombre que ahora estaba detrás del archivo revisando unos documentos.Se detuvo y con suma delicadeza cubría sus ojos.-Oh…creo que eres un fantasma, hazte visible ante mi-.Las carcajadas no se hicieron esperar.-Veo que has acertado, soy tu fantasmita travieso-.- ¿Que tan travieso será este fantasma? Calvin recorría sus caderas, alzando la amplia falda de Úrsula acariciaba su piel.-Es enloquecedor tu perfume-.-Deja, podrían vernos…eres un hombre casado con promesas que no cumplirás nunca-.-No empieces de nuevo, hasta cuando te tendré que repetir que no puedo divorciarme aun, Madelin… tu no tan tonta primita me dejaría en la calle, ¿Crees que se va quedar sin nada? La casa y la mitad de esta empresa le pertenecería…no seas
Úrsula abrazaba a Calvin quien, en un intento por mantenerse calmado en la sala de cine, miraba su teléfono para entretenerse en tonterías. -Clavin- La voz de Úrsula era un susurro. -Concéntrate en la película, desde que empezó ni le has prestado atención. -Úrsula es una cursilería, ella está a punto de morir, así que lo mejor que puede pasar es que descanse en paz- Dicho esto hacia señal de persignarse con su mano derecha. -Calvin deberías tener algo de respeto, así sea una película…es una historia real…tan real como la nuestra, solo que no me estoy muriendo y tú eres casado, eso sí…en vías de divorciarse nunca- -Te crees la perfección en pintura, siempre lo mismo Úrsula, si gustas hasta aquí llegamos-. -Calvin cariño, no te molestes conmigo-. -Ya te dije que las cosas con calma… si no la tienes entonces busca otro- -No…no volveré a molestarte-. Úrsula se acomodaba en la silla, en aptitud de distancia de Calvin, su rostro se tornó inexpresivo, con una mirada que en realidad era
El día domingo como de costumbre Madelin despertaba seis en punto, asistía con puntualidad al servicio de la mañana, ese momento de paz y comunión le daba las renovadas fuerzas para seguir adelante, últimamente el dolor en algunas zonas de su cuerpo se intentaba agudizar, pero no sería el motivo que ella faltase al servicio. El reverendo Jake y su esposa Mía, eran dos personas agradables, serviciales, y siempre al tanto de todos, eran alrededor de trecientas personas quienes asistían a los servicios de la mañana, luego siempre se ofrecía un desayuno, allí podían hablar y compartir de sus experiencias y situaciones.Edna se sentía mucho mejor, y asistiría también, le había telefoneado para decirle que almorzaran juntas. Pamela era del coro de la iglesia, ese día cantaría como solista. Madelin se sentía feliz, allí estaría con su amiga un buen par de horas.Esa mañana estuvo el sermón como hecho para ella, el reverendo había dado su sermón sobre el amor, el amor que podía perdonar, que