El día domingo como de costumbre Madelin despertaba seis en punto, asistía con puntualidad al servicio de la mañana, ese momento de paz y comunión le daba las renovadas fuerzas para seguir adelante, últimamente el dolor en algunas zonas de su cuerpo se intentaba agudizar, pero no sería el motivo que ella faltase al servicio. El reverendo Jake y su esposa Mía, eran dos personas agradables, serviciales, y siempre al tanto de todos, eran alrededor de trecientas personas quienes asistían a los servicios de la mañana, luego siempre se ofrecía un desayuno, allí podían hablar y compartir de sus experiencias y situaciones.
Edna se sentía mucho mejor, y asistiría también, le había telefoneado para decirle que almorzaran juntas. Pamela era del coro de la iglesia, ese día cantaría como solista. Madelin se sentía feliz, allí estaría con su amiga un buen par de horas.
Esa mañana estuvo el sermón como hecho para ella, el reverendo había dado su sermón sobre el amor, el amor que podía perdonar, que podía pasar la hoja, aquel que dada sin esperar nada a cambio.
Cuando llegó la hora del coro hacer su entrada, veía con ojos relucientes a Pamela, aquella versión de “Oh happy days” le había hecho llorar. Edna le abrazó con cariño, al tiempo que miraba a Brandon a quien consideraba como su hijo, sus padres eran detectives, siempre estaban viajando, o en sus trabajos, Edna lo había criado, no era solo un sobrino, era como su hijo. Él siempre le llevaba a las reuniones de padres, siempre en los deportes presentes, en todo momento, mami, como solía decirle, estaba presente.
Eso producía que su hermana se colocara celosa, Brandon se dirigía a su madre por su nombre. Total, Edna era quien le había criado, y Janet estaba agradecida, sin su ayuda su carrera no hubiera despegado.
Cuando terminaba el servicio fueron hasta la cafetería, Pamela y Brandon, se unían a un paseo en bici con los demás chicos del coro.
Las dos amigas tomaron lugar en las cómodas sillas del café.
-Madelin, algo te inquieta, así que no puedo esperar más, cuéntamelo todo-.
-Es solo una pequeña tontería… ¿Crees que Pamela estaría bien con sus tíos? Quiero que vaya a la universidad, no deseo que se quede en la estafeta de correos-.
- ¿Y porque piensas que lo haría? Esa atrevida chica tiene aspiraciones-.
-Pues estaré tranquila, sé que le gusta la fotografía, pero quiero que estudie una buena carrera, a lo mejor escoja…-.
-Escogerá lo que le guste, es buena para enseñar, quizás sea maestra, o bióloga marina, quizás enfermería, o medicina…en fin lo que escoja será lo mejor para ella… ¿No piensas así? -.
-Si, tienes razón, lo que ella decida estará bien ¿Sabías que el diseño de modas es algo que siempre le encantó? Me gustaría que hiciera lo que mejor se le da-.
-Brandon quiere ir a “Le Cordon Bleu” en Madrid; desea obtener, el Grand Diplöme, y estoy segura que lo podrá lograr, es el programa más completo y con mayor reconocimiento en la actualidad, está compuesto por el diploma de cocina, y el de pastelería,, podrá dominar ambas disciplinas, Brandon es habilidoso, disciplinado, ha hecho varios cursos, pero nada comparado con el hecho que estudie allí, es un chico creativo, y sé que le irá bien. Sus padres lo apoyan, nuestra bella Pamela puede estudiar diseño, y Brandon convertirse en todo un chef, se harían compañía, Pamela puede buscar una beca, es excelente estudiante ¿Qué piensas Madelin? -.
Pero Madelin miraba en aquel momento al jardín de la iglesia.
-Pienso las horas invertidas en el jardín, las flores son hermosas… dejaba escapar un suspiro. -Pamela puede lograrlo, si se lo propone lo hará-.
-Estará bien cariño, al final todo se resume a un principio, crecen, y se marchan de casa, crecen asumiendo sus vidas, Brandon tendrá un bonito futuro, estoy segura totalmente, convencida y nadie me quitará este pensamiento, sus padres solo viven para su trabajo, creo que les falta comunicación, afecto, cariño, la profesión parece hacer tu efecto contrario…en fin, pero el tema que nos trae aquí no es ese…¿O sí?-.
-Iré a un chequeo médico, últimamente mi agotamiento suele ser muy abrumador, ya sabes…algunas vitaminas y reposo harán lo suyo-.
-Mi trabajo como tu amiga es estar contigo, así que dime ¿Cuándo es la cita? -.
-Será en una semana, el día viernes a las cuatro de la tarde, nos podemos quedar y retornar el sábado. ¿Podrás? -.
-Por una amiga como tu…disponible siempre-.
Al salir del café las nubes ocultaban el sol, Edna tomaba un cigarro y lo encendía ante la sombrosa mirada de Madelin.
--Jajaja…no te extrañes tanto, tengo mis vicios, sé que debo mandarlos al calabozo, pero querida… ¿Quién es perfecto en esta vida? -.
-Diremos, nadie…. absolutamente nadie-.
Tomando las llaves del auto de su bolso de despedían con un abrazo, Edna miró por segundos el auto mientras se alejaba.
-Está pálida, cansada, extenuada, algo está pasando en su casa, ese desdichado de Calvin que no cambiará nunca, me pregunto ¿En qué hora se convirtió en el monstruo que ahora es? -.
Sacudía sus cabellos, el reverendo y su esposa venían hacia ella, antes que notaran, arrojaba el cigarro, y tomaba una menta de su cartera de mano. -Aliento fresco, palabras frescas-. Reía con sarcasmo. Aun el reverendo no era perfecto y su atractiva esposa tampoco.
Madelin giraba a un costado de la carretera, por un extraño motivo, tomaba el camino al cementerio. Al llegar notó algunos que visitaban las tumbas de sus parientes. Las flores adornaban mientras podía apreciar las lágrimas que rodaban por sus rostros. Se quedó allí prendada de aquel momento, prendada de los momentos que ella misma tenía presentes, sus abuelos habían partido, su padre ya no estaba, pero su madre era una distancia la cual a veces no comprendía del todo bien.
La vida misma daba y por momentos quitaba, Madelin respiró, la lluvia comenzaba poco a poco, mejor ir a casa, Calvin estaría hecho una furia.
Se alejaba del lugar con aquella sensación de tristeza, con aquel sinsabor en su boca, con las emociones encontradas y los sentimientos remolcados. Condujo a casa sin prisa alguna, no sería un domingo en familia. Solo un domingo más en el calendario.
Aparcaba su auto y notó que tenían visitas en casa, un mal día para tenerlas, quería comer algo e ir a su habitación a descansar.
Al abrir la puerta notó que las voces provenían de la cocina, al llegar la sorpresa fue algo abrumadora.
-Prima, que suerte que llegaste, ya estaba por irme…cociné algo para todos, un estofado de pollo, pastas, ensalada… ¿Qué te parece? -.
-Que sorpresa, no debiste molestarte…gracias-.
Madelin tomaba lugar en el comedor, Calvin colocaba la mesa, habló sobre el viaje que haría en la semana, debería supervisar unos trabajos, y le tomaría dos o tres días, además el negocio comenzaba arrojar sus frutos, dos casas estaban listas para cerrar la venta, una buena noticia sin lugar a dudas.
-Espero que mi esposa esté feliz, es bueno para la empresa… ¿No crees? -.
-Si, es bueno-.
Madelin lo miró algo desconcertada, ¿Desde cuándo acá, Calvin colocaba la mesa, y ayudaba a cocinar? No recordaba algo parecido a la escena frente a sus ojos, pero no quiso decir nada, no generar un clima tenso ya era buena decisión, se divertiría también con el escenario que todos de una u otra manera actuaban. Ella seria también un personaje, esta vez haría de esposa serena y tranquila.
Úrsula colocaba los platos en el comedor, una amplia sonrisa que traspasaba todo el ambiente ¿Tanta felicidad le producía cocinar? No estaba segura, pero lo tomaría como un sí.
Hizo que todos se tomaran de las manos para la oración de gracias, al finalizar un amén hacia el cierre.
Pamela ingresaba en aquel instante con Brandon.
-Qué bueno que llegaron a tiempo, pasen a la mesa-. Úrsula estaba ese día feliz, como nunca antes Madelin le había visto.
-Querida, todo está delicioso, es bueno contar contigo-.
-Claro…cuando gustes puedes llamarme…no sé qué piense Calvin…pero será un gusto ayudarles-.
-Por mi está bien Úrsula, además serias buena compañía para mi Madelin, su vida solo gira en torno a la estafeta, clientes, e iglesia, es una pena podríamos aprovechar el tiempo como una bonita familia, y por cierto…recuerda que eres parte de esta casa-.
-Calvin tantos halagos…terminaré ruborizándome-. Úrsula suspiró.
-Merecidos… ¿Qué piensas tu cariño? -.
-Muy merecidos-. Madelin sintió que algo no encajaba ese día, pero para que hacer preguntas, algunas ni respuestas tenían, otras quizás serian confusas respuestas, además no tenia deseos de gastar energía en ninguno de los dos, Úrsula con aquella generosidad repentina, Calvin con una hipocresía tan genuina que ni el mismo podía creerse tanta basura que hablaba, eso era lo que Madelin pensaba.
Los chicos hicieron comentarios sobre la universidad, Calvin intentó molestarse cuando Pamela dijo dudar entre estudiar diseño de modas, o biología marina, pero Madelin dio un giro a la conversación.
Los hechos hablaban por si solos, era una familia totalmente disfuncional, el amor era fingido, por lo menos sabía que ese Calvin tan amable, sutil, y de palabras generosas, no era más que una actuación. Úrsula parecía ser parte del circo, y ella era como la extraña sensación, la mujer barbuda sería un excelente papel para ella.
Terminaron de comer para ir al jardín, el café con galletitas de coco logró sorprenderla.
Varios días transcurrieron desde aquel domingo en familia, Úrsula pasaba alguna tarde por casa para saludar, siempre era quien tomaba la iniciativa de preparar el café, hasta ofrecerse para quedarse a preparar la cena.Madelin viajaría con Edna a Austin para su chequeo médico, pero por alguna razón su madre estaba llegando a casa, ese era el mensaje que Pamela le daba, aún tenía tres horas disponibles antes de viajar, irían en su auto, Mai las acompañaría, seria bien recibido en casa de su hermano y su esposa.Sus pequeña maleta y bolso de mano con todo lo necesario estaba listo, Pamela en esos días estaría con la abuela, estaría tranquila, igual el viaje solo tomaría dos días.El timbre sonó y Pamela dando dos saltos de alegría abrazaba la abuela.-Abue…que bien que decidiste venir, así me harás pastel de zarzamoras, es mi preferido-.-Oh, querida claro que sí, pero eso sí, no creas que te escaparás de lavar los platos y dejar la cocina impecable-.-No cambias abue.-.La mujer soltó
Madelin caminaba por el amplio pasillo de la clínica acompañada de Edna, solo tendrían que esperar tres pacientes para su turno. Podían ir por un café y alguna galletita, estas eran una completa tentación para Madelin.Edna hacia el pedido conocía de sobra los gustos de su amiga, las galletas estaban recién salidas del horno y el olor a coco, canela, vainilla, inundaba todo el lugar. Madelin miró su reloj, estaba segura que en pocos minutos le llamarían.-Edna, gracias por este exquisito café, las galletas son cortesía-.-Es grato saberlo…-.Caminaron sonriendo hacia la sala de espera y tomar sus lugares, la enfermera ingresaba al consultorio, al cabo de diez minutos invitaba a Madelin a seguir.-No tardaré-.-Entraré contigo de ser necesario-.-Quédate tranquila, es solo una cita de rutina-.-Eso dices siempre-.-Porque siempre es así…creo que quieres controlarme y no lo permitiré-. Le miraba con aquella seriedad…para después soltar una risa que logró hacerle escupir el café a Edna d
Calvin miró a Úrsula mientras su voz era algo tensa. La conocía bien, siempre buscando oportunidad de algún numerito de esos característicos de ella.-Gracias Úrsula, siempre tan atenta y amable-.-Haré el almuerzo-.-Vaya que ayuda la que me brindas, iré por unas cosas para la ensalada, ahora regreso, puedes ir adelantando-.-Claro tía-. Sonreía con aquella picardía tan suya, inocencia y juego en su mirada, como en sus palabras.Calvin tomaba el periódico para darle un vistazo a los clasificados, deseaba encontrar un lugar más grande para mudar las oficinas de Victoria, cada día llegaban más clientes, nuevos proyectos, y requería una bodega, su oficina también estaba sujeta a cambios.-Bien Úrsula espero que cocines algo delicioso…me iré al estudio a leer mi periódico-.Ella le salia a su encuentro.- ¿Dónde crees que vas? -.-A leer, hay que estar atento a las noticias ¿Qué, no lees noticias? -.-Claro que no, son tristes y caóticas, no me gustan-.-Deberías alimentar tu cerebrito c
Madelin acomodaba algunas cosas esa mañana en el refrigerador, eran las seis en punto. Su madre y pamela dormían plácidamente.Su maleta estaba en el vestíbulo aun sin ser llevada a la habitación, para sorpresa de ella notó que Calvin no estaba en casa, no era extraño para ella, siempre encontraba alguna excusa de peso para tales ausencias a ciertas horas.Pero llegaría a solicitar desayuno, ella preparaba su almuerzo, los días de placidez habían terminado.Las palabras del buen doctor le resonaban en sus oídos, debía tomar decisiones drásticas y medidas extremas sobre sí misma.Pasos silenciosos en la cocina le hicieron girar con serenidad.-Madelin que bueno que estás de regreso, no te imaginas estos días, tu marido pobre…tuvo que trabajar tanto este fin de semana que debió quedarse dormido en su oficina anoche, bien Madelin te estaba esperando, quiero saber si iras a ver a tu padre, en cualquier momento podría detonarse algo, y ya sabes…-.-Madre eres asombrosa, lo primero que espe
La semana transcurrió sin muchas novedades, salvo, aquella carta que tenía en manos, dos días atrás, su padre le había escrito, no podía evitar sentir la curiosidad de leerla, pero a la vez no se sentía capaz de hacerlo. Aunque era mejor saber su contenido, comenzaba a abrir el sobre cuando la llamada en la estafeta detuvo sus manos, tomaba la llamada.-Buenas tardes estafeta de correo Victoria Texas, ¿En qué puedo ayudarle? -.-Si, buenas tardes, por favor deseo tener información sobre una carta que recibí-.-Bien, cuénteme al respecto-.-Soy la persona que perdió a Mai hace un tiempo, así que en la carta dice que está a salvo-.-Oh, ya veo…por supuesto, le daré la información, Mai estaba en la carretera y yo lo encontré, ahora está viviendo conmigo. Pero cuando guste puede venir por él, será triste despedirme, pero me alegra que se reencuentre con el-.-Estaré el fin de semana en Texas, ahora estoy en los Ángeles, pero viajo el viernes ¿Le parece bien darme una hora y donde puedo ir
En la estafeta Madelin adelantaba el libro de recibos, una mañana con bastantes cosas, correos para entregar, paquetes y sobres.Por suerte era viernes y pronto llegaría el domingo, ir a la iglesia le reconfortaba.Pamela asistiría al cumpleaños de Paty, una de sus compañeras, el hecho que Brandon estuviera en dicha fiesta le daba tranquilidad, Calvin al final no había viajado, así que estaría el fin de semana entero en casa.En aquel instante se quedó mirando hacia la amplia ventana, Úrsula caminaba en dirección a la oficina de correo.Algo extraño en aquel momento, ingresando titubeaba por algunos segundos.-Madelin…que sorpresa verte, no estaba segura que estuvieras de turno-.-Hola Úrsula, ya casi saldré, la mañana transcurre a prisa-.-Necesito enviar unas cartas…tía Cori pasó a verme, llevó varias pinturas, creo que hará una remodelación en su casa, me pidió que fueras conmigo almorzar hoy-.-Lo siento, no puedo, debo hacer unas compras-.Madelin tomaba las cartas de mano de Úrs
Rick lanzó una carcajada al mismo momento que le daba un toque de fijador al cabello de Madelin.-Los dos exageran, no suelo sentirme así, pero es lo que me apasiona, aunque eso me coloca en desventaja con mis padres-. Colocaba el fijador sobre el tocador.-Eres increíble, por eso te admiro, siempre te he admirado-. Fred lanzaba una cálida mirada a Rick.-Yo creo que ustedes dos se colocaron de acuerdo hoy, están empalagosos de halagos-. Rick le indicaba a Fred una revista para que echara una mirada, quizás le gustaría algunos de los cortes que estaban de moda. Madelin extendía su tarjeta para el pago, ante lo cual Rick se acercaba a la caja para realizar la operación.Rick se había dado a conocer logrando ser solicitado por artistas, cantantes, y personalidades del espectáculo, pero la insistencia de sus padres le obligó a regresar, razón por la cual compró una propiedad a un precio muy bajo, logrando hacer realidad uno de sus sueños, su salón de belleza en la primera planta, con su
Rick colocaba la alarma al tiempo que se colocaba su chaquetón color uva, guardaba las llaves y revisaba las luces del exterior.-Ven, mi auto está en el estacionamiento-.-Traje la moto-.-Podemos irnos juntos, después vienes por ella-. Subían al auto de Rick y colocándose los cinturones, el auto se colocaba en movimiento.-Hace un mes aproximadamente que no salimos a cenar…aunque nos vemos casi que, a diario, pero cenar es mejor-.-Creo que sí, he estado con mucho trabajo de la universidad, algunos eventos, ya sabes como es este mundo del modelaje, creo que iré a Paris a un evento de Guillain, lanza su nueva línea, así que llevaré el mejor estilista, pedí que seas tú-.-No me sorprendo, tu representante me llamó hace unas semanas atrás, quiere que nuestro equipo se ocupe de siete modelos-.- ¿Qué? -.-Eres el primero en la lista…-.-Entonces dirás que si-.-No sé, quizás vaya ¿Quieres que vaya? -.-Si, podemos pasear un día París-.Rick y Fred cruzaron sus miradas, una sonora risa s