La semana corría con muchas novedades en común, esa en especial iniciaba con un resplandeciente sol que se colocaba por la ventana de la cocina de Madelin. Pamela estaba tomando su desayuno, estaba a tiempo para llegar a clases. Brandon pasaría por ella en minutos.

-Mamá…papá no se quedó anoche en casa, y no me escondas la verdad, su auto no llegó anoche-.

-Sabes la verdad, no pretendo esconderla, siempre sabes todo…pequeña espía de la ventana-. Reía con naturalidad.

-Pareces que estas feliz hoy, pero mucho más feliz que de costumbre… ¿Se divorciarán? No me escondas la verdad, no tengo cinco años, puedo entenderlo mamá, con total sinceridad creo que es mejor que papá se marche de esta casa, nunca está, nunca habla con nosotras, y jamás tiene un detalle o gesto contigo-.

En aquel momento escuchaban pasos. Calvin ingresaba en casa, con su rostro lleno de cinismo, Madelin le hizo señas a Pamela que no hablara nada fuera de lugar.

En un susurro Pamela dijo que no se preocupara, estaría mu