La sangre de mi padre cubría mis manos, mientras las gotas de lluvia las lavaba, cerré los ojos evitando ver el cuerpo inerte de mi padre en el suelo, mi peor pesadilla se había cumplido, aquello a lo que siempre escape hoy me demostraba que era mi destino terminar siendo lo que jure nunca ser… tembloroso me levante apretando mis puños con fuerza, cuando me gire un panorama diferente se mostró ante mí. Un inmenso charco hundía mis pies, reflejando un intenso azul mientras el infinito negro se lo comía todo, sabía dónde estaba, era mi mundo interno... eso significaba. Una silueta negra se acercó hasta mí alterando las tranquilas aguas, una risa se hizo eco en él vació lugar y sus ojos rojos brillaron. —Beliat… —murmure cuando salió de la bruma una sonrisa que enmarcaba su rostro, rostro que era mío, idéntico a mí… era como verme en un espejo, solo que con un perpetuo carmesí en sus ojos. —Parece que por fin he saciado mi sed de sangre, el destino de cualquier hijo de un alfa se ha cum
Una muerte por otra Dos meses Como cada noche me desperté con la respiración acelerada recordando aquel nefasto día, pasé mis manos por mi rostro hasta que sentí la mano de Berenice posarse en mi pecho, gire mi rostro en la cama, y al verla un suspiro de desepcion broto de mi boca. Relativamente ella provocaba que mi pecho pesara, aparte su brazo, saliendo de las sábanas, tomé mi bata y salí de la inmensa carpa viendo el amanecer y la quietud del bosque despertando. —¿Que es esa voz que escucho…? Como si me llamara solo a mí. —Murmure mirando con intensidad al tupido bosque verde que de sus entrañas escupía una niebla espesa. Y sin pensármelo un segundo más me trasforme en lobo y salte hacia el bosque, adentrándome a sus raíces. Beliat… lo repetía, pero él tampoco sabía que era lo que nos llamaba con tanta insistencia. El viento acariciaba mi pelaje, y los millones de sonidos sobre la tierra y el cielo, de cada pequeña flor, insecto y animal siendo movida por el viento o dejando su
Algo se está gestando. —¿Como va la vida de alcaldesa? —¿cómo crees? —esbozo una sonrisa, encendiendo un cigarrillo apoyado en la barandilla, mientras la brisa refrescaba aquella noche. —De seguro debe ser divertidísimo, además… de alguna manera te pega, tienes ese aire. —Prefiero no saber de qué aire hablas. —Sonrió levemente mirando hacia el horizonte. Sin poder evitarlo le mire y pregunte. —Siempre hablamos de mí, pero realmente no sé nada de ti… ¿adónde te fuiste por tanto tiempo? —Solo fueron dos meses… tan pronto y ya me extrañaste —indico inclinando su cuello hacia mí con esa petulante expresión y ceja sobresaliente. —Bien, no me digas… solo quería saber más cosas de mi supuesto salvador, eso era todo. —¿Salvador? Yo no te salve ese día Angela, simplemente me aleje de algo que no quería para mí, solo vele por mí, y tu estabas ahí como mi oportunidad para saltar al vacío…. —pensativa, tome el cigarro de su mano y le pegue una calada. —Egoísmo o no, me sacaste de ahí cuan
Madre luna dame paz…Saque de mi bolsillo aquella cápsulas que me dio Gaspar y cuando intente meterme una a la boca, Paul tomo mi mano y la lanzo con fuerza, le mire incrédula y sin decir nada también me arrebato las demás pastillas.—¿qué diablos crees que haces? Te… te has vuelto loco.—¿Por qué tomas esas pastillas?—¡Que te importa! —zanje arrebatándoselas.—¿sabes lo que son siquiera? Desde lejos puedo oler su desagradable olor.—Pues no lo sé, no tengo tu sentido del olfato. De todas maneras, Las he tomado toda mi vida, cuál es el problema ahora. —Río sin gracia, negando para acercarse a mí, y de un golpe seco hacerlas caer de mi mano para luego pisarlas con fuerza.—Preguntante porque no te has podido trasformar, y todos tus sentidos están adormecidos —abrí mis ojos inertes, viéndolo alejarse por el pasillo. Mire una última vez las pastillas y siguiéndolo pregunte.—Tal vez sea lo mejor, no se convivir con esta parte de mí.—Son inhibidoras para suprimir nuestros instintos, por
Golpe bajoVi las luces del camión, iluminar los árboles en una de las curvas de la carretera, la velocidad disminuyo en el mismo punto de encuentro, puse mi capucha y les hice la señal a los demás, con agilidad nos acercamos al camión y tocamos dos veces provocando que el hombre bajara, les hice una señal a mis hombres para que se dispersaran mientras negociaba con él. Cuando me acerque a la parte de atrás del camión, el hombre abrió las puertas subiéndose a la bodega.—Lo mismo de siempre.—Bien —empezó a sacar las cajas mientras la noche nos amparaba con su oscuridad.—¿ha habido algún problema?—Todo bastante tranquilo —indico sacando la segunda caja que uno de mis hombres tomo, pero me fije que temblaba como una hoja, entonces pregunte.—Tardaste esta vez, ¿pasa algo en el camino?—No pasa nada… terminemos esto cuanto antes. —sin poder creerle una palabra, todo encendió mis alarmas, esto no me gustaba. Tome su mano con fuerza provocando que saltara del miedo, ya no era unos simpl
Un día lluvioso La ceremonia de honores fúnebre se celebró en la tarde, el día estaba nublado, frío y oscuro, de alguna manera se ajustaba al dolor. Los miembros de las fuerzas militares desplegaron un honorífico desfile de armas mientras las banderas cubrían los ataúdes. Cuando las armas se dispararon al cielo, las trompetas entonaron una triste tonada. —¿Mami, porque están enterrando a papi…? No podrá salir a tiempo para la cena… no me gusta esto, ¡quiero a mi papá! —Abrazo con fuerza a la pequeña deteniendo que se acercara al ataúd que estaba siendo enterrado, el cielo retumbo dejando que poco a poco la lluvia callera, la mujer se desmoronó en el suelo mientras sollozaba con fuerte, arrebate la sombrilla que sostenía Gaspar sombre mi, y camine hasta la mujer para cubrirla mientras maldecía con dolor. Alzo su rostro hasta mí como echa cascarón vacío. —Siento mucho su perdida, señora Chepar. En nombre de la familia Hakett queremos ofrecerle una ayuda monetaria…—se levantó aparto la
Ceremonia de sucesión—¡Alfa, han vuelto el grupo de exploración! —Sali con rapidez de mi carpa y corrí entre la multitud de gritos y llanto. Cuando por fin llegue a la escena mi piel se erizo.—¡Mi lunaaa! No, él no... por favor, diosa luna… no me lo arrebates, por favor…. No él —mis ojos pasaron por todos los cuerpos que estaban en el suelo, mientras la sabia anciana recitaba unos canticos a los fallecidos. La rabia nacida de lo más profundo de Beliat se traspasó a mí. Miré a Galaxy y parecía cansada, al acércame a ella inquirí apurado.—¿Qué fue lo que paso Galaxy? —me miro a los ojos y con rabia soltó.—¡Nos pusieron una trampa! Le pusieron una bomba a quien nos suminisntraba los alimentos.—¿Que? ¿Quién cojones haría eso? No tiene sentido… ¿el hombre se inmolo?—¿Y aun lo preguntas? ¡claramente fue la ilustre alcaldesa!—¿Porque Angela haría algo así…? Sin previamente sentirse a amenazados, simplemente no tiene sentido Galaxy —un veneno la invadió por la expresión que me mostro.
—Yo, Angela Hackett, juro… juro —mire a las personas presentes que con un silencio sepulcral que me diseccionaban con sus escrutadoras expresiones, aparte el papel de mi discurso y Gaspar pareció palidecer en la lejanía, mire a cada uno de los habitantes y solté sincera.—No soy mi madre… y sé que tenían mucha fe en ella, y sé que no adoraban a la peor de las hijas, pero si de algo estoy segura es que no quiero ver a más personas morir delante de mis ojos, no sé cómo lo lograré… pero quiero liberarlos a todos del miedo, quiero vivir en un lugar tranquilo, no soy la persona perfecta, pero soy la mujer que quiere luchar por ustedes. —Todos aplaudieron y de repente entre el barullo unas mujeres salieron entre el grupo de personas con carteles de “liberen a Hackett” “fuera la familia Hackett” y entre esas mujeres vi una de las viudas.—¡No crean en esa mujer, esa familia está maldita y nos llevará a la destrucción! ¡No le importa nuestras familias, y si yo fui una víctima, ustedes serán l