Una luna entre gotas de lluvia—Tu madre me volvió a llamar, estoy cansado de sus estúpidas intervenciones. Se ha olvidado la vieja esa que le estoy haciendo un favor a su estúpida hija. Estoy seguro de que no sabe que tienes un problema cognitivo. Mira que irte de noche al bosque y quedarte dormida en ese lugar es de estar completamente loca, y para colmo ni sexo puedo tener con semejante mujer. —Propino llamando al mesero para que nos sirviera.«Dile que se calle o lo mataré»—Estás en mi cabeza… —murmure temblorosa apretando el pliegue de mi vestido mientras agazapaba mi mirada hacia mis muslos. Mi cabeza… me estaba volviendo loca, ¿qué me está pasando?—¡Joder, me estás escuchando! Es que ni para vestirte sirves, te dije que iríamos aún restaurante elegante, ¿y mira cómo te vez? Me avergüenzas —alcé mi mirada llena de rencor.«¡No te quedes callada! »—Tú compraste este vestido… —rio con sorna mirándome desde la mesa.—Tu madre me había dicho que estabas yendo a un gimnasio, pero
¿Amigos?—Ey, ey… tranquila, mírame, estrellita… estoy aquí. —Indico tomando mi rostro en sus manos, alzándolo hasta la altura de su rostro, me sonrió levemente y con angustiada solté algunas lágrimas que se perdían entre la lluvia.—E-es que yo lo ataque… p-pero —alce mis manos frente a él temblorosas, matt abrió sus ojos, tomo mi mano con rapidez y propino con rapidez.—Estás herida, Angela, déjame ver la gravedad —aparte mi mano enojada y propine.—Eso no es importante, te estoy diciendo que ataque aún civil, y escape como una delincuente. D-debe estar tirado allí… —¡Y qué carajo me importa a mí, no conozco a esa gente! Te conozco a ti, y estás herida, así que deja de decir estupideces. —Increpo enojado arrancando con facilidad de papel un pedazo de tela de su camiseta. Tomo de nuevo mi mano y la levanto con rapidez. Cuando termino me volvió a mirar, tomo mi otra mano y sin preguntarme indico certero.—Vámonos — caminé con torpeza detrás, viendo su ancha espalda. Mire mi mano vend
Una difícil decisión Porque no llegaba, mire hacia afuera por decimosexta, ves caminando de un lado otro mientras mordía mis pobres uñas, me encontré con la seria expresión de pocos amigos de paúl, estaba igual de preocupado que yo, aunque no lo demostrara, el temor de ser encontrados de nuevos por ese hombre… nos carcomía por dentro como un veneno. Suspire cuando escuche la voz de sky.—Puedo sentir el sabor de tu preocupación Galaxy… podéis calmaros —me giré con rapidez hacia ella tomando su mano.—¿Cómo te sientes, linda? Te quedaste dormida —me sonrió acariciando mi rostro para decir.—Ya me siento mucho más tranquila, creo que Matt logro apaciguar su alma… —muchas de las veces no entendían lo que decía sky, pero la amaba y solo quería verla bien.—Lo importante es que estés mejor, y si es como dices, matt debe estar de regreso pronto y eso me calma, temía que pudiera enojar a quien ya sabes.—Temer no es vivir, tarde que temprano tendremos que enfrentárnosle —me quede mirándola
Familia—Ángela ha escapado de casa, necesita caridad y amabilidad de nosotros —le miré incrédula para golpear su hombro empujándolo. Galaxy y sky se quedaron mirando nuestras manos tomadas, avergonzada le solté con rapidez sin caer en cuenta como estaba empezando acostumbrarme a aquel cálido apretón.—N-no es como matt cuenta, no he escapado de casa y tampoco estoy buscando caridad de vosotros, solo estoy pasando por una etapa de independencia.—Si, pero no tienes amigos que te ayuden, estrellita. En un resumen bastante corto, eres una antisocial —le lancé otra mirada despectiva viendo su jocosa sonrisa.—No me llames estrellita, y eso tampoco es verdad.—Bueno… dejando de lado los comentarios estúpidos de Matt, discúlpanos esta noche Ángela… hemos sido bastante groseros. Si necesitas ayuda podemos darte una mano.—No están obligados ayudar solo porque conocieron a una Hakett. —Dije tocando mi mano vendada con amargura.—¿Entonces que haces aquí? —mire a Paul con rapidez, que, con un
Sol y luna—Ya fue suficiente, ¿No, Paul? —inquirió Matt posándose frente a mí mientras deshacía mi puño lentamente, alce mi mirada viendo su seria expresión sobre su amigo, cuando mi mano se relajó la tomo aferrándose de nuevo en ella.—¿Ya no habíamos hablado de esto?—Tú hablaste, pero eso no significa que tenga que estar de acuerdo contigo.—No hagas más difícil esta situación, no crees que ya están lo suficientemente nerviosos. —Le miré confundida sin entender muy bien que decían, ¿nerviosos? ¿De qué?—Si algo sale mal….—Paul, déjamelo a mí, sabes que siempre os velo por todos. —me miro de nuevo con molestia y tomo su maletín desgastado para soltar.—Haced lo que queráis… —y después de esas cuatro palabras, se escuchó la puerta de la entrada del edificio cerrarse con fuerza. Un fuerte jadeo de fastidio salió de los labios de matt. Cuando se giró hacia mí, para mirarme me sonrió y dijo.—Supongo que ya es tarde, todos hemos tenido una larga noche, deberías irte con ellas. —Asentí
Lobuna ¿Qué era esto…? De verdad me estaba volviendo loca, toque mi mano intentando buscar alguna explicación a esto que me estaba pasando, mire de nuevo a sky que había caído de pompa al suelo. Galaxy se agazapó hasta ella tomando su mano con preocupación, las miré desconcertada intentando entender, quería buscar una respuesta lógica a algo que parecía escapar de cualquier entendimiento, no estaba loca… ellas tenían que haberlo visto. —¡¿Cómo lo hiciste?! —propine nerviosa mirándolas. —¿Qué está pasando…? —Cálmate… Ángela, tal vez…. La herida no era tan grave. —Índico Galaxy, con su mano apaciguando los animo, volvió a mirar a sky, y entonces le pregunto. —¿Qué pasa cariño, estás bien? —sky me miro con miedo y murmuro nerviosa. —Perdón… es que sentí algo extraño. —Dijo inquieta Sky que miro a Galaxy con incomodidad, Galaxy me miro y una expresión de recelo recayó sobre mí. Sentí un pinchazo de aquel claro rechazo, podía reconocer esa expresión donde fuera… no era tonta, me temía
La amistad tiene muchas capas—Tengo una licenciatura en administración con un master en negocios internacionales, un magíster en geopolítica con una de las mejores tesis de fluctuaciones en el mercado de mi generación. Hablo inglés, francés, y un poco de chino. —Zanje con una sonrisa cándida de emoción, me miro por sobre las hojas soltando un leve rechiste de sus labios. Nerviosa se borró mi sonrisa de la cara, sintiéndome inquieta, he insegura.—¿Y el nombre? No está escrito en el curriculum —soltó después del largo silencio.—Eeem… perdón lo olvidé, es… A-Ángela. —me miro con molestia para soltar.—¿Ángela, qué? —nerviosa, empecé a tocar un mechón de mi cabello mientras evitaba su mirada.—Ángela Hacket. —Dije con desgana, sorprendido, me miro como si sus ojos estuvieran a punto de caérseles.—¡Dios mío, señorita Hacket! No la reconocí con esa ropa tan rara...—hice una mueca murmurando levemente “esa era la idea” se levantó de su asiento estirando su mano frente a mí y por educació
La amistad tiene muchas capas parte 2Termine de vestirme y pensativa me mire al espejo que había en vestidores, este atuendo deportivo me quedaba raro… suspire con desgana preguntándome ¿por qué hacía esto? Ni siquiera creía en el ejercicio, lo intenté varios meses atrás y no sirvió de nada, y siendo sinceros… estar con matt me incomodaba, se supone que era mi amigo, pero unos días antes tuve un sueño húmedo con él, el golpe que me di me había dejado completamente demente, pero en mi defensa en esos días matt seguía pareciéndome un insensible idiota. De repente oí a dos chicas entrar alegres, me hice la que sacaba algo de mi casillero para no parecer una completa loca que habla con la nada.—Que sería de este gimnasio sin el trasero de Matthew. Ese hombre es el sentido pecado capital, “la lujuria” —soltaron una carcajada al unísono mientras se vestían.—Si te soy sincera, solo me suscribí, por él—Yo oí, que hay algunas pupilas con las que, si se ha acostado, y si eso es verdad, yo s