—Le hablaré de nuestra iniciación, tranquilo.Asentí al tiempo en que entraba un médico.Después de que me permitieran levantarme y finalmente poder ir a ver a mi esposa, no sin antes darme el anuncio de que ya habían pasado dos días desde esa fatídica noche. Había sido difícil de digerir, golpeó como un martillo en mi pecho.Mis pensamientos se convirtieron en un torbellino al entrar finalmente en su habitación. Agradecí mentalmente estar en una silla de ruedas, ya que temía que mis piernas no me sostuvieran al enfrentar esa vista tan desgarradora. Mi mente se desbordaba con la imagen de su cuerpo maltrecho, conectado a los zumbantes y parpadeantes artefactos médicos. La palidez de su piel contrastaba con la intensidad de los moretones que decoraban su cuerpo.La habitación del hospital se volvió un remolino de emociones contenidas y pensamientos inquietantes mientras permanecía junto a la cama de Isabella. Su respiración era constante, pero no podía evitar preguntarme qué sueños o p
POV DARKO ROMANOV—Mis últimos días han sido tan volátiles como una tormenta en el mar embravecido. Todo este caos solo confirma lo que ya sé: la única manera de apaciguar, aunque sea un poco mi sadismo, es Isabella. Cuando no está a mi lado, no hay un solo destello de luz en mi existencia, es como si la oscuridad se apoderara de todo. Maldita sea. —Suspiré con frustración, dejando que el suspiro escapara como un lamento contenido—. Quiero que despierte, que ya esté a mi lado, pero al mismo tiempo, una parte retorcida de mí disfruta de la libertad que experimento cuando no está presente. Es como si pudiera ser completamente yo mismo, un verdadero hijo de puta sin restricciones.Volteé a mirarla con una sonrisa sutil.—¿Tú qué crees? —pregunté.Jesús, en ese momento, se encontraba en un estado deplorable, su figura temblaba como una hoja en medio de una tempestad. El sudor le pegaba el cabello a la frente, evidenciando la intensidad del momento. Tenía que asegurarme de mantenerla hidra
POV DARKO ROMANOVMe alejé lentamente de mi hija, dirigiéndome hacia el pequeño asador que había traído. —Oksana, ¿tienes idea de lo que les hago a los traidores? —pregunté, lanzándole una mirada de desprecio. Noté que hacía esfuerzos por mantenerse consciente. La estúpida no resistiría mucho, y esto solo había sido el comienzo. —Lo…lo que… me hiciste… —gimió débilmente.—Lo que te hice fue por mi propio placer, no porque me hayas traicionado. —Me encogí de hombros, disfrutando de su sufrimiento—. Quería ver cómo lucias en este estado… sin dedos. El odio llenó su mirada, y no pude evitar sonreír.—Maldito.—Lo soy, pero deberías agradecer. Ya no tendrás que volver a preocuparte por esas mierdas de manicura.Continuaba moviendo el carbón, cuando Lia comenzó a sollozar. Inmediatamente volteé a mirarla. —¿En qué quedamos? —pregunté, ganándome otro sollozo como respuesta—. Lia Romanova, deja de ser egoísta con una moribunda. Tendrás toda mi atención cuando termine.—¿Crees…que el
Parpadeé rápidamente, tratando de adaptar mis ojos a la luz de la habitación, mientras luchaba por enfocarlos en cada figura presente. En cuanto mis ojos conectaron con los de él, desvió la mirada hacia el suelo.¿Por qué? Volví mi atención a la doctora, queriendo obtener respuestas. Intenté moverme, pero mi cuerpo parecía adormecido, una sensación que se extendía desde mis extremidades hasta el núcleo de mi ser. Ni siquiera mis manos respondían a mi voluntad.—Señora Romanova, sé que es médico cirujano y entenderá muy bien lo que diré a continuación. —Inhalé hondo y asentí. La impotencia se apoderó de mí mientras escuchaba sus palabras—. Llevaba un embarazo de dos meses, pero por su condición es imposible que llegara a término, en su anterior accidente las lesiones en su útero fueron graves. Estas lesiones son irreversibles y por ello tuvo un aborto.Mis ojos buscaron nuevamente a mi esposo en busca de consuelo o apoyo. Lo necesitaba en este momento, necesitaba escucharlo decir que
—Siento que dormí por un año. Han pasado tantas cosas —murmuré, mi voz apenas más que un susurro en la calma de la habitación.Nos habíamos levantado hace dos horas, pero el tiempo parecía dilatarse en ese momento íntimo que compartíamos. Habíamos dedicado ese tiempo a hablar de todo lo que había sucedido y estaba aconteciendo en nuestras vidas.—Me di cuenta de que te necesito cada día de mi vida, Isabella. —Sus palabras eran un susurro cargado de confesión, y me apreté más a su pecho como si buscara refugio en su calor—. Mantienes a raya a mis demonios, y cuando no estás, todo se sumerge en una oscuridad que solo tú puedes iluminar. No es que me queje, pero...—Por el bien de la humanidad, no debo alejarme de ti, entonces —bromeé, permitiendo que mi voz se deslizara con una mezcla de picardía y ternura, mientras escuchaba su risa que resonaba en su pecho como una melodía embriagadora.Amaba ese sonido. —Lo digo en serio, no nos volveremos a alejar. Te despertarás conmigo cada maldi
Un día después—Prefiero estar torturándome viendo por quinta vez esa película favorita de Artem, que estar aquí —se quejó por milésima vez, y su queja resonó en el bullicio del centro comercial. Bufé, consciente de la impaciencia que destilaba en cada palabra.Debido a que supe con poco tiempo sobre nuestro viaje, me vi en la necesidad de salir a comprar ropa tanto para los niños como para mí. Así que llevábamos más de dos horas inmersos en el bullicioso centro comercial, explorando las tiendas y adquiriendo todo lo que pudiera necesitar durante nuestra estancia en Grecia.—¿En serio? Porque no quiero quejas si después compro algún traje de baño demasiado revelador —bromeé, provocando un fruncimiento en su ceño mientras me miraba confundido.—¿Por qué me quejaría? Es tu cuerpo. Aunque sea mío, lo vistes como tú quieras —respondió con un tono de voz que dejaba traslucir su seguridad y posesión.—¿Y las miradas? —quise saber, girándome para buscar un traje de baño de dos piezas. Sentí
—¿Cómo celebran la navidad en Italia? —Indagó Andrea, mientras yo seleccionaba cuidadosamente los ingredientes para los platos tradicionales que tenía en mente. —La vigilia di Natale (Nochebuena) generalmente se celebra con una cena a base de pescado y mariscos. Es tradición evitar la carne roja en esta ocasión, y, por supuesto, no falta la pasta. —Ambas reímos—. La mesa debe de estar repleta, es un momento agradable en familia impregnado del espíritu navideño. Los regalos son un elemento esencial —expliqué, mientras observaba de reojo cómo Lena lidiaba con Lia en brazos—. ll Pranzo di Natale, el almuerzo de navidad, también es celebrado. Generalmente, se opta por carne asada en esta ocasión. ¿Y en tu país?—En Colombia, la tradición es similar, pero la cena suele incluir carne roja o blanca. Preparamos platillos navideños como buñuelos, natilla, todo acompañado de buena música y charlas animadas.Me detuve un momento para inspeccionar el carro y noté que no había nada que represent
—Darko, llegué —grité apenas entré, arrepintiéndome al instante, pues mi hermosa princesa se levantó con curiosidad en sus ojos.Escuché risas procedentes de la cocina, acompañadas de algunas maldiciones por parte de Darko. Algo me decía que lo que vería no sería de mi agrado.—¿Artem? —pregunté, entrando apresuradamente a la cocina— ¡¡Artem!!— grité horrorizada al contemplar la escena.Todo su cuerpo estaba cubierto de merengue y harina. Los dos idiotas no eran la excepción. Pensé que Xander era sensato, pero ahora veía que era igual o incluso más estúpido que mi esposo.La cocina entera estaba llena de harina, y había huevos partidos esparcidos por el suelo.—Mamá —susurró Artem sorprendido.Mi corazón dio un vuelco al escuchar esa simple pero poderosa frase, capaz de matarme de amor. Era una melodía que sonaba realmente bien, y amaba escucharla de su boca.—Isabella —dijeron al unísono los dos hombres.—¡¿Qué rayos pasó aquí?! —grité iracunda—. Soy yo la que limpio para que vengan