Su padre de inmediato se puso en pies y se dirigió a Maxwell, mientras que Aria permaneció en la mesa, llena de nervios. —Maxwell, es un placer tenerte por aquí, por favor toma asiento, te atenderé de inmediato. Estela miró a Aria y abrió los ojos de par en par. Aria quería salir corriendo de allí y evitarlo a toda costa, sin embargo, no podía escapar esa vez. —Se lo agradezco, señor King, pero solo voy a pedir un café, ya sabe, sin azúcar. —De acuerdo, yo mismo lo serviré, vuelvo pronto. Entonces, Maxwell se acercó a Aria. ¿Por qué rayos Kensington no se fue directo al trabajo? ¡¿Tenía que aparecer justo allí?! —Aria, nos encontramos por casualidad. Ella rodó los ojos. —Así es, ¿por qué justo esta cafetería? Además, si querías un café, solo tenías que pedirlo en la oficina. Él, elegantemente sentado y mirándola con una ceja arqueada, la retó. —¿Tienes algún problema con eso? Es decir, ¿por qué no podría venir a la cafetería de tu padre? Soy como un hijo para él. —No brome
Era el día de la fiesta de compromiso, y Aria se encontraba en su departamento, rodeada de un ligero caos de productos de belleza y prendas de vestir desparramadas por todas partes. Mirándose al espejo, sintió una punzada de incomodidad al notar que la ropa comenzaba a quedarle un poco ajustada, especialmente alrededor de su abdomen. Con un suspiro, decidió que no quería atraer atención no deseada, así que optó por un vestido más holgado que, aunque no era su primera elección, le brindaba la comodidad que necesitaba en ese momento.Mientras tanto, en el otro lado de la ciudad, Maxwell se preparaba. Frente al espejo de cuerpo completo, observaba su reflejo. No era el día que imaginaba con la mujer que amaba, pero no tenía salida. Su padre, con su porte elegante, se acercó y le dio una palmada en el hombro, una mirada de aprobación en su rostro.—Te ves bien, hijo. Ese traje te queda perfecto —aseguró, ajustando un poco la corbata de Maxwell—. Recuerda, hoy es un día importante. Tienes
De pronto los presentes dirigieron su atención a las dos familias. Harry a la par de Máximo, como consuegros, al igual que sus esposas. —Hoy, quiero brindar por la gran decisión de nuestro hijo de unir su vida a la hermosa hija de la familia Williams. Quiero que a partir de ahora sepan lo importante que es esta unión para la familia Kensington y Williams. Felicidades, chicos. Ambos se vieron obligados a sonreír, sobretodo Maxwell, quien dió un paso al frente y motivado por su madre, casi a regañadientes, daría unas palabras a continuación. —Estoy agradecido por la presencia de cada uno de ustedes. Me siento... —pausó mirando a Charlotte, intentando que algo bueno surgiera de sus labios, ni modo. Mentiría —. Me siento enormemente afortunado de tener a una hermosa prometida y futura esposa, Charlotte es lo más importante para mí. Todos aplaudieron muriendo de "amor", por la declaración del prometido. Al final, Maxwell delante de todos se disculpó porque ya no soportaba la situación
—Oye, ¡espera! —gritó Charlotte, sintiendo que la ira crecía dentro de ella. No podía creer que Maxwell la ignorara de esa manera.Mientras se alejaban, Charlotte se quedó allí, hirviendo en celos, sintiendo que la traición se apoderaba de ella. La imagen de Maxwell sosteniendo la mano de Aria le provocaba tanta rabia. —¿Qué demonios está pasando? —murmuró para sí misma, viendo cómo se alejaban —. ¡Mamá! Chilló como una pequeña. Ana, al verla avanzó hacia ella con premura. No entendía por qué su hija estaba tan molesta. —¿Ha pasado algo? —Esa maldita mujer otra vez. ¿Acaso la ama? ¡¿Acaso Maxwell ama a la maldita secretaría?! A Ana se le desencajó el rostro, no comprendía lo que su hija decía. Hasta pensó que ella estaba confundida. —¿Por qué dices eso? Además, ¿dónde está Maxwell? —Mamá —se volvió a quejar la pelirroja —. Maxwell se ha ido con esa mujer, su secretaria. —Charlotte, basta, ¿sí? Creo que empiezas a ver cosas donde no las hay. Además, Maxwell no es ese tipo de ho
—¿Por qué lo preguntas? —fue lo primero que se le ocurrió decirle siendo cauta. De manera que Jasmine la miró entre cerrando la mirada y luego se encogió de hombros. —Siento que algo malo pasó y creí que sabrías. Los padres de Maxwell parecían enojados, y ni hablar de esa familia... Solo te pregunto porqu creí que sabrías algo al respecto. La susodicha se mordió el labio inferior y atrapó un respiro. Definitivamente estaba al borde del colapso, temerosa porque en cualquier momento su madre podría descubrir su situación. Aunque eso ahora era imposible, de no ser porque un tercero hablara en su lugar. —Sinceramente no creo que exista ningún problema entre ellos, tal vez solo ha sido el estrés, recuerda que fue la fiesta de compromiso y es algo importantísimo para la familia Kensington, para las dos familias. Por eso no creo que realmente haya pasado algo malo —comentó con tanta seguridad que hasta ella misma se convenció, solo entonces pensó en Maxwell y la reprimenda que probableme
—No, en absoluto. Pero él tampoco es un niño, sabe lo que hace y yo estoy haciendo todo lo que está de mi parte para mantenernos cada quien en el lugar donde pertenece. No es de mi incumbencia, pero es bien sabido que el matrimonio solo será como parte de una alianza, así que, ¿por qué le afecta tanto a Charlotte? Lo siento, supongo que no debería entrometerme. —¡Pero lo estás haciendo! Aria, cuando digo que te aprecio y te considero como una buena persona lo estoy diciendo desde el fondo de mi corazón, pero no me hagas cambiar de opinión y convertirme en una versión que no conoces de mí. Hablándole de esa manera parecía que la estaba amenazando y a esas alturas la joven se sintió tan molesta que deseó con todas sus fuerzas escupirle en la cara que su hijito la había embarazado. —De acuerdo, ¿qué quiere que haga? Se contuvo. —¿Qué quiero que hagas? Quiero que respetes la relación de Charlotte y Maxwell. La familia Williams está indignada y nosotros estamos avergonzados por lo que
Cuando estaba en el estacionamiento subterráneo no encontraba las llaves de su auto y se llenó de frustración, en ese momento apareció Maxwell y le habló. —¿Estás bien? —Sí. —Aria, aunque pido extrema formalidad en la ropa, puedo ser flexible contigo, usar zapatos de tacón podría ser peligroso para ti. Si te caes...—¿No crees que otra vez estás exagerando? Sé que debo ser precavida, así que, en determinado momento los dejaré de usar. Además, estos me gustan mucho. Él sonrió. —Te queda bien —declaró con una sonrisa —. Tengo buen ojo. Estaba seguro que te gustaría, pero no creí que se volverían tus favoritos. Ella se sonrojó. —Me gusta apreciar los regalos. —Ya me doy cuenta de eso —declaró acercándose más y ella reparó en sus intenciones. ¿Y si la besaba de nuevo? —Me iré. —¿Cómo podrías irte si no tienes las llaves de tu auto? —En realidad... —iba a decir algo más pero se detuvo en cuanto él sacudió las llaves de su auto entre sus manos —. ¿Por qué tienes mis llaves? —Má
Aria se preguntaba como Maxwell se había enterado de su visita a la casa de la familia Williams. —¿Qué ocurre? —se hizo la desentendida. —¿Por qué tendrías que ir a disculparte? No has hecho nada malo. ¿Dónde estas ahora? —En la autopista. He ido porque no quiero tener problemas con tu madre, ella ha sido quien me pidió que fuera a disculparme con Charlotte. Entonces, obedecí y le pedí disculpas a tu prometida —expiró —. ¿Cómo lo supiste?Al otro lado de la línea, Maxwell resopló. No estaba de acuerdo con lo que su madre le forzó a hacer. —Mi madre me lo ha comentado. —Creí que solo sería algo entre nos —bufó —. No tiene caso, no le tomes demasiada importancia, ya pasó. —Lo siento mucho, no tenías que hacer esto. No hiciste nada malo. —Ni ha sido tan difícil, ya quítale hierro al asunto, Max. —De acuerdo. Aún así, lo lamento mucho, todo esto es mi culpa. —¿Ahora lo entiendes? Por eso debemos mantener distancias, al final ella se convertirá en tu esposa y nosotros no podemos p