Todo el camino estuvo dedicado a pensar en cómo escapar. Andrés era inteligente y sabía que no haría nada por miedo a que algo le pudiese pasar a mi pequeña.Llegamos a Caesars Palace en el centro de la ciudad. Era el hotel más bonito que había visto en mi vida, pero estaba muy lejos de ser el lugar de mis sueños por el momento.En la recepción, Renato hizo todos los trámites y habló con la gente.Personal de seguridad me llevó a una habitación, abrieron la puerta y me encerraron ahí. La vista era espectacular, todas las luces de la ciudad hacían que el mundo se viera íntimo y, a la vez, iluminaban algo de aquel dormitorio que permanecía oscuro esperando a quien yo tenía que conquistar.Un suave y cálido cariño sentí por mi espalda. No quería mirar quien estaba detrás de mí, sentía miedo, asco de mí misma y repulsión. —Al fin te encuentro, escondida en medio de la oscuridad —me hablo al oído.De inmediato giré y pude encontrar a Nicholas. No podía verle bien su cara por la poca luz,
Me levanté con mi bebé en brazos y me quedé mirando por la ventana. Había mucho movimiento, pero nada fuera de lo común.Fui en busca de ropa deportiva para vestirme, corrí de regreso al dormitorio de la pequeña, me preocupé de vestirla, llenar un bolso de emergencia y tomé el celular que Nicholas me había entregado.La puerta de la habitación de la pequeña Alice se abrió de golpe y frente a mí estaba Ryan. —¿Qué haces aquí? —pregunté, mientras lo veía acercarse rápidamente.—Pago mi libertad. Vamos, tienes que irte conmigo. —Me tomó de un brazo.—¡Suéltame! —exclamé, enojada y tratando de esquivar que me tocara.—Deja de ser tan idiota y ven conmigo si no quieres que el plan de Nicholas se vaya con él a la tumba.—¿Lo estás ayudando?—¿Qué? ¿No es obvio? Vamos, avanza, tenemos poco tiempo.—Las cámaras de seguridad nos van a delatar. —Le mostré las que había en el dormitorio.—La luz está cortada, tenemos solo unos segundos para salir de aquí antes de que los generadores empiecen a
Tomé el arma que Maritza me había entregado. No sabía disparar, así que tendría que haber tenido mucha suerte para apuntarle desde el lugar en el que estaba.Caminé cuidadosamente hacia él, hasta llegar por detrás de su espalda. Nicholas a lo lejos ya me había visto, pero disimuló muy bien. Me posicioné justo detrás de él y le apunté por el lado derecho de su cabeza.—Suelta tu arma ahora —dije—. Si disparas, te mato.—No serías capaz.—Una vez me dijiste lo mismo, y lo hice. Ahora mi arma sí tiene balas.Con un movimiento rápido, se giró y apuntó a mí.—¿Quieres jugar a quién dispara primero?Miré a Nicholas, buscando alguna señal sobre su plan.—No mires tanto a tu amor, ya le quité el arma. —Siguió mirándome a los ojos— ¡Mi espalda tiene ojos, Nicholas, así que no se te ocurra moverte o le disparo a la puta que tengo al frente!Vi a Nicholas levantándose y sabía que tenía que distraer de alguna manera a quien me tenía amenazada.—Estoy dispuesta a jugar contigo, pero primero quiero
Una parte de mí se levantó feliz al ver que desperté en casa. Todo estaba muy reciente. Solo había transcurrido un día. Mis recuerdos habían llegado nuevamente a mi cabeza y mi corazón estaba lleno de amor, pero la otra parte estaba destruida. Nada volvería a ser como antes.Nicholas trataba de acercarse a Alice, pero ella se alejaba.Encendí la televisión para dejar una película de niños y disfrutarla en familia, pero en vez de eso aparecieron las noticias. La imagen de Andrés y mucho de lo que había ocurrido estaba siendo relatado a la perfección. Alice de inmediato corrió a la pantalla gritando:—¡Papi!Pude notar la cara de pena de Nicholas. Su frustración era visible a kilómetros.—Cariño, dale tiempo. Poco a poco lo olvidará. —Me acerqué y le di un tierno beso.Nicholas apagó la televisión, volvió hacia su pequeña y empezó a hacerle cosquillas, pero en vez de conseguir risas solo consiguió llantos desesperados.La tomé en mis brazos, me senté con ella en el suelo y empecé a juga
Fue un año duro para nuestra familia. Las imágenes de todo lo vivido en casa de Andrés aparecían en mis sueños y no me dejaban estar en paz conmigo misma.No pude escapar del juicio, tuve que declarar. Fueronmomentos complejos, donde conté todo. Incluso que me daba drogas para tener sexo. Dentro de ese proceso me ponía nerviosa ver la cara de mi esposo. Su mirada se endurecía, seguramente hasta el infierno habría ardido escuchando sus pensamientos. Si no lo hubiese conocido, habría jurado que su plan no era hacer pagar solo con cárcel a Andrés.******************Llevábamos horas mirándonos luego de habernos reencontrado en la cama. Mi ansiedad crecía y crecía. Nicholas me conocía tan bien, que no fue necesario pedírselopara que empezara a hablar.—Sentía cómo tratabas de despertarme, pero me era imposiblehacerlo. Logré abrir los ojos y pude ver cómo te estaban sacando del automóvil. Me asusté porque te vi dormida. Llegué a pensar que estabas muerta.—Sí, recuerdo muy bien haber ca
Escucharlo hablar sobre todo lo que tuvieron que hacer para rescatarme, no era fácil, sobre todo, porque lo veía sufrir, pero tenía razón. Si no hablábamos, jamás sería un temacerrado.—Nicholas, ¿qué pasó después?—Regresé a reunirme con todos los que han trabajado en tubúsqueda. Teníamos que llegar a Andrés.—¿Y cómo lo hicieron?—A Renato se le ocurrió hacerse pasar por el mayor de misenemigos, inclusive, haciendo públicas muchas cosas personales. Tenía que ser mediático, que el mundo viera cuánto me odiaba, quien había trabajado conmigo por años. Todo enemigo mío sería amigo de Andrés o, por lo menos, sería más fácil llegar a él.—Con ayuda de periodistas, televisión, revistas y periódicos, hicimos una telenovela. Renato, todos los días aparecía declarando que yo era lo peor del mundo, que incluso, te golpeaba y que habías caído en las drogas. Empezó a destruir mi carrera. Andrés aún no se acercaba, no era suficiente que Renato me odiara, así que metimos al italiano al mundo de
Capítulo 3:Bruno.—Llegó el día en que Bruno tenía que entrar a cuidarte, ya te habías cambiado de casa, así que muy nerviosos por lo que podía ocurrir, nos despedimos de quien te acompañaría en la que fue una pesadilla. Sabíamos que lo revisarían completamente antes de entrar, así que se fue aciegas. Amanda, solo tenía que hacer una cosa.—¿Qué cosa?—Aprovechar lo aprendido en tres años de estudio dearquitectura, y hacer un plano de la casa.—¿Estudió en la universidad? ¿Y cómo se supone que lesentregaría eso si estaba igual de encerrada e incomunicada que yo? —Sí, tenía estudios, pero la droga la consumió y dejó todo. ¿Recuerdas el día en que entraron balas a la casa? ¿El día en quemurió Bruno?—Imposible olvidarlo.—Ese día, Renato se enteró de que Andrés tenía todo listopara llevarte fuera del país, así que inventó que quería regalarle una droga que le había llegado, para que supiera cuál era su competencia y mejorara lo suyo. Así, teníamos la dirección y podíamos actuar.
Andrés estaba en la cárcel y no existía nadie hostigándonos. Nicholas poco a poco recuperaba su carrera, aclaraba asuntos con la prensa y eso ayudaba a mantener el ambiente más relajado. Sobre todo, por el acoso periodístico cuando queríamos salir de casa.Me encontraba en terapia por todo lo ocurrido, y era un chiste escuchar a mi psiquiatra decir que no entendía cómo no estaba loca. La verdad es que no entendía cómo podía estar cuerda, ya que todo lo que viví, me hizo querer vivir el día a día con más ganas y eso, me hacía hacer más de una estupidez. Sobre todo, porque mi personalidad es compleja y hago las cosas sin pensar. Según Nicholas, es una de las cosas que más ama de mí, pero a la vez lo odia.¿Quién entiende a los hombres?Era el día del cumpleaños número dos de nuestra rubia. Nicholas había exagerado tanto con el tema de la decoración de unicornios, que incluso, las escaleras de nuestra casa eran arcoíris. Pero, ¿cómo podría quitarle esa alegría? Al fin nos tenía en casa y