Ethan No suelo dormir acompañado, incluso con alguna novia siempre me iba a casa, por alguna razón me parecía más íntimo dormir con alguien que el sexo en sí. Y hoy fue diferente, al abrir los ojos, recordé en dónde estaba, voltee a mi derecha para encontrarme a Sia, dándome la espalda, y con medio cuerpo descubierto, solo se quedó con la ropa interior. La imagen en sí ya era demasiado tentadora para mí, como evitarlo, me obligue a levantarme y darme un baño, corrí lentamente la puerta para que no la despertara el sonido del agua cayendo. Baje para pedir que trajeran el desayuno y un jugo para su resaca, en ese momento creí conveniente despertarla para que se duchara. Al volver a la recámara, no la vi acostada, ya estaba en el baño, así que lo mejor sería darle espacio para que se aseara y cambiara, por lo que me fui a la plana baja a esperarla. Por lo menos hoy no tenía ganas de huir, su vestido no me altero, después de todo ayer por la noche tenerla con poca ropa aferrada a mí
Sia La ilusión que perseguí estos días, yo creí..., me llevo a cometer uno de los episodios más desafortunados de mi existencia. Mi estupidez me llevo a pensar, que la forma en que Lloyd me estaba tratando significaba que podíamos llegar a ser una pareja, no de mentiras, porque mi cuerpo, mi mente, así me lo percibían. Atrás había quedado mi desprecio por él, sola me convencí de que él solo había sido receptor de mi odio, uno mal dirigido y que con los acontecimientos recientes mi corazón latía por él. El último descubrimiento fue al besar a alguien. Darme cuenta de que no me hacían sentir lo que él con sus besos y su cercanía. No estaba en mis planes, pero los mensajes de mis amigas me alentaron a usar la lencería que había viajado conmigo, con el propósito de acercarme más a él. Nunca olvidaré la forma en que me miro, era como si después de la sorpresa sintiera repulsión, despreció por mi acción, mi corazón brinco emocionado cuando de unas largas zancadas llegó hasta mí, tomo m
Sia Me levanté muy temprano, porque no tuve tiempo de trazar mi nueva ruta, benditas aplicaciones que nos resuelven esos inconvenientes. Ahora, nadie prepararía el desayuno, por lo menos en lo que buscábamos personal o eso supuse, ya que ayer vi lo que había de alimentos no estaba de humor para preparar algo y la verdad nunca lo he hecho. Mi opción fue un vaso de leche y una manzana, la cual me lleve para comérmela en el trayecto, al ser temprano tenía tiempo, ahora debía utilizar el metro y caminar cerca de tres cuadras para llegar a las oficinas. La eficiencia del metro me asombro, lo que no me agrado es que desde estas horas ya había mucha gente. Una hora antes llegué a la oficina, solo prendí las luces y me prepararía un té, en lo que hervía el agua, comí con tranquilidad mi manzana. Con toda la calma del mundo, hice cada una de las tareas que venía realizando, me lleve mi té a mi escritorio y me puse a curiosear el mail y los archivos que tenía Loren en el área de pendiente
Ethan Mi inteligencia y buen juicio se vio nublado por Sia, no me puedo lavar las manos, pero definitivamente un corto circuito se generó en mi cerebro. Esa era la explicación más loable que le pude encontrar al penoso suceso que protagonizamos. La peor de las formas en que pudo empezar nuestra nueva vida, aunque fuera de mentira, la convivencia, eso era genuino, comprendía que hasta cierto punto ella no quisiera mi cercanía. Dormir sabiendo que ella estaba al otro lado de ese pasillo, era una distancia tan corta, aquella idea jugaba con mi cerebro, qué pasaría si me meto a su dormitorio y le confieso todo este enredo que siento. ¿En qué ayudaría?, solo volvería más tomentoso este tiempo, porque, Angus no me quiere cerca de ella, de esa forma, solo pretende que le enseñe la realidad de la vida. No escuche cuando ella se levantó y se fue de casa, todo por la noche de insomnio, despertar y no encontrarla hacía de esto una ilusión, que si no fuera por los rastros de su presencia dud
Ethan ¡Soy masoquista!, sin lugar a dudas lo he descubierto y aceptado; extraño nuestras peleas y argumentos, prefiero eso mil veces a que no me hable, sentir su indiferencia, es un castigo cruel más para mí que me contento con su sola presencia. Pensando en cómo acercarme de nuevo a ella y que se olvidará de mantenerme a distancia, se me ocurrió darle más responsabilidades, unas que tendría que consultar conmigo para poder llevarlas a cabo. —Loren, necesito hablar con Sia, que traiga el resumen de la presentación para la junta mensual. Cuando entro a mi oficina llevaba el resumen, lo deposito en mi escritorio y no dijo nada. —¿Estás al tanto de lo que se hablara en esta siguiente reunión? —Solo lo que está escrito en el reporte, no conozco los detalles. —Bien, necesito que tú te encargues de la presentación, no solo de prepararla, deberás ser tú quien se pare enfrente y nos hables de los avances —se sorprendió por la tarea que llevaría a cabo. —Yo no creo... poder hacerlo,
Sia Quiero detestarlo, en verdad que lo intento, guardo mi distancia lo mejor que puedo. En la oficina; si Lloyd pensó que dependería de él para poder culminar con éxito la tarea que me dio, estaba equivocado, quiero respirar y hacerlo por mis propios medios, qué chiste tendría si él me da las respuestas. En donde si me he rendido, no por completo aún; es en la casa, él sabe muchas cosas que yo no, y no puede ser atribuido a nada más que a mi falta de interés por aprender. Los dos crecimos en el mismo ambiente, solo que yo desperdicie valioso tiempo, enojada y protagonizando rabietas y escándalos. Loren estaba emocionada y yo no sabía que la había puesto de tan buen humor. —Mira, es una invitación, la mandan de la oficina de tu padre, aquí dice que él no puede asistir, pero que los envía a ustedes en su representación. Al leerla, era una recaudación para la beneficencia, lo más probable es que Lloyd supiera de qué se trataba, porque él solía acudir a este tipo de eventos con An
Sia Max lo había hecho asombroso, todos daban un recorrido al terminar su participación, cuando estuvo frente a mí me sonrió y me saludo. —Vaya, pero qué suerte tienes —una voz femenina comento, luego vi a la rubia sentarse en mi mesa, al prestarle atención, no era otra que Roxanne Rostford. —¿Qué habrá visto Ethan en ti? —lo dijo apenas audible. La ignoré, yo solo me concentré en tomarle fotos a Max, algunas tomas quedaron asombrosamente artísticas. Incluso me acomodé las gafas y me tomé una selfie. La subí enseguida, por supuesto preguntaron dónde andaba, les contesté y de inmediato surgieron los cuestionamientos sobre mi flamante esposo, les prometí unas fotos que les encantarían. Empecé subiendo unas de Max. Cuando apareció Lloyd me sorprendió verlo en un caballo completamente negro, claro que debía tomar fotos, ya se las debía a la audiencia de face. Su ejecución no era distinta de lo que él suele hacer, siendo un perfeccionista, hasta parecía soberbio el andar
Sia Era desesperanzador, sus palabras me regresaban a la realidad, pero su forma de actuar conmigo era distinta, por ello cuando él tenía esas atenciones para con mi persona. Se volvía confuso. Me haría la loca, la que no le duele que dando señales de enamoramiento sea mandada a volar. El domingo no había nada planeado, quizá solo pasar el día aquí relajándonos, lo cual me sería difícil, prefería mil veces volver a Manhattan, allá por lo menos tendría cosas que ocuparan mi pensamiento. Él no me contó de sus planes que se concertó, justo ayer, un juego de golf y comida lo esperaban, negocios seguramente. Intento convencerme de acompañarlo, hablo de nuevas inversiones, en la empresa que tenemos de modelos, eso a mí me sonaba a viejos rabos verdes. Tal vez me equivoque, eso espero. El golf no me entusiasmaba y preferí no seguirle, en cuanto se marchó, fui a recoger mis cosas, decidí, dejar mi maleta cerca de la puerta, solo le escribí una nota en la cual le pedía de favor lle