Epílogo.

Después de aquel torbellino de imprevistos el cumpleaños De Jade fue tal y como ella lo había soñado. Me atrevo a decir que ese fue el día más feliz de su vida, o al menos eso había dicho ella.

Taylor llegó con un oso enorme para ella de regalo y de repente él ya era su persona favorita de la noche. Suspiré de fastidio al recordar todo el esfuerzo que hice en la mañana sin dormir, inflando cada globo a pulmón para darle una sorpresa y este tipo con de forma práctica se había ganado su atención con un oso gigante de peluche.

Con respecto a la forma de contarle que él era su papá biológico, Taylor dijo que preferia esperar que tuviera una edad adecuada para que ella comprendiera mejor las cosas. El había decidido que estaría presente en su vida desde hoy en adelante y por eso había comprado