—Hace una semana que salimos del hospital, estamos en mi departamento, resulta extraño estar juntos sin que él me recuerde, he tratado de entender cada cosa que pasa asi como él lo hizo conmigo en su momento, ahora puedo entender lo difícil que fue para el estar cerca de mi sin que yo pudiera recordarlo —El desayuno está listo — Me levante del piso del balcón donde me sentaba a pensar, mientras él dormía o trabajaba (Nunca dejo de hacerlo) Iré enseguida, que bien se ve esto —Sé que te gustan los huevos revueltos con tocino, me lo dijo Elías —Lo mire desconcertada con el pan en la boca, es cierto que hablamos a diario, pero no me imagine que ellos hablaban a solas. ¿Hablaste con Elías? — Asentí, llamo justo en el momento que me levante a hacer el desayuno —Me quede pasmada, mi hijo es muy inteligente y debe haberse dado cuenta de la anomalía de Marcos. Mira tú que oportuno —Mmm — Ya pensaste donde quieres ir, es la primera vez es más de diez años que te vas a tomar unas vacaci
La mañana empezaba como todos los días Rebeca Vera estaba, somnolienta por haber trabajado hasta la madrugada, pero no podía permitirse levantarse tarde, tenía una razón por la que luchaba día a día, intentando abrir los ojos, sintió algo de peso en su abdomen al querer levantarse, bajo suavemente la mirada para encontrarse con su hermoso hijo intentando levantarla. —¡Buen día! Madre levántate o llegaremos tardeBajo corriendo de la cama y se apresuró a alistarse. No tenía idea de dónde había sacado esa costumbre su hijo, todos los días se levantaba a las seis de la mañana y por nada del mundo se acostaba tarde, a las nueve él ya estaba en el mundo de los sueños. Con una sonrisa en los labios terminó de levantarse para dirigirse a la cocina a preparar el desayuno, un agudo dolor en su cabeza la hizo tambalear. Elías Vera al ver a su madre cogerse de las paredes se asustó—¿Madre que pasa? ¡Estás bien! Rebeca le dedico una sonrisa que no pudo mantener, ya que su cabeza parecía que iba
Rebeca Vera dio un suspiro cansado, sabía que no podía mentir a Frank tarde o temprano igual se enteraría y era peor.—Solo diré que sigo teniendo esos sueños raros y esas pesadillas que no me dejan en paz, sigo soñando que tengo dos hijos, que estaba en un lugar desconocido como una cabaña. Después otro sueño en el cual estoy con un hombre alto, esbelto, bien vestido, no puedo ver su rostro ¡jamás puedo! Pero si oírlo, me habla de manera dulce y amorosa. Aparecen escenas que no puedo entender.Tras explicar todo esto no deja de sostener su cabeza entre sus manos, el dolor se hizo más agudo, y sin darse cuenta empezó a llorar. Frank se alarmó y corrió por los pasillos del hospital en busca del doctor. Sebastián envió a la enfermera con la nueva medicación para tranquilizar a Rebeca, enseguida que Frank Soler estuvo en su oficina.—Tranquilo señor Soler todo es normal, su cerebro está sobrecargado con los recuerdos y eso hace que su cabeza duela en una magnitud insoportable, solamente d
Han pasado 5 años de todo lo que pasó, Marcos Graham seguía reacio en creer que su amada no estaba viva, aunque su familia lo creía así, empezaron hablarle de casarse de nuevo, pero él no aceptó y siguió normal su rutina de siempre con su hijo, su tío y hermana estaban preocupados por él, pero no podían meterse, solo él sentía su dolor, nadie más lo entendería, mientras su amada no podia regresar o su mente no le permitia regresar a su lado***********Rebeca habló un tanto desilusionada.— Elías tiene 5 años cumplidos y yo aún no tengo un solo recuerdo de mi pasada vida, no tengo nada en mi mente, solo el accidente.Respiro hondo,— Te acuerdas que te dije que la semana pasada conocí a una mujer dijo Rebeca, muy guapa, amable fue a nuestras oficinas para que los ayudemos con la fiesta de su compañía, me sentí muy rara desde que ella entró y hablamos se me hacía familiar, pero no sabía por qué, cuando me dijo su nombre, algo en mí dolió ¡pero no sabría decirte que fue! Cuando se despid
Para Marcos Graham, tener a Rebeca en sus brazos era todo lo que él deseaba, todo su mundo, los sueños recurrentes lo atormentaban, pero en esos instantes era feliz, los sueños haciéndola suya una y otra vez, su cuerpo que tanto extrañaba, lo excitaba de sobremanera, hacía añorarla tanto que dolía. Eran esos sueños de los cuales nunca quería despertar; pero siempre volvía a la realidad a la misma hora cada mañana, la cruda realidad de no tener a su amada cerca, de no tenerla entre sus brazos, su único aliento, su pilar, la última fuerza que le quedaba era su hijo. Joseph era la luz en el camino que perdía cuando no aguantaba más, cuando el camino se hacía más doloroso, pero más que eso, era empezar cada día sin ella a su lado. Su rutina no había cambiado durante estos 5 años, se levantaba a las seis de la mañana (si es que podía conciliar el sueño) se vestía con ropa cómoda para correr y luego a su gimnasio personal, hacer la rutina de ejercicios, dado que no podía con el diario vivir,
El regreso fue oportuno, los tres hermanos estaban felices de poder regresar juntos, sabían que todo iba a cambiar de un momento a otro, pero no se acobardarían, estarían hay el uno para el otro, los tres eran un equipo invencible. Los niños ni que decir, su felicidad era inimaginable, lo que ellos no sabían es que dos, de los tres adultos, estaban haciendo planes para ya no regresar a Los Ángeles. Frank Soler estaba en la oficina haciendo unos últimos arreglos, la idea de traer a Rebeca a Italia con sus padres "no era nada más ni nada menos" para que se quedara es ese país, ya no quería que estuviera lejos de ellos, aunque él también estuviera con ella en los Ángeles, tenía que reconocer se sentía solo sin su familia, después de todo........... Algún día tenía que regresar.Además, quería que Rebeca fuera feliz, él sabía muy bien que su hermana del alma extrañaba todo, aunque no recordaba, ese sentimiento de que algo le faltaba siempre estaba en ella, se reflejaba en su mirada. Termi
Los sucesos que después ocurrieron, trajeron muchas consecuencias, secretos que salieron a la luz, traiciones descubiertas, así como el comienzo de un nuevo capítulo de dolor entre Rebeca Vera y Marcos Graham. Era una hermosa tarde, el sol iluminaba todo el paisaje, Rebeca estaba en la última Semana de embarazo, se sentía muy nerviosa y aprensiva, decidió salir a comprar unas últimas cosas que le hacían falta a sus hermosos gemelos. Dándole una última revisión a la habitación doble, arreglado para sus bebés, dio un cálido suspiro, se sonrió y se fue de ahí. Entró en su coche, se sentía más incómoda de lo normal, porque su enorme barriga ya no la dejaba hacer todo lo que quería, se fatigaba con facilidad.— Hola Lilian, ¿estás ocupada? — Hola Rebeca, ¿cómo estás? No, estaba saliendo de la oficina, en estos momentos, dime te puedo ayudar en algo. — Oh, si quería que nos viéramos en el centro comercial, necesito hacer unas últimas compras, para los bebes. —No hay problema, nos vemos hay
Le comento Ivanna. La cara de Janeth fue ilegible— No tendrás que verme a mí o a Edgar nunca más, termina el trabajo y facilítanos la vida, sino tu hermano lo pagaráUn suspiro salió de su boca y asintió con la cabeza. Estaba nerviosa, pero nadie lo noto, su peor miedo había sido superado, Ivanna le había pedido lo que ella rogaba que le dijeran, así podría ayudar a esa Joven con sus bebés. Ivanna y Edgar salieron de la cabaña dejando a una Janeth más tranquila. Corrió a la habitación, volvió a inyectar al bebé y a Rebeca, la segunda empezó a respirar pesado, volviendo poco a poco a la normalidad, abrió los ojos y su visión fue borrosa, quería ver a sus bebés, nunca espero encontrarse con una Janeth desesperada tratando de despertar a su hijo. — ¿Qué pasó?Una asustada Rebeca se acercó a ella, su rostro estaba pálido, con rastros de lágrimas e impotencia— ¿Qué le pasa a mí, hijo? ¿Qué tiene porque no despierta? Dijiste que no tendría complicación, ¿Qué salió mal?Empezó a llorar y g