La mañana empezaba como todos los días Rebeca Vera estaba, somnolienta por haber trabajado hasta la madrugada, pero no podía permitirse levantarse tarde, tenía una razón por la que luchaba día a día, intentando abrir los ojos, sintió algo de peso en su abdomen al querer levantarse, bajo suavemente la mirada para encontrarse con su hermoso hijo intentando levantarla.
—¡Buen día! Madre levántate o llegaremos tardeBajo corriendo de la cama y se apresuró a alistarse. No tenía idea de dónde había sacado esa costumbre su hijo, todos los días se levantaba a las seis de la mañana y por nada del mundo se acostaba tarde, a las nueve él ya estaba en el mundo de los sueños. Con una sonrisa en los labios terminó de levantarse para dirigirse a la cocina a preparar el desayuno, un agudo dolor en su cabeza la hizo tambalear. Elías Vera al ver a su madre cogerse de las paredes se asustó
—¿Madre que pasa? ¡Estás bien!
Rebeca le dedico una sonrisa que no pudo mantener, ya que su cabeza parecía que iba a explotar.—Tranquilo cariño no pasa nada
Aunque estaba más blanca que una hoja de papel. El niño no se tranquilizó y llamó a su tío Frank Soler, por el hecho de que era la única persona más cercana a ellos.
—Tío Franck, mi madre se siente malAl escuchar el tono asustado del niño no pudo ni contestar cerro la llamada, tomó su auto y en 10 minutos estuvo en el departamento. Tocó la puerta como desesperado un minuto más y la tiraría a patadas.
Al escuchar los estridentes golpes Elías corrió abrir, viendo a Frank, con una expresión preocupada.—Tío Frank, buen día
Dijo Elías con tono triste, lo tomó de la mano y lo llevó corriendo al cuarto de su madre. Al verla tan pálida Frank se asustó tanto que no dudo ni un minuto y la llevaron al hospital. Condujo como un loco se pasó dos luces rojas sin parpadear, tenía que correr o habría otro paciente, llegaron a toda prisa al hospital.
Frank Soler gritaba como loco, pedía que atendieran a Rebeca, ya que a estas alturas se había desmayado y Elías estaba al borde del llanto. Al verlo tan alterado un médico se les acercó a ellos. —Soy médico de este hospital, recuéstela aquí y esperen afuera. Franck, era reacio a dejarla sola, fue Elías que casi lo arrastró a salir. Al terminar de revisarla salió para dar aviso a sus familiares. —Disculpen por lo de hace un momento, no me he presentado, me llamo Sebastián Suárez, soy el médico que atendió a la joven que trajo. Le diré que su condición es estable, ella está bien físicamente, pero su mente ha empezado una especie de........ como decirlo "retroceso" ¿Me puede indicar el trastorno médico de la paciente? para poder hacerme una idea, he ordenado practicarle unos exámenes, entre ellos una tomografía, para saber que realmente le paso, en sí todo tipo de exámenes que sea un escáner completo.Sentó a Elías en una de las sillas de la sala de espera.
—Ella perdió su memoria hace 5 años no recuerda nada, solamente que tuvo un accidente y que vivía en Italia
Comentó Frank Soler al médico.
—Entiendo entonces su memoria está regresando, por eso ha empezado esos dolores agudos, no es nada grave, pero si necesita mucho reposo, dado su condición puede experimentar diferentes estragos en su salud, pero todo se debe a que los recuerdos están volviendo y su cerebro se está sobrecargando. Algo tiene que haber activado su memoria. Tal vez vio a alguien conocido o ha estado bajo mucho estrés, lo recomendable es que descanse y se alimente bien, no necesitan preocuparse por nada más. Se hundió es sus pensamientos cuando reaccionó miro detenidamente al médico teniendo algo en mente—Tenemos un viaje de trabajo la semana que viene ¿Ella podrá hacerlo?
—Si puede hacerlo, pero que no se estrese demasiado no le haría ningún bien en su estado
Dicho esto el doctor se retiró. Entraron en la habitación un cansado Soler y un nervioso Elías.
—¡Tranquilo!
Le dijo Frank Soler al niño tomándole las manos para tranquilizarlo
—Tu madre es fuerte solo, está cansada veraz que en pocos días es la misma loca de siempre.
El niño asintió y su estado de ánimo mejoró. Frank sentó al niño en una silla que estaba dentro de la habitación, se acercó a la camilla y empezó hablar.—¡Oye estúpida! Levántate no tengo todo el día, para desperdiciarlo contigo.
Su voz salió más como una súplica, que como reclamo. Débilmente, Rebeca empezó a abrir los ojos, poco a poco para acostumbrarse a la luz, le dedico una débil sonrisa a su mejor amigo, no hermano porque eso era Franck en su vida.
—Tranquilo Frank, no pensaba dejarte aún hay mucho por lo que tenemos que pelear.
Intento sentarse en el filo de la cama, pero rápidamente Frank la detuvo.—¡Tienes que descansar! El médico dijo que es lo que más necesitas, no te quieras hacer la fuerte.
Rebeca otra vez sintió esa punzada en su cabeza al querer sentarse, Frank vio la mueca de dolor que hizo Rebeca.—¿Te sigue doliendo la cabeza?
Con un leve asentimiento le hizo saber que sí, salió a buscar un médico dejando al niño a cargo de su madre.—¿Mami como te sientes? Me asusté mucho cuando te desmayaste.
—Tranquilo mi tesoro, no es nada, mamá solo está cansada
Le dio un besito en su cabeza y lo abrazo muy duro. Frank regresó con el médico.
—Veo que ya despertaste
hablo el médico sonriéndole, empezó a revisarla nuevamente.
—Estás mejor aunque el dolor aún no se ha ido pronto desaparecerá, la medicación que se te proporcionó es para que te ayude con eso, vas a tener que pasar la noche aquí para un último examen, mañana podrás irte a casa.
Rebeca aceptó las indicaciones del médico, le agradeció y el médico se retiró. Al escuchar esto Franck llamó a su hermana para que se llevara al niño, por suerte ella había venido a visitarlos, podría ayudarlos con esta emergencia. Al escuchar que Rebeca estaba en el hospital empezó a bombardear de preguntas a Franck, tantas que no sabía cuál contestar.—¿Qué le pasó? ¿Por qué está en el hospital? ¿Qué le hiciste? ¿Está bien? ¿No es nada grave?
—¡Cálmate Ximena! ¡Por Dios vas a dejarme sordo de gritar por el teléfono! Todo está bien solo tiene que pasar la noche aquí.
Cuando Rebeca tuvo el accidente, Franck Soler la encontró, su familia ayudó a su recuperación, tanto Rebeca como Elías son considerados parte de la familia Soler. Cerro la llamada y regreso con Rebeca.
—¡Pedazo de estúpida! ¿Qué crees que estabas haciendo al trabajar tanto? ¿Es que no te quieres o no quieres a mi sobrino que se preocupa por ti?
Frank seguía despotricando sus maldiciones, mientras Rebeca se reía de sus palabras y expresiones. Al terminar se dejó caer en la silla cansado y exasperado, su cuerpo ya no temblaba del susto.—Frank, estoy bien, sabes que tomé esas horas extras porque necesito para la escuela de Elías, únicamente fue un colapso por estrés.
Ximena Soler entro como huracán a la habitación, la reviso de arriba a abajo para saber que estaba bien, no se dio cuenta de que en su desesperación no había dado a su hijo Carlos que aún dormía en sus brazos, a su hermano, el niño ni se inmutaba de tanto movimiento. Rebeca río al ver la escena.—¡Mi hermosa hermana, estás aquí!
Trato de mostrarse lo mejor posible como que nada le pasaba, se sentó al filo de la cama y la abrazo.
—Acuéstate imbécil, no pienso pasar más de una noche en este hospital.
Al escuchar eso, Ximena solo pudo reír.—¿Pero qué pasó Rebeca? ¿Por qué estás así?
—¡Porque es una idiota que no se sabe cuidar y nos hace preocupar!
La cara de Rebeca era indescifrable.
—Frank no seas malo con Rebeca.
El mencionado rodó los ojos y le dedico una mirada asesina a Rebeca, que le sacaba la lengua. Ximena le entregó a Frank las bandejas de la comida, había hecho su tradicional sopa de pollo con vegetales, que a ellos les encantaba.
—Coman ahora que está caliente, me retiro llevaré a los niños a la casa para que puedan comer, bañarse y descansar.
Al oír eso, un medio dormido Carlos se levantó de golpe de la emoción y Elías gritaba de alegría. Ximena se retiró con los niños y Frank se acercó a la camilla, con la bandeja para que Rebeca coma.
—¿Ahora si me vas a decir que fue lo que pasó?
Se cruzó de brazos esperando la respuesta. Rebeca solo lo miró fijo, sabía que no podía mentirle a Frank Soler… Era como si él ya supiera todo. Este hombre la conocía como la palma de su mano y nada se escapaba de su vista.
Rebeca Vera dio un suspiro cansado, sabía que no podía mentir a Frank tarde o temprano igual se enteraría y era peor.—Solo diré que sigo teniendo esos sueños raros y esas pesadillas que no me dejan en paz, sigo soñando que tengo dos hijos, que estaba en un lugar desconocido como una cabaña. Después otro sueño en el cual estoy con un hombre alto, esbelto, bien vestido, no puedo ver su rostro ¡jamás puedo! Pero si oírlo, me habla de manera dulce y amorosa. Aparecen escenas que no puedo entender.Tras explicar todo esto no deja de sostener su cabeza entre sus manos, el dolor se hizo más agudo, y sin darse cuenta empezó a llorar. Frank se alarmó y corrió por los pasillos del hospital en busca del doctor. Sebastián envió a la enfermera con la nueva medicación para tranquilizar a Rebeca, enseguida que Frank Soler estuvo en su oficina.—Tranquilo señor Soler todo es normal, su cerebro está sobrecargado con los recuerdos y eso hace que su cabeza duela en una magnitud insoportable, solamente d
Han pasado 5 años de todo lo que pasó, Marcos Graham seguía reacio en creer que su amada no estaba viva, aunque su familia lo creía así, empezaron hablarle de casarse de nuevo, pero él no aceptó y siguió normal su rutina de siempre con su hijo, su tío y hermana estaban preocupados por él, pero no podían meterse, solo él sentía su dolor, nadie más lo entendería, mientras su amada no podia regresar o su mente no le permitia regresar a su lado***********Rebeca habló un tanto desilusionada.— Elías tiene 5 años cumplidos y yo aún no tengo un solo recuerdo de mi pasada vida, no tengo nada en mi mente, solo el accidente.Respiro hondo,— Te acuerdas que te dije que la semana pasada conocí a una mujer dijo Rebeca, muy guapa, amable fue a nuestras oficinas para que los ayudemos con la fiesta de su compañía, me sentí muy rara desde que ella entró y hablamos se me hacía familiar, pero no sabía por qué, cuando me dijo su nombre, algo en mí dolió ¡pero no sabría decirte que fue! Cuando se despid
Para Marcos Graham, tener a Rebeca en sus brazos era todo lo que él deseaba, todo su mundo, los sueños recurrentes lo atormentaban, pero en esos instantes era feliz, los sueños haciéndola suya una y otra vez, su cuerpo que tanto extrañaba, lo excitaba de sobremanera, hacía añorarla tanto que dolía. Eran esos sueños de los cuales nunca quería despertar; pero siempre volvía a la realidad a la misma hora cada mañana, la cruda realidad de no tener a su amada cerca, de no tenerla entre sus brazos, su único aliento, su pilar, la última fuerza que le quedaba era su hijo. Joseph era la luz en el camino que perdía cuando no aguantaba más, cuando el camino se hacía más doloroso, pero más que eso, era empezar cada día sin ella a su lado. Su rutina no había cambiado durante estos 5 años, se levantaba a las seis de la mañana (si es que podía conciliar el sueño) se vestía con ropa cómoda para correr y luego a su gimnasio personal, hacer la rutina de ejercicios, dado que no podía con el diario vivir,
El regreso fue oportuno, los tres hermanos estaban felices de poder regresar juntos, sabían que todo iba a cambiar de un momento a otro, pero no se acobardarían, estarían hay el uno para el otro, los tres eran un equipo invencible. Los niños ni que decir, su felicidad era inimaginable, lo que ellos no sabían es que dos, de los tres adultos, estaban haciendo planes para ya no regresar a Los Ángeles. Frank Soler estaba en la oficina haciendo unos últimos arreglos, la idea de traer a Rebeca a Italia con sus padres "no era nada más ni nada menos" para que se quedara es ese país, ya no quería que estuviera lejos de ellos, aunque él también estuviera con ella en los Ángeles, tenía que reconocer se sentía solo sin su familia, después de todo........... Algún día tenía que regresar.Además, quería que Rebeca fuera feliz, él sabía muy bien que su hermana del alma extrañaba todo, aunque no recordaba, ese sentimiento de que algo le faltaba siempre estaba en ella, se reflejaba en su mirada. Termi
Los sucesos que después ocurrieron, trajeron muchas consecuencias, secretos que salieron a la luz, traiciones descubiertas, así como el comienzo de un nuevo capítulo de dolor entre Rebeca Vera y Marcos Graham. Era una hermosa tarde, el sol iluminaba todo el paisaje, Rebeca estaba en la última Semana de embarazo, se sentía muy nerviosa y aprensiva, decidió salir a comprar unas últimas cosas que le hacían falta a sus hermosos gemelos. Dándole una última revisión a la habitación doble, arreglado para sus bebés, dio un cálido suspiro, se sonrió y se fue de ahí. Entró en su coche, se sentía más incómoda de lo normal, porque su enorme barriga ya no la dejaba hacer todo lo que quería, se fatigaba con facilidad.— Hola Lilian, ¿estás ocupada? — Hola Rebeca, ¿cómo estás? No, estaba saliendo de la oficina, en estos momentos, dime te puedo ayudar en algo. — Oh, si quería que nos viéramos en el centro comercial, necesito hacer unas últimas compras, para los bebes. —No hay problema, nos vemos hay
Le comento Ivanna. La cara de Janeth fue ilegible— No tendrás que verme a mí o a Edgar nunca más, termina el trabajo y facilítanos la vida, sino tu hermano lo pagaráUn suspiro salió de su boca y asintió con la cabeza. Estaba nerviosa, pero nadie lo noto, su peor miedo había sido superado, Ivanna le había pedido lo que ella rogaba que le dijeran, así podría ayudar a esa Joven con sus bebés. Ivanna y Edgar salieron de la cabaña dejando a una Janeth más tranquila. Corrió a la habitación, volvió a inyectar al bebé y a Rebeca, la segunda empezó a respirar pesado, volviendo poco a poco a la normalidad, abrió los ojos y su visión fue borrosa, quería ver a sus bebés, nunca espero encontrarse con una Janeth desesperada tratando de despertar a su hijo. — ¿Qué pasó?Una asustada Rebeca se acercó a ella, su rostro estaba pálido, con rastros de lágrimas e impotencia— ¿Qué le pasa a mí, hijo? ¿Qué tiene porque no despierta? Dijiste que no tendría complicación, ¿Qué salió mal?Empezó a llorar y g
Rebeca Vera se intentó levantar, pero su mundo estaba de cabeza, no sentía nada más que un fuerte dolor, no recordaba mucho de lo que le había pasado, pero si de su bebé, observo por toda la habitación, pero no lo encontró maldijo su suerte, siempre tenían que pasarle las peores cosas. Como pudo se levantó cogiéndose de las paredes, intento salir de la habitación, estaba demasiado débil, daba paso muy lentos, le exigía a sus piernas seguir, necesitaba ver a su hijo, era lo único que tenía en ese momento, cuando llego a la puerta, la abrió con desesperación, encontró parada a una chica muy hermosa con unos ojos ámbar y piel muy blanca. Ximena le dedico una sonrisa— Señorita, está muy débil, debería acostarse y descansar. No le contesto, solo la miro muy desconfiada, con todo lo recientemente pasado en su vida, no confiaba en nadie.— ¿Dígame donde está mi hijo?— Él está muy bien, está descansando también, sígame para que pueda verlo, pero será mejor que la ayude, comento Ximena.Ella
En el hospital Franck, sin saber que hacer con un bebé en brazos que le aseguraron que estaba en perfectas condiciones, aunque tuvieron el accidente el bebé salió totalmente ileso, más no era lo mismo con Rebeca. Estaba inconsciente, bañada en sangre, la tenían en sala de cirugía sin darle ninguna información, el golpe fue para ella directamente. Llamo a Ximena para informarle lo sucedido, ella empezó a llorar en el otro lado de la línea, pero intento calmarse y le indico a Franck que estaba saliendo para el hospital. Al llegar al hospital, Ximena se encontró con un Franck Soler, perdido en sus pensamientos, con un bebé en brazos, con ojos rojos de retener las lágrimas y sin saber que hacer, eso la destrozo. Se acercó a él, lo abrazo y sostuvo al bebé en sus brazos— ¿Cómo está, Rebeca? ¿Cuál es su condición?Franck se limitó a negar, los doctores aún no le habían dicho nada. En ese instante salió un doctor de la sala.— ¿Doctor, como está la paciente?— ¿Ustedes son sus familiares?L