—Eva, necesito que tomes con calma lo que tengo que decirte, es algo de suma importancia que nos concierne a los dos
—Me estas asustando Franck, puedes decirme lo que desees
—No es para asustarte, necesito que estés muy tranquila y me escuches con atención, cada palabra que diré debe ser tomada en cuenta
—Seré toda oídos, toda mi atención está centrada en ti y en lo que dirás, hazlo de una buena vez me estas poniendo nerviosa
—Eva, estas embarazada
—¿Qué? No es verdad. Yo no puedo tener hijos, porque juegas con algo tan delicado Franck, no pensé que fueras de esa clase de personas que juegan con los sentimientos de los demás
—¿Crees que jugaría con algo tan importante?
—Lo est&aacut
—¿Por qué llora señorita? ¿Se siente mal?—No te preocupes Marcos, mis lágrimas son de felicidad ¿Cómo vas con las quemaduras? ¿Duelen mucho?—A veces tengo mucho dolor o picazón, no lo soporto, ahora estoy mejor, mi tío viene todos los días y me pone una crema para que no me molesten las quemaduras ¿Usted me conoce? No sé porque se me hizo tan fácil hablar con ella, cuando en realidad no hablo más de diez palabras con nadie—Ya veo, te han comentado algo de tu pasado, por supuesto que si te conozco, más de lo que imaginas—Es mi vida personal, no puedo divulgarla con una desconocida, así diga conocerme, su mirada dolida, me dolió a mi sin entender la razónDolió y no puedo negarlo. Lo siento fui descuidada, me presento soy Rebeca Vera—¿T……? ¿Tú eres Rebeca?—Al parecer te han hablado de mi—Eres mi esposa, la madre de mis hijos—Escuchar su voz algo dudosa me causo risa, me miraba de una forma escrutadora y eso me hacía sentir incomoda ¿Qué te parece tu esposa Marcos? No dijo nada,
—Lo vi salir del ascensor y el aire se me fue de los pulmones, me costó un mundo convencer a Franck que me llevara a su sala y él se me adelanto —Buen día Rebeca ¿Cómo amaneciste? —Bien gracias Eva, buen día Marcos estaba por ir a visitarte ¿Cómo te sientes hoy? —Buen día, bien gracias —Amor no deberías estar tanto de pie ven a sentarte, le hice señas a Eva para que me acompañara a la cafetería, al parecer estos tienen mucho que hablar sin siquiera recordarse —Si mi cielo, tu hijo en verdad me cansa, le seguí la corriente a Franck al parecer sobramos —¿Quieres recostarte? —Estoy bien gracias, pero tú no debes estar de pie en la habitación hay un mueble muy cómodo, mi mamá dice eso —Conduje la silla dentro de la habitación, la ayudé a recostarse, no podía dejar de observar su rostro, aunque pálido y un poco demacrado exudaba una belleza que me atraía como abeja al panal, mis manos quemaban en cualquier parte de su cuerpo y eso emitía unas corrientes eléctricas en todo mi cuerp
—Llegamos a mi casa de campo, esta era de mi propiedad nadie más era el dueño —Xime, amor ¿Qué hacemos aquí? No sabía que tenías esta propiedad —En si Julio era mi regalo para nuestro aniversario, lástima que tuve que usarla para otra cosa, créeme que no te arrepentirás —A veces das mucho miedo Ximena —¿Eso no te gusta cariño? —Me excita amor, solo yo conozco este lado tuyo y no dejare que nadie más lo haga — Espero que asi sea Julio o te matare con mis propias manos —Imposible eres mía, solo mía dije apretando su cintura y jalando hacia mi con fuerza — Te creo mi hombre fuerte, pero no es el momento necesito que me ayudes con un juego que será realmente excitante, al menos para mi —De verdad quiero saber ¿Qué es lo que tramas? —Lo sabrás pronto —Me deje llevar por el beso abrasador que me daba Marcos, a pesar de no recordarme su cuerpo lo hace y me besa tal cual como lo hacía cuando estábamos juntos la primera vez, con ímpetu y temor —La solté al quedarme sin aire, viend
—¿Que hacemos aquí? Ximena esta parte de tu casa de campo no la había visto, en si ninguna parte, conociéndote nunca imagine que tendrías un lugar asi—Me conoces bien Julio, deja las ansias casi llegamos seguro te gustara esta sorpresa que te he preparado para nuestro aniversario—Estoy demasiado ansioso por saber d…………No pude terminar de hablar al ver a la persona que tenia de frente ¿Qué hace esa mujer aquí Ximena?—Calma mi cielo, bese su mejilla e hice que se fijara en los grilletes que tenía puesto la lacra, no podrá dar un paso sin que se lastime ……. más de lo que ya esta —Suéltame Ximena, no creas que podrás mantenerme aquí toda la vida, estás loca si lo crees—¡Loca yo! Te comento que la única loca eres tú, que te valiste e todo para quedarte con algo que ni siquiera te pertenecía y lo peor era que lo sabias y aun asi querías quedarte con todo acuesta de la vida nuestros hijos—No me arrepiento de nada Ximena, si me dieran otra oportunidad lo volvería hacer son unos estúpid
—Hace una semana que salimos del hospital, estamos en mi departamento, resulta extraño estar juntos sin que él me recuerde, he tratado de entender cada cosa que pasa asi como él lo hizo conmigo en su momento, ahora puedo entender lo difícil que fue para el estar cerca de mi sin que yo pudiera recordarlo —El desayuno está listo — Me levante del piso del balcón donde me sentaba a pensar, mientras él dormía o trabajaba (Nunca dejo de hacerlo) Iré enseguida, que bien se ve esto —Sé que te gustan los huevos revueltos con tocino, me lo dijo Elías —Lo mire desconcertada con el pan en la boca, es cierto que hablamos a diario, pero no me imagine que ellos hablaban a solas. ¿Hablaste con Elías? — Asentí, llamo justo en el momento que me levante a hacer el desayuno —Me quede pasmada, mi hijo es muy inteligente y debe haberse dado cuenta de la anomalía de Marcos. Mira tú que oportuno —Mmm — Ya pensaste donde quieres ir, es la primera vez es más de diez años que te vas a tomar unas vacaci
La mañana empezaba como todos los días Rebeca Vera estaba, somnolienta por haber trabajado hasta la madrugada, pero no podía permitirse levantarse tarde, tenía una razón por la que luchaba día a día, intentando abrir los ojos, sintió algo de peso en su abdomen al querer levantarse, bajo suavemente la mirada para encontrarse con su hermoso hijo intentando levantarla. —¡Buen día! Madre levántate o llegaremos tardeBajo corriendo de la cama y se apresuró a alistarse. No tenía idea de dónde había sacado esa costumbre su hijo, todos los días se levantaba a las seis de la mañana y por nada del mundo se acostaba tarde, a las nueve él ya estaba en el mundo de los sueños. Con una sonrisa en los labios terminó de levantarse para dirigirse a la cocina a preparar el desayuno, un agudo dolor en su cabeza la hizo tambalear. Elías Vera al ver a su madre cogerse de las paredes se asustó—¿Madre que pasa? ¡Estás bien! Rebeca le dedico una sonrisa que no pudo mantener, ya que su cabeza parecía que iba
Rebeca Vera dio un suspiro cansado, sabía que no podía mentir a Frank tarde o temprano igual se enteraría y era peor.—Solo diré que sigo teniendo esos sueños raros y esas pesadillas que no me dejan en paz, sigo soñando que tengo dos hijos, que estaba en un lugar desconocido como una cabaña. Después otro sueño en el cual estoy con un hombre alto, esbelto, bien vestido, no puedo ver su rostro ¡jamás puedo! Pero si oírlo, me habla de manera dulce y amorosa. Aparecen escenas que no puedo entender.Tras explicar todo esto no deja de sostener su cabeza entre sus manos, el dolor se hizo más agudo, y sin darse cuenta empezó a llorar. Frank se alarmó y corrió por los pasillos del hospital en busca del doctor. Sebastián envió a la enfermera con la nueva medicación para tranquilizar a Rebeca, enseguida que Frank Soler estuvo en su oficina.—Tranquilo señor Soler todo es normal, su cerebro está sobrecargado con los recuerdos y eso hace que su cabeza duela en una magnitud insoportable, solamente d
Han pasado 5 años de todo lo que pasó, Marcos Graham seguía reacio en creer que su amada no estaba viva, aunque su familia lo creía así, empezaron hablarle de casarse de nuevo, pero él no aceptó y siguió normal su rutina de siempre con su hijo, su tío y hermana estaban preocupados por él, pero no podían meterse, solo él sentía su dolor, nadie más lo entendería, mientras su amada no podia regresar o su mente no le permitia regresar a su lado***********Rebeca habló un tanto desilusionada.— Elías tiene 5 años cumplidos y yo aún no tengo un solo recuerdo de mi pasada vida, no tengo nada en mi mente, solo el accidente.Respiro hondo,— Te acuerdas que te dije que la semana pasada conocí a una mujer dijo Rebeca, muy guapa, amable fue a nuestras oficinas para que los ayudemos con la fiesta de su compañía, me sentí muy rara desde que ella entró y hablamos se me hacía familiar, pero no sabía por qué, cuando me dijo su nombre, algo en mí dolió ¡pero no sabría decirte que fue! Cuando se despid