Han pasado 5 años de todo lo que pasó, Marcos Graham seguía reacio en creer que su amada no estaba viva, aunque su familia lo creía así, empezaron hablarle de casarse de nuevo, pero él no aceptó y siguió normal su rutina de siempre con su hijo, su tío y hermana estaban preocupados por él, pero no podían meterse, solo él sentía su dolor, nadie más lo entendería, mientras su amada no podia regresar o su mente no le permitia regresar a su lado
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Rebeca habló un tanto desilusionada.
— Elías tiene 5 años cumplidos y yo aún no tengo un solo recuerdo de mi pasada vida, no tengo nada en mi mente, solo el accidente.
Respiro hondo,
— Te acuerdas que te dije que la semana pasada conocí a una mujer dijo Rebeca, muy guapa, amable fue a nuestras oficinas para que los ayudemos con la fiesta de su compañía, me sentí muy rara desde que ella entró y hablamos se me hacía familiar, pero no sabía por qué, cuando me dijo su nombre, algo en mí dolió ¡pero no sabría decirte que fue! Cuando se despidió me dio la mano con una mirada anhelante y no entendí el porqué, aún ahora no lo hago desde ese día comenzaron mis pesadillas nuevamente, no pude dormir por días soñé con un hombre al que no podía verle el rostro y a otro niño que me decía mamá, que no era Elías ¡me voy a volver loca!
Frank quedó petrificado, pegado al piso, eso solo podía significar una cosa, si ella reaccionó así, pero eso no se lo había dicho, ella era del pasado de Rebeca, ¿Pero quién realmente era? Iba a averiguarlo cueste lo que cueste.
Mientras Eva Graham, se partía la cabeza por la indecisión de comentarle algo a su hermano o esperar a averiguar algunas cosas, sobre la planificadora a cargo de la fiesta de la empresa Graham.
Conocía la agencia en Italia, habían trabajado algunas veces juntos, conoció a los dueños y al presidente de la agencia, pero jamás se enteró de que tenían agencias en el exterior, y más aún a una planificadora casualmente parecida a su cuñada desaparecida y con su mismo nombre.Frank Soler se dirigió de nuevo al médico, quería que le dijeran el estado actual de su hermana sin maquillar nada, quería ayudarla a afrontar todo. En la oficina del médico, Frank preguntó:
—¿Doctor puede afectar su salud mental o física el recordar su pasado?
El médico pensó un poco, Sebastián había estado estudiando casos de amnesia, hace pocos meses, en particular casos de olvidos por traumas dolorosos, un dolor agudo que prefieren olvidar a seguir viviendo eso.—El caso señor Soler, es que el cerebro de su hermana está despertando, pero aún no decide qué tan rápido quiere recordar o si quiere hacerlo o solamente quiere darle pistas, si ella sigue frecuentando, personas de su pasado tal vez poco a poco recuerde y aun así si tendrá que enfrentar ciertas cosas como agotamiento, fatiga, mareos, dolores de cabeza y hasta su cuerpo podría colapsar, tomó aire y prosiguió.
Según usted me comentó, su estrés es solo por el trabajo, no hay algo más que haya detonado sus recuerdos. Sí, dijo firme, pero no dio más información Sebastián se dio cuenta de que no iba a decir más así que asimilo eso.—Voy a preparar su alta, no es necesario que permanezca aquí, solo siga las instrucciones médicas y descanso mental eso será muy bueno, tal vez hasta un viaje para relajar su estado sería lo mejor, pero nada de trabajo.
Frank asintió y dejó el despacho del doctor agradeciendo por sus atenciones, ahora solo quedaba convencer a Rebeca, para viajar a casa como meras vacaciones y no por su salud, Rebeca no era tonta y podía darse cuenta de lo que quería hacer.
Regresó a la habitación del hospital, ella ya estaba despierta, muy sonriente coqueteándole a un enfermero, rio para sus adentros sin que ella lo notará.—¡Oh! Frank por fin te acuerdas de tu hermanita
Dijo con una expresión dolida, notablemente fingida con la mano en el pecho y todo. Soler arrugó su entrecejo y la miró con una ira que sobresalía de sus ojos, si las miradas mataran Rebeca, ya estaría tres metros bajo tierra.
El enfermero se asustó un poco y prefirió salir de la habitación dejando solo a las dos personas en su discusión.—¡Rebeca, no agotes mi paciencia!
Dijo apretando el puente de su nariz
— recuerda que estas en el hospital, puedo ayudarte a quedarte un poco más
Comento mirando de reojo y dando una sonrisa malévola. Rebeca, trago saliva y se esforzó en dar una sonrisa rascando su mejilla sin mirar a Soler.
—Hermanito, sé que me quieres, por eso estás tan pendiente de mí y Ximena ¿dónde está? No la he visto, ni a mi hermoso cachorro, los extraño ¿cuándo nos podemos ir? Me siento extremadamente bien.
Dijo haciendo un puchero, en ese instante entró el doctor
—¡Señora Vera! ¿Veo que se encuentra mejor? Como le indique a su hermano tiene que tener mucho descanso, tal vez unas vacaciones sería muy bueno, por ahora ya puede irse a su casa, puede hacer los papeleos para salir del hospital.
La sonrisa de Rebeca, podía eclipsarlos y hasta dejarlos ciegos de tanto resplandor en ella, estaba feliz y no podía ocultarlo iba a ver a su hermana, sobrino y su cachorro como le decía.
Alistando todo se apresuraron a salir, no sin antes, notificarle a Ximena que estarían en casa dentro de poco, claro estaba que era en la Rebeca, ya que era la más grande y cabían los tres y los niños. Dentro del carro Frank, manejaba iban en un silencio cómodo, aunque no tanto para el Soler acostumbrado a lo parlanchina que su hermana era. Frank, fue el primero en romper el cómodo silencio.—¿Dime que te pasa? No has hablado para nada y eso es raro en ti.
Ella solo rio de lado, entendía lo que su hermano quería decirle, solo que su personalidad no se lo permite, estaba preocupado por ella y eso lo tenia inquieto
—Solo quiero darle vuelta a la página como hace tantos años, no quiero que mi cachorro esté en un conflicto en el cual yo lo metí sin saber, al no conocer nada de mi pasado, no pude darle una familia a la cual seguir.
Veía al frente sin un punto fijo pero hundido en sus pensamientos. Frank asintió él también se sentía impotente, sus sobrinos eran su bien más preciado, no quisiera que nunca sufran, pero no podía evitarlo, solo podía ayudar a lidiar sus problemas.
—Te diré que Elías y tú si tienen una familia, no somos la de sangre, pero somos los que más los quieren.
—Lo sé, lo siento a veces me pongo a pensar demasiado.
—Viajaré a Italia la próxima semana, necesito tomar unas vacaciones, me estoy volviendo loco con tanto estrés.
No era verdad, pero por algún lado tenía que empezar para convencer a su hermana, debía acompañarlos, ya que Ximena también tenía, que regresar. Rebeca, parecía estarlo pesando, sopesando los pro y los contra, ella nunca había querido depender de nadie por eso tenía que reflexionarlo bien, si decidía irse, dejaría su trabajo postergado, aunque ese no era un problema porque los Soler jamás le decían que no a cualquiera que fuera su pedido, pero no le gustaba abusar.
¿Tenía que ir? ¿Debería ir? Necesitaba saber que fue todo eso que dejó atrás, para descubrir por qué aunque tenía una hermosa familia, se sentía vacía y sola como si algo le faltara. Llegaron al departamento, Rebeca abrió la puerta con sus llaves para no molestar a su hermana, pero apenas abrió la puerta, tres cuerpos le cayeron encima si no se agarraba de Frank hubiera caído al piso.—¡Mama por fin estas de vuelta!
—Tía Reb te extrañé, no tenía con quién hacer travesuras.
Dijo con un gran puchero en sus labios Carlos, Rebeca rio a carcajadas. Su hermana la abrazaba, como si no la hubiera visto hace años y no hace dos días cuando la visitó en el hospital.
—¿Cómo te siente Reb?
Tomándole suavemente de las manos guiándole al mueble de la sala de star con cara de preocupación.
—Me siento bien Xime, ya no debes preocuparte
Regalándole una sonrisa iluminada, para que no se preocupe más.
Frank rodó los ojos ante esa conversación de la cual había sido totalmente excluido.—Si Xime, esta idiota ya está bien, solo tiene que descansar. Le comenté que nos vamos la semana que viene, ya que tú tienes que regresar y yo voy a visitar a nuestros padres.
Comento sin dejar de mirar a su hermana, para que le siga el hilo de la conversación y le entendiera la indirecta directa que le daba. Ximena sonrió, para hacerle saber que entendía a donde quería llegar.
— Si Reb debemos regresar, ya las vacaciones están por terminar y Carlitos tiene que regresar a sus habituales clases y yo a mi habitual vida con mi esposo.
Rebeca seguía la conversación tratando de entender a dónde iban sus hermanos ¿si querían que fuera porque no se lo decían y ya?
—Creo que unas vacaciones estarían bien para mi cachorro, hace mucho tiempo que no ve a sus abuelos, creo que los acompañaremos.
Los niños se pusieron felices, podrían jugar más tiempo juntos y por fin Elías se sentiría en casa.
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—¡Rebeca Vera! Estoy esperando, sabes que la paciencia no es lo mío
Grito Frank sin siquiera mirarla, no estaba enojado estaba preocupado, pero eso no podría decirle a esa cabeza dura como se sentía. Solo sabia que de este viaje saldría lo mejor o peor de todo lo que paso a su hermana y sería enfrentarse a sus miedos, ya que aun su herida no sanaba, no quería volver a ver a esa persona que lo uso, pero su familia es lo primero y eso le dio aún más valor para enfrentar todo lo que venía.Para Marcos Graham, tener a Rebeca en sus brazos era todo lo que él deseaba, todo su mundo, los sueños recurrentes lo atormentaban, pero en esos instantes era feliz, los sueños haciéndola suya una y otra vez, su cuerpo que tanto extrañaba, lo excitaba de sobremanera, hacía añorarla tanto que dolía. Eran esos sueños de los cuales nunca quería despertar; pero siempre volvía a la realidad a la misma hora cada mañana, la cruda realidad de no tener a su amada cerca, de no tenerla entre sus brazos, su único aliento, su pilar, la última fuerza que le quedaba era su hijo. Joseph era la luz en el camino que perdía cuando no aguantaba más, cuando el camino se hacía más doloroso, pero más que eso, era empezar cada día sin ella a su lado. Su rutina no había cambiado durante estos 5 años, se levantaba a las seis de la mañana (si es que podía conciliar el sueño) se vestía con ropa cómoda para correr y luego a su gimnasio personal, hacer la rutina de ejercicios, dado que no podía con el diario vivir,
El regreso fue oportuno, los tres hermanos estaban felices de poder regresar juntos, sabían que todo iba a cambiar de un momento a otro, pero no se acobardarían, estarían hay el uno para el otro, los tres eran un equipo invencible. Los niños ni que decir, su felicidad era inimaginable, lo que ellos no sabían es que dos, de los tres adultos, estaban haciendo planes para ya no regresar a Los Ángeles. Frank Soler estaba en la oficina haciendo unos últimos arreglos, la idea de traer a Rebeca a Italia con sus padres "no era nada más ni nada menos" para que se quedara es ese país, ya no quería que estuviera lejos de ellos, aunque él también estuviera con ella en los Ángeles, tenía que reconocer se sentía solo sin su familia, después de todo........... Algún día tenía que regresar.Además, quería que Rebeca fuera feliz, él sabía muy bien que su hermana del alma extrañaba todo, aunque no recordaba, ese sentimiento de que algo le faltaba siempre estaba en ella, se reflejaba en su mirada. Termi
Los sucesos que después ocurrieron, trajeron muchas consecuencias, secretos que salieron a la luz, traiciones descubiertas, así como el comienzo de un nuevo capítulo de dolor entre Rebeca Vera y Marcos Graham. Era una hermosa tarde, el sol iluminaba todo el paisaje, Rebeca estaba en la última Semana de embarazo, se sentía muy nerviosa y aprensiva, decidió salir a comprar unas últimas cosas que le hacían falta a sus hermosos gemelos. Dándole una última revisión a la habitación doble, arreglado para sus bebés, dio un cálido suspiro, se sonrió y se fue de ahí. Entró en su coche, se sentía más incómoda de lo normal, porque su enorme barriga ya no la dejaba hacer todo lo que quería, se fatigaba con facilidad.— Hola Lilian, ¿estás ocupada? — Hola Rebeca, ¿cómo estás? No, estaba saliendo de la oficina, en estos momentos, dime te puedo ayudar en algo. — Oh, si quería que nos viéramos en el centro comercial, necesito hacer unas últimas compras, para los bebes. —No hay problema, nos vemos hay
Le comento Ivanna. La cara de Janeth fue ilegible— No tendrás que verme a mí o a Edgar nunca más, termina el trabajo y facilítanos la vida, sino tu hermano lo pagaráUn suspiro salió de su boca y asintió con la cabeza. Estaba nerviosa, pero nadie lo noto, su peor miedo había sido superado, Ivanna le había pedido lo que ella rogaba que le dijeran, así podría ayudar a esa Joven con sus bebés. Ivanna y Edgar salieron de la cabaña dejando a una Janeth más tranquila. Corrió a la habitación, volvió a inyectar al bebé y a Rebeca, la segunda empezó a respirar pesado, volviendo poco a poco a la normalidad, abrió los ojos y su visión fue borrosa, quería ver a sus bebés, nunca espero encontrarse con una Janeth desesperada tratando de despertar a su hijo. — ¿Qué pasó?Una asustada Rebeca se acercó a ella, su rostro estaba pálido, con rastros de lágrimas e impotencia— ¿Qué le pasa a mí, hijo? ¿Qué tiene porque no despierta? Dijiste que no tendría complicación, ¿Qué salió mal?Empezó a llorar y g
Rebeca Vera se intentó levantar, pero su mundo estaba de cabeza, no sentía nada más que un fuerte dolor, no recordaba mucho de lo que le había pasado, pero si de su bebé, observo por toda la habitación, pero no lo encontró maldijo su suerte, siempre tenían que pasarle las peores cosas. Como pudo se levantó cogiéndose de las paredes, intento salir de la habitación, estaba demasiado débil, daba paso muy lentos, le exigía a sus piernas seguir, necesitaba ver a su hijo, era lo único que tenía en ese momento, cuando llego a la puerta, la abrió con desesperación, encontró parada a una chica muy hermosa con unos ojos ámbar y piel muy blanca. Ximena le dedico una sonrisa— Señorita, está muy débil, debería acostarse y descansar. No le contesto, solo la miro muy desconfiada, con todo lo recientemente pasado en su vida, no confiaba en nadie.— ¿Dígame donde está mi hijo?— Él está muy bien, está descansando también, sígame para que pueda verlo, pero será mejor que la ayude, comento Ximena.Ella
En el hospital Franck, sin saber que hacer con un bebé en brazos que le aseguraron que estaba en perfectas condiciones, aunque tuvieron el accidente el bebé salió totalmente ileso, más no era lo mismo con Rebeca. Estaba inconsciente, bañada en sangre, la tenían en sala de cirugía sin darle ninguna información, el golpe fue para ella directamente. Llamo a Ximena para informarle lo sucedido, ella empezó a llorar en el otro lado de la línea, pero intento calmarse y le indico a Franck que estaba saliendo para el hospital. Al llegar al hospital, Ximena se encontró con un Franck Soler, perdido en sus pensamientos, con un bebé en brazos, con ojos rojos de retener las lágrimas y sin saber que hacer, eso la destrozo. Se acercó a él, lo abrazo y sostuvo al bebé en sus brazos— ¿Cómo está, Rebeca? ¿Cuál es su condición?Franck se limitó a negar, los doctores aún no le habían dicho nada. En ese instante salió un doctor de la sala.— ¿Doctor, como está la paciente?— ¿Ustedes son sus familiares?L
El tiempo pasó muy rápido, Marcos sentía que moría por dentro cada día, habían pasado seis meses de toda esa catástrofe en sus vidas, aún se culpaba por no poder proteger a sus hijos y a su muy amada esposa, despertaba cada día con la fe de que la encontraría y porque su hijo lo necesitaba, era su fuerza. Joseph Graham, era un niño muy dulce e inquieto, su mirada era dulce y risueña, tan diferente de su padre, pero tan parecido a su madre que hacía que se enterneciera y a la vez entristeciera al recordarla.Lilian Nuquez con Luciano Ferrará, habían encontrado unas pistas que tal vez ayudarían a encontrar a su entrañable amiga, pero fue tarde, Rebeca ya se había ido al extranjero, no encontraron nada y quedaron nuevamente como al inicio, con nada en las manos, pero con la idea más feliz, su amiga estaba viva, pero por alguna razón se fue, en vez de volver con su familia, la dejarían en paz ella regresaría estaban seguros de eso y en ese momento arreglaran todo.Rebeca, por su parte, ha
Al llegar a la dichosa cafetería, Franck timbro a Rebeca para que salieran, ¡no iba a bajarse solo para sacarlos del lugar! Reb al ver la llamada de su hermano se levantó de golpe, bajo la mirada atenta del Graham, lo miro y sonrió — Un gusto haberte conocido, pero debemos irnos, ya nos vinieron a recoger, te dejo mi tarjeta Hizo una despedida con la mano y salió como alma que lleva el diablo, sabía que su lindo hermanito no se cargaba el mejor genio del mundo. Dejando a un aturdido Marcos, sentado en el café, sin poder siquiera abrir la boca, todo paso tan rápido que quedo en blanco, sin más únicamente rio un poco, su Rebeca no había cambiado nada, seguía siendo un torbellino, aunque debía averiguar ¿Qué paso? Y ¿Por qué no recuerda nada? Ni a él, ni a su hijo, pero al menos lo que él sentía era real, su familia no lo iba a creer, ¡debería tener una conversación con su hermana muy seriamente! Muy aparte de todo, ¿Dónde vivía ella con su hijo? Y más grave aún, ¿con quién? Eso lo pus