Capítulo 25.

Me fui a casa en cuanto llegaron mis abuelos para hacerme el relevo, justo después de que le dieran la habitación a mi madre y la moviesen allí.

Estaba exhausta, lo único que quería hacer era llegar y descansar, pues no había podido pegar ojo en toda la maldita noche.

Pablo me esperaba en la puerta del hospital, para llevarme a casa, y no me quejé, no quería hacerlo, estaba cansada de pelear, de luchar, de alejarle, estaba tan cansada…

No hablamos durante todo el camino, y se lo agradecí, me veía incapaz de pronunciar palabra. Y después de eso entró conmigo en casa, y me ayudó a recogerla un poco.

  • ¿quieres que me quede un rato? – preguntó Pablo, mientras yo negaba con la cabeza, justo después de ayudarme a subir a mi habitación, pues me sentía demasiado cansada como pa
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