Joder. Kasper... ¡¿Acaso eres el gay del año?! Maldición. Este cambio radical en mi vida está afectando mi capacidad de pensar y analizar las situaciones que me involucran. Esto no es algo que debería estar haciendo, no por tener sexo gay y que me guste hombre tengo que hacer estas cosas.Dije que me iría pero... Ese cabrón. ¡¿Qué demonios me ha hecho?! No puedo solo dejarlo, quiero estar con él y eso no es normal. Se fuerte Kasper, has pasado por peores cosas y esto es nada en comparación a todo lo que has vivido. Se fuerte y supéralo, quedamos en que superarías esto y lo mejor es aceptar todo el paquete que viene con esa oscura verdad. Más bien colorida, a lo gay. —¿Puedes llevarme al baño? Ignóralo. Es solo una piedra en el camino. No tienes que mover un solo músculo y pensara que estás muerto.—Señor... quiero ir al baño... —joder, me está tocando la pierna. —Me haré en los pantalones y mamá estará enojada...¿Cree que me importa su madre? Se baja el pantalón de golpe.
Me concentro en escuchar a Rasey, Devoni me muestra las estadísticas que debo dominar en las siguientes horas. Sin embargo, no solo se trata de dominar la pista y superar mi velocidad, con la carrera cerca hay otros aspectos que debo tomar en consideración. —En el viaje a Imola, la resistencia cardiovascular es buena e incluso movimientos de acción rápida. Con la carrera en puerta es mejor preparar una rutina de ejercicios y comenzar tu dieta para no tomar riesgos, esta es una carrera profesional de 306 kilómetros, la fuerza que experimentarás es mayor a una de 200 kilómetros. —Ejericios de cuello, brazos, hombros, piernas y tren superior. No estoy hablando de formar más músculos sino de lograr más resistencia, te has preparado antes de esto pero ahora como tu equipo trataremos de ayudarte a incluso superarte a ti mismo. —De eso estoy hablando, confío en ustedes. —miro al flacucho, no confío tanto en él. —En ti no tanto, pero estoy dándote el beneficio de la duda. —este resopla. L
El cambio de corazón que Kasper ha tenido sigue pareciéndome un hecho irreal. Para él, como lo ha dicho, no ha sido una confesión sino algo que me quería hacer saber. Para mí ha sido mucho más que unas simples palabras. Una confesión. Finalmente, después de tanto acepto que estoy por lo menos entrando en su cabeza y si no es mucho pedir, en su corazón. No pensé que esto pasaría, por lo menos no de esa forma tan repentina. Tampoco estoy quejándome, lo he deseado por parte de Kasper desde hace mucho tiempo pero esta vez si me ha cogido desprevenido. Sorprendido pero halagado. No entiendo sus movimientos, pienso que está alejándome pero poco a poco el mismo va acercándose. Pensé que no quería volver a verme, estaba imaginando muchas cosas para poder acercarme a él y ahora. No puedo esperar un segundo más para verlo y esperar que me sorprenda, de alguna manera sé que lo hará. Estoy muy metido en esto, enamorado hasta la médula de él y solo tengo que restringirme para no decirle lo much
Mi cuerpo, todo mi ser gay se mueve por si solo. No importa tanto, reunirme con Aleksen no ha ido bien y lo que menos quiero es seguir estresándome con esto. Quiero esto y no, no me avergüenzo en lo absoluto. Soy gay, eso no hace la diferencia de quien soy y tampoco pone en duda lo que puedo lograr en la pista. Le tomo por la cintura, pegándolo a mi cuerpo pero sin ser agresivo. Meto la lengua en su boca, profundizando el beso tanto como deseo. Un beso que alargó hasta que la falta de aire nos obliga a separarnos. Me alejo de él, liberándolo de golpe, su mirada fantasma me atraviesa. Pervertido como siempre. Lo he tomado por sorpresa, pero esto no es nada en comparación a las cosas que martirizan mi cabeza desde que lo conozco. —Tengo hambre. —digo ante su silencio. —Ya he comenzado con dieta previo a la carrera, vitaminas, proteínas y suplementos, prepara algo en base a eso. —Bien, tratare de arreglármelas. —sonríe. Me pasa de largo para abrirme la puerta. Ruedo los ojos, no soy
Fausto todavía duerme cuando despierto a las cinco y treinta de la mañana. Como siempre está abrazándome por la cintura y con la cabeza metida en mi cuello, quizás terminaré acostumbrado a esto. Trato de no despertarlo cuando me muevo pero es imposible, me sostiene con fuerza como si estuviera escapándome de él. Vuelvo a verle pero esta profundamente dormido. Incluso en sueños trata de controlarme. Ha. Eso no podrá lograrlo. Al final tengo que soltarme de él aunque gruñe entre sueños, me termino riendo de él porque parece un crío aunque esté dormido. Busco en el armario pijo que tiene un cambio de ropa deportiva para salir a correr. De alguna manera me indigno cuando sus zapatos son una talla más que los míos, ese tipo es enorme por todos lados. Por suerte hay un par de sneakers que puedo ajustar con las cintas. Solo necesito correr unos kilómetros y después regresar al hotel por más ropa y asegurarme que Leila esté con vida. Ayer, antes de salir del hotel me quedo claro que está f
¿Acaso fue demasiado pronto? ¿Me excedí? Dios. Sí, me precipité a los hechos y jugué con mi propia suerte, era evidente que Kasper esta ajeno a lo que siento porque todo esto es nuevo para él. Me sorprendió su declaración pero también me di cuenta que si alguien como él puede dar ese paso sin titubear, no podía continuar con este absurdo compromiso y Fiorella está totalmente de acuerdo con esto. Tendré que arreglármelas para pensar cómo hacer que Kasper no esté furioso por lo sucedido. Conociéndolo estará haciéndose mil ideas de como dos hombres no pueden tener ese tipo de sentimientos, y estará aclamándose el peor gay. Lo conozco mucho más de lo que él piensa. —Tío, olvide mis zapatos azules y quería usarlos con mi traje de capitán. Mi sobrino se queja bajando su pequeña mochila del auto, hemos llegado a casa de mis padres en la Toscana. —Podrás usarlo cuando regresemos, será solo un fin de semana. —¿Por qué no puedo regresar contigo? —Tengo unos asuntos en la oficina y no po
No tiene una buena cara, está furioso y si ha venido hasta aquí conduciendo como un poseso. Estoy seguro que tiene algo importante que decir, el problema son las dos patrullas que entran a la villa y se estacionan a solo unos metros de él. —¡Señor por favor aléjese del vehículo! —dice un oficial saliendo de la patrulla con un arma eléctrica apuntando hacia él. Kasper hace caso omiso caminando directamente hasta a mi, acomodándose la chaqueta gris que lleva puesta. —Te diré dos cosas, la primera es que tienes que encargarte de los policías porque no tengo puta idea de lo que dicen, qué demonios con los italianos. —gruñe, siempre gruñe pero así me gusta escucharlo. —¿Y la segunda? —preguntó. Me mira fijamente, sin decir nada hasta unos segundos después. —Segundo, no estoy seguro de lo que significa amar a una persona, o lo que sea. Ni siquiera amo a mis propios padres por lo que entenderás mi poco conocimiento sobre el tema. Me gustas de la manera que quiero estar contigo, no sé s
¿Me volví loco? ¿De eso se trata? Siempre hay un culpable, Leila, Devoni... el mismo Fausto Lazzarini. Yo, el increíble y ahora gay Kasper Allangerd. Tengo que comenzar una terapia de reconstrucción de conducta, estoy desviándome del camino no es que ya estoy más perdido de lo que quiero pensar. "No puedes confiar en los hombres, te dicen que te aman y después se van con la primera mujer que se cruza en su camino. Los hombres son así, no puedes confiar. Mírame a mi, nunca confié que fueras mi verdadero amor, solo piensas con eso de abajo y te vas por ahí tan fácil como una tarjeta de crédito."Esa fue Leila antes de colgarme el teléfono y recordarme lo mucho que no quiere verme. "No... no estoy enamorado del señor Lazzarini... es mi tipo pero alguien como él nunca se fijaría en mi." En eso tiene razón y se enojo cuando se lo dije. "Y usted, señor Kasper, prefiero estar con una mujer antes que con usted. Su carácter le quita todo el encanto."Devoni siempre dice cosas que me hacen