¿Me volví loco? ¿De eso se trata? Siempre hay un culpable, Leila, Devoni... el mismo Fausto Lazzarini. Yo, el increíble y ahora gay Kasper Allangerd. Tengo que comenzar una terapia de reconstrucción de conducta, estoy desviándome del camino no es que ya estoy más perdido de lo que quiero pensar. "No puedes confiar en los hombres, te dicen que te aman y después se van con la primera mujer que se cruza en su camino. Los hombres son así, no puedes confiar. Mírame a mi, nunca confié que fueras mi verdadero amor, solo piensas con eso de abajo y te vas por ahí tan fácil como una tarjeta de crédito."Esa fue Leila antes de colgarme el teléfono y recordarme lo mucho que no quiere verme. "No... no estoy enamorado del señor Lazzarini... es mi tipo pero alguien como él nunca se fijaría en mi." En eso tiene razón y se enojo cuando se lo dije. "Y usted, señor Kasper, prefiero estar con una mujer antes que con usted. Su carácter le quita todo el encanto."Devoni siempre dice cosas que me hacen
Por la mañana el móvil no deja de timbrar desde muy temprano, termino levantándome cabreado para poder cogerlo. Me suelto de la pulga que está aferrado a mi brazo izquierdo y Lazzarini que sujeta mi mano. Entre ambos sería imposible salir de aquí desprevenido, espero no sea de familia dormir de esta manera. Son las seis de la mañana, el móvil está lleno de notificaciones, de Leila, Fiorella Machado, Devoni y otros números que no reconozco. Me alejo de los dos que duermen para no perturbar su sueño, es muy temprano. Llamo a Leila enseguida pensando que algo pudo haberle sucedido. —Hola, nena, ¿estas de mejor humor? —preguntó. —¿Dónde estas? —dice sería. —En la Toscana, estaré en Monza a eso de las once de la mañana, ¿estas bien? Es temprano. —estiro el cuello. Puedo salir a correr pero la verdad prefiero regresar a la cama. —Te enviaré un correo, ábrelo. ¿Correo? Este cae de inmediato así qué tal como lo pidió, clickeo sobre el enlace y este se va directamente al navegador. KAS
Creo que toda la sangre se le va a las mejillas, se acerca a mi golpeándome con un folder que no sé de donde demonios saco. Está mirándome a matar, entiendo que me advirtió sobre follar con los patrocinadores pero joder, no estamos hablando de una mujer sino de Lazzarini y tenemos un rollo oficial ahora. Eso debe de mejorar todo, ¿cierto? —¡¿Acaso no te dije que no volvieras a hacerlo?! ¡¿Qué haremos si Lazzarini Motors nos deja?! ¡¿Quieres volver a los F2? ¡Ser un novato de ligas menores toda la vida! ¡¿Eso quieres?! Me golpea tantas veces que ni siquiera puedo defenderme. Coge una silla, dispuesta a tirarmela encima. —¡Todo eso de ser gay! ¡¿Era tu intento para decirme que estás follándote al único patrocinador que no le importo tu reputación de mujeriego?! ¡¿Ahora vas por hombres?! —puedo verle coger una silla. Tratando de levantarla. —Leila... deja esa silla en el suelo. —pido, mirando como la levanta a un más. —¡¿Es que siempre tienes que meterla dónde no es?! —pregunta furi
Estoy furioso, más de lo que debería y si continúa hablando no voy a poder controlarme. Tiene razón, quizás herede esa maldita ira de mi padre pero puedo controlarlo, entiendo lo que es correcto y malo. Pero ese hombre y yo no nos parecemos en lo absoluto. —Si los periodistas se enteran que estas con un hombre todo terminará, Kas, no me obligues a hacerlo.No puedo entender porqué hace estuvo conmigo, desde que papá lo entregó a mi, cuide de él y lo trate como a un hermano. Nunca lo desprecie y ayude a ser mejor en todo lo que mi madre consideraba como un fracaso. Todo lo que es ahora, se lo entregue por el deseo que tenía de ser aceptado. Que yo lo aceptara, quería estar a mi nivel e hice todo para que lo lograra. ¿Es eso? ¿Es ese el problema? —Aleksen, ¿tú estás enamorado de mi? —incluso la pregunta se escucha estupida, pero es algo que Saho, Leila y otras personas llegaron a creer, incluso Fausto que no lo conoce suficiente. Somos hermanos por lo que es estupido. Él se queda en
De camino a la empresa de Lazzarini, después de lidiar con sus perversiones en el estacionamiento del Piazza Vecci. Me recuerdo que debo asegurarme que Aleksen no haga otra estupidez que pueda joderme los planes. Mi advertencia debería ser suficiente pero no voy a tomar riesgos. He trabajado mucho para solo perder mi oportunidad de ganar la Copa Italiana. Saco el móvil, buscando el número de Sahori. Es la única manera de comunicarme con ellos y es mejor salir de eso inmediatamente. Saho responde a los minutos con su voz chillona. —>>>¡Einar! —grita cuando me escucha. —>>>Te he dicho que no me llames de esa manera. —bufo, nunca me escucha. —>>>¡¿Cómo estas?! ¡Aquí es una locura! Periodistas han tratado de hablar con papá y mamá pero ya sabes, se han encargado de todo. Papá está raro, lo encuentro viendo una de tus carreras.Ha. Seguramente estará juzgando el camino que he elegido y como estoy ensuciando su apellido. Es de esperarse. —>>>¿Él está en casa? —>>>Sí... —baja el tono
Observó a Kasper desde la puerta, está mirándose en el espejo con una sonrisa y por la expresión que tiene he de suponer que solo está admirando su reflejo. Lleva puesto un traje azul oscuro, le marca muy bien cada parte del cuerpo, brazos, espalda, piernas e incluso el trasero. Se ha peinado el cabello hacia atrás y limpiado la barba que apenas logra crecer. Su rostro es bastante limpio. Tiene de que sentirse orgulloso, ese egocentrismo que lo caracteriza tiene fundamentos desde las raíces. —Te queda excelente, Kasi. Un traje a tu medida. Me acerco a él quedando detrás de su espalda, me mira desde el reflejo del espejo. La sonrisa de satisfacción que tiene es increíble, da la vuelta para tomarme de la cintura y acercarse a mis labios para besarme. Todavía no asimilo que esté sucediendo esto, pero insisto, no es una queja sino un agradecimiento a lo que sea hubiera pasado en su cabeza para aceptarme. —¿Vamos? —ofrece su mano para coger la mía. —Todos esos parásitos deben estar esp
El día de la vuelta para clasificar posiciones finalmente ha llegado, he practicado horas incontables en el gimnasio, corrido en la pista privada de Lazzarini Motors y mis estadísticas están por los cielos. No hay nada que pueda arruinarlo, nada... no existe, en esta tierra es imposible. Soy Kasper Allangerd... no hay nada que me afecte en este mundo. —Kas... si continúas dando vueltas terminaras haciendo un hoyo en el piso. —es la tercera vez que lo dice. —Leila, tengo derecho a caminar en círculos, cuadros, rectángulos... ¡Como yo quiera! —no está ayudando en nada. —Si estas nervioso. —¡No estoy nervioso! —me defiendo. Leila se ríe. No hay nada de gracioso. Nada. Esta es la primera vez que voy a una clasificatoria para profesionales. No es que esté nervioso pero quizás un tanto eufórico, voy a lograrlo, eso está claro pero aún así estoy partiéndome en dos la cabeza. Todo ha regresado a la normalidad, Aleksen está en Dinamarca, los rumores se apaciguaron y mi reputación
—Está es la última vuelta, Kasper. Vas a lograrlo, tienes que adelantar a ese alemán. Polkenvo está pisándote los talones, tienes que alejarte. Si, si, maldición. Escucho las indicaciones de Rasey. Estoy siguiendo al líder, al actual campeón de la copa Italia. Polvo lo se posiciona a mi lado, demasiado cerca para mi gusto. Tengo que hacer el esfuerzo de maniobrar utilizando mi vista periférica y no golpearme contra el, a solo unos metros Smith me lleva la delantera. Vamos Kasper. Vas a lograrlo, tienes que lograrlo. Cambio de estrategia moviéndome de un lado a otro evitando que Polvenko me rebase, el movimiento es un éxito y finalmente logro posicionarme a la par de Smith. —Vamos Kasper, estás a nada de llegar a la meta. Recuerda, la curva, acelera pegándote a Smith. Ponlo nervioso y rebasalo. —Entendido. La siguiente curva es mi oportunidad para utilizar la estrategia de Rasey. Confiaré en sus malditos simuladores y lo haré, no puedo correr el riesgo estando tan cerca. Me muev