Fausto todavía duerme cuando despierto a las cinco y treinta de la mañana. Como siempre está abrazándome por la cintura y con la cabeza metida en mi cuello, quizás terminaré acostumbrado a esto. Trato de no despertarlo cuando me muevo pero es imposible, me sostiene con fuerza como si estuviera escapándome de él. Vuelvo a verle pero esta profundamente dormido. Incluso en sueños trata de controlarme. Ha. Eso no podrá lograrlo. Al final tengo que soltarme de él aunque gruñe entre sueños, me termino riendo de él porque parece un crío aunque esté dormido. Busco en el armario pijo que tiene un cambio de ropa deportiva para salir a correr. De alguna manera me indigno cuando sus zapatos son una talla más que los míos, ese tipo es enorme por todos lados. Por suerte hay un par de sneakers que puedo ajustar con las cintas. Solo necesito correr unos kilómetros y después regresar al hotel por más ropa y asegurarme que Leila esté con vida. Ayer, antes de salir del hotel me quedo claro que está f
¿Acaso fue demasiado pronto? ¿Me excedí? Dios. Sí, me precipité a los hechos y jugué con mi propia suerte, era evidente que Kasper esta ajeno a lo que siento porque todo esto es nuevo para él. Me sorprendió su declaración pero también me di cuenta que si alguien como él puede dar ese paso sin titubear, no podía continuar con este absurdo compromiso y Fiorella está totalmente de acuerdo con esto. Tendré que arreglármelas para pensar cómo hacer que Kasper no esté furioso por lo sucedido. Conociéndolo estará haciéndose mil ideas de como dos hombres no pueden tener ese tipo de sentimientos, y estará aclamándose el peor gay. Lo conozco mucho más de lo que él piensa. —Tío, olvide mis zapatos azules y quería usarlos con mi traje de capitán. Mi sobrino se queja bajando su pequeña mochila del auto, hemos llegado a casa de mis padres en la Toscana. —Podrás usarlo cuando regresemos, será solo un fin de semana. —¿Por qué no puedo regresar contigo? —Tengo unos asuntos en la oficina y no po
No tiene una buena cara, está furioso y si ha venido hasta aquí conduciendo como un poseso. Estoy seguro que tiene algo importante que decir, el problema son las dos patrullas que entran a la villa y se estacionan a solo unos metros de él. —¡Señor por favor aléjese del vehículo! —dice un oficial saliendo de la patrulla con un arma eléctrica apuntando hacia él. Kasper hace caso omiso caminando directamente hasta a mi, acomodándose la chaqueta gris que lleva puesta. —Te diré dos cosas, la primera es que tienes que encargarte de los policías porque no tengo puta idea de lo que dicen, qué demonios con los italianos. —gruñe, siempre gruñe pero así me gusta escucharlo. —¿Y la segunda? —preguntó. Me mira fijamente, sin decir nada hasta unos segundos después. —Segundo, no estoy seguro de lo que significa amar a una persona, o lo que sea. Ni siquiera amo a mis propios padres por lo que entenderás mi poco conocimiento sobre el tema. Me gustas de la manera que quiero estar contigo, no sé s
¿Me volví loco? ¿De eso se trata? Siempre hay un culpable, Leila, Devoni... el mismo Fausto Lazzarini. Yo, el increíble y ahora gay Kasper Allangerd. Tengo que comenzar una terapia de reconstrucción de conducta, estoy desviándome del camino no es que ya estoy más perdido de lo que quiero pensar. "No puedes confiar en los hombres, te dicen que te aman y después se van con la primera mujer que se cruza en su camino. Los hombres son así, no puedes confiar. Mírame a mi, nunca confié que fueras mi verdadero amor, solo piensas con eso de abajo y te vas por ahí tan fácil como una tarjeta de crédito."Esa fue Leila antes de colgarme el teléfono y recordarme lo mucho que no quiere verme. "No... no estoy enamorado del señor Lazzarini... es mi tipo pero alguien como él nunca se fijaría en mi." En eso tiene razón y se enojo cuando se lo dije. "Y usted, señor Kasper, prefiero estar con una mujer antes que con usted. Su carácter le quita todo el encanto."Devoni siempre dice cosas que me hacen
Por la mañana el móvil no deja de timbrar desde muy temprano, termino levantándome cabreado para poder cogerlo. Me suelto de la pulga que está aferrado a mi brazo izquierdo y Lazzarini que sujeta mi mano. Entre ambos sería imposible salir de aquí desprevenido, espero no sea de familia dormir de esta manera. Son las seis de la mañana, el móvil está lleno de notificaciones, de Leila, Fiorella Machado, Devoni y otros números que no reconozco. Me alejo de los dos que duermen para no perturbar su sueño, es muy temprano. Llamo a Leila enseguida pensando que algo pudo haberle sucedido. —Hola, nena, ¿estas de mejor humor? —preguntó. —¿Dónde estas? —dice sería. —En la Toscana, estaré en Monza a eso de las once de la mañana, ¿estas bien? Es temprano. —estiro el cuello. Puedo salir a correr pero la verdad prefiero regresar a la cama. —Te enviaré un correo, ábrelo. ¿Correo? Este cae de inmediato así qué tal como lo pidió, clickeo sobre el enlace y este se va directamente al navegador. KAS
Creo que toda la sangre se le va a las mejillas, se acerca a mi golpeándome con un folder que no sé de donde demonios saco. Está mirándome a matar, entiendo que me advirtió sobre follar con los patrocinadores pero joder, no estamos hablando de una mujer sino de Lazzarini y tenemos un rollo oficial ahora. Eso debe de mejorar todo, ¿cierto? —¡¿Acaso no te dije que no volvieras a hacerlo?! ¡¿Qué haremos si Lazzarini Motors nos deja?! ¡¿Quieres volver a los F2? ¡Ser un novato de ligas menores toda la vida! ¡¿Eso quieres?! Me golpea tantas veces que ni siquiera puedo defenderme. Coge una silla, dispuesta a tirarmela encima. —¡Todo eso de ser gay! ¡¿Era tu intento para decirme que estás follándote al único patrocinador que no le importo tu reputación de mujeriego?! ¡¿Ahora vas por hombres?! —puedo verle coger una silla. Tratando de levantarla. —Leila... deja esa silla en el suelo. —pido, mirando como la levanta a un más. —¡¿Es que siempre tienes que meterla dónde no es?! —pregunta furi
Estoy furioso, más de lo que debería y si continúa hablando no voy a poder controlarme. Tiene razón, quizás herede esa maldita ira de mi padre pero puedo controlarlo, entiendo lo que es correcto y malo. Pero ese hombre y yo no nos parecemos en lo absoluto. —Si los periodistas se enteran que estas con un hombre todo terminará, Kas, no me obligues a hacerlo.No puedo entender porqué hace estuvo conmigo, desde que papá lo entregó a mi, cuide de él y lo trate como a un hermano. Nunca lo desprecie y ayude a ser mejor en todo lo que mi madre consideraba como un fracaso. Todo lo que es ahora, se lo entregue por el deseo que tenía de ser aceptado. Que yo lo aceptara, quería estar a mi nivel e hice todo para que lo lograra. ¿Es eso? ¿Es ese el problema? —Aleksen, ¿tú estás enamorado de mi? —incluso la pregunta se escucha estupida, pero es algo que Saho, Leila y otras personas llegaron a creer, incluso Fausto que no lo conoce suficiente. Somos hermanos por lo que es estupido. Él se queda en
De camino a la empresa de Lazzarini, después de lidiar con sus perversiones en el estacionamiento del Piazza Vecci. Me recuerdo que debo asegurarme que Aleksen no haga otra estupidez que pueda joderme los planes. Mi advertencia debería ser suficiente pero no voy a tomar riesgos. He trabajado mucho para solo perder mi oportunidad de ganar la Copa Italiana. Saco el móvil, buscando el número de Sahori. Es la única manera de comunicarme con ellos y es mejor salir de eso inmediatamente. Saho responde a los minutos con su voz chillona. —>>>¡Einar! —grita cuando me escucha. —>>>Te he dicho que no me llames de esa manera. —bufo, nunca me escucha. —>>>¡¿Cómo estas?! ¡Aquí es una locura! Periodistas han tratado de hablar con papá y mamá pero ya sabes, se han encargado de todo. Papá está raro, lo encuentro viendo una de tus carreras.Ha. Seguramente estará juzgando el camino que he elegido y como estoy ensuciando su apellido. Es de esperarse. —>>>¿Él está en casa? —>>>Sí... —baja el tono