Las sirenas sonaban muy fuerte, los hombres del juez ya no pudieron hacer nada, pues no eran muchos, fueron acorralados y apresados, el jefe de policía Richard Harrison lideraba la operación. Entraron a la cabaña, abrieron puertas, el guardia que cerro la del ingreso a la mazmorra, solo alzo las manos y escucho lo que ordeno el comandante. —¿Dónde están? Señalo la puerta y le hizo señas para que la abra, estaba la escalera muy oscura, pero abajo se veía luminosidad, al llegar al último escalón su mirada percibió lo abominable que era ese sitio, un hombre colgado de las manos destilando sangre y debajo de Él un gran charco de ese líquido carmesí. Un hombre inconsciente y una bella mujer temblando, pero observándolo sollozante y asustada, se acercó a ella preguntando —¿Está bien señora? Soy el comandante Harrison Amanda contestó triste —Si comandante estoy bien, pero… ellos… yo… No pudo terminar la frase porque el hombre tirado en el suelo comenzó a quejarse y a levantarse —¿Qué
El comandante Harrison y Oliver hablaban con Amanda tranquilizándola y que debía ir a declarar en el juicio de Luiggi para dejarla fuera de toda sospecha, ella solo los escuchaba sollozante, pues todavía los recuerdos de esa maloliente mazmorra y todo lo que paso allí le dolía, pues descubrió todo lo que estaba escondido ante sus ojos. Harrison fue el primero en levantarse para despedirse y solo aclaro que después hablaría con ella sobre otros asuntos y se fue, Oliver se quedó con ella hablando de que debería perdonar a Luiggi para no vivir con rencor, que eso a la larga le haría daño a ella, pero Amanda decía con enojo. —Oliver, pero yo… fui siempre quien cedió más que cualquier mujer podría, sabía de su obsesión con Judith y lo apoyaba, pero nunca me imaginé que fue capaz de abusar de ella, por Dios que bajeza es esa, se portó como un monstruo y lo demás que descubrí de Él, un sádico asesino, lastimar de esa manera a esas pobres mujeres tratarlas como si fueran basura Amanda se so
-------------------------------------------------&-------------------------------------------- Luiggi despertó todo adolorido, entreabrió sus ojos de a poco, pues la luz estaba muy fuerte, quiso moverse, pero el intenso dolor no lo dejaba y miro que estaba vendado casi todo su cuerpo, sus manos agarradas con un sujetador metálico y unos fierros que sobresalían de debajo de las vendas. Uno de los policías lo vio que ya había despertado, salió a avisar al doctor quién al saberlo camino para entrar a revisarlo, llegó junto a Él diciendo muy serio. —Usted debe permanecer tranquilo, no trate de moverse, sus muñecas estaban rotas, pero ahora tienen unos refuerzos, lo demás ya está estabilizado, sus heridas curadas solo es cuestión de tiempo para su recuperación, no se preocupe Luiggi lo escuchaba tranquilo, pero su cuerpo le dolía y acoto —Doc… tor, por fa… vor, me duele todo Ya el médico sabía de las atrocidades causadas por ese paciente, si fuese por Él lo dejaría sufriendo para que
Marck estaba en una encrucijada para su mala suerte, sus padres escucharon lo que dijo Jenna y más se sintió abrumado al ver que su padre se levantó furioso de la silla de ruedas y le inquirió. —Ahora mismo me explicas que m****a está pasando aquí, primero te escuchamos que dijiste que ibas a ser padre y ahora mi nieta dice que te ama ¿como hombre? La escuché que te dijo que el hijo que lleva es… el fruto de nuestro amor, quiero explicaciones carajo… ¡Ustedes son padre e hija maldición!, porque dijo que es tu hijo, ¿acaso ustedes? No puedo creerlo, esto es … ¡Una aberración!… ¡Es pecado!… no… ¡Esto no es posible! Marck balbuceo de la impresión — Papá yo… ehm, es cierto lo que escuchaste Termino de hablar cuando resonó en la habitación una sonora cachetada que infringió Dereck a su hijo Carla se acercó abrazando a su esposo sollozando, pero acotó —¡Espera amor!, aquí debe haber una explicación, ¿verdad hijo? Esto debe ser al… guna broma —Miro a Jenna en busca de respuestas —mi amo
Alice llegaba preocupada por llevar esos sobres, la incógnita, la carcomía, al traspasar la puerta de la habitación de su Jenna y vio a Carla junto a su nieta, a una chica limpiando sangre derramada en el suelo, paso, por un lado, diciendo. —Buenas tardes… ¿Qué paso aquí? ¿Y esa sangre?, ¿estás bien mi niña? Jenna contesto —Estoy bien mi nana, esa sangre es de mi papá… mi abuelito lo golpeo cuando se enteró de que…—Carla la interrumpió. —Por favor Jenna… no lo digas —Pero su nieta no iba a quedarse callada, amaba a su nana y ella merecía saberlo y soltó sin tapujos —Alice ehm… Marck y yo… vamos a ser padres, ¡estoy embarazada de Él! Alice abrió los ojos en forma desmesurada y con la boca abierta hasta que reaccionó y grito asustada —¿Qué dijo mi niña? Que su padre y usted… no mi niña… ¡Eso es imposible!, pero… las cartas por eso es que usted estaba feliz… ustedes no llevan la misma sangre, pero de todas maneras mi niña, el señor Marck, la crio como su hija, la amaba como su hija,
Carla fue a la habitación de Dereck, lo observo que estaba sujeto a la cama dormido, pero intranquilo, acaricio sus cabellos, se sentó a su lado diciendo muy bajito. —Mi amor ojalá entiendas todo cuando leas las cartas que dejo Judith, pero lo demás Dios mío, hasta a mí se me hace difícil entender, nuestra familia ha sufrido tantos golpes El ascensor abría sus puertas dejando salir dos siluetas conocidas que iban a visitar a su nieta adorada, eran sus abuelos maternos Marcus y Juliet, que caminaron rumbo a la habitación donde estaba Jenna. Entraron saludando y encontraron a su nieta con la nana Alice abrazadas y sollozando, eso les extraño, pero se acercaron para decir. —Hola, mi niña preciosa, ¿cómo estás? ¿Te duele algo? ¿Por qué lloras? —preguntaba preocupada, Juliet y Jenna la observo triste y contesto —Estoy bien y no me duele nada, sin embargo, abuelitos yo…—Alice la interrumpió de inmediato diciendo —Mi niña, por favor no…, espere que estén todos juntos Pero Jenna desea
Jenna escucho gritar a Marck y pidió a la enfermera que la ayudara a verlo, pues su voz se oyó enojada, en la silla de ruedas llego hasta la habitación que ocupaba Marck al entrar solo lo miró a Él con lágrimas recorriendo sus mejillas y le pregunto preocupada. —¿Por qué gritaste?, ¿qué paso Marck? ¿Marck por qué lloras? Contéstame… dime algo Él en su interior estaba devastado al enterarse de la verdad que se sintió culpable de no haberla socorrido en ese momento, en el instante en que era abusada por Luiggi su alma estaba partida en pedazos del dolor de enterarse de que Judith fue una inocente víctima, su amor fue profanado por un lobo hambriento de deseo y al escuchar a Jenna preguntando alzo su cabeza y la observo fijamente y grito con dolor. —Estuve allí y… no pude ayudarla, Jenna yo estaba ahí, m****a, ese maldito la ultrajo y yo… estaba ahí… ¡Maldita sea! Jenna se movió en su silla de ruedas para acercarse a Él y hablo triste pero firme —Tú no tuviste la culpa ni ella, ningu
El doctor Julsing vio a Marck entrar a la habitación de su hija, pero ya estaba advertido y también entro encontrándolo arrodillado, sollozando y pregunto. —Señor Black, ¿qué hace aquí? Todavía está convaleciente y —fingió sorpresa —¿Y la paciente que estaba aquí? ¿Dónde está? ¿Sabe usted algo, señor Black? Marck se aterró al escucharlo decir que no sabía que Jenna no estaba y gritó levantándose —¿Cómo que no sabe que ella se fue? ¿Acaso no hay vigilancia aquí? —el doctor solo balbuceo —Voy a preguntar a los guardias Mientras Marck salía muy despacio, pues el cuerpo todavía lo tenía muy adolorido por los golpes, se sentó muy despacio en una silla que es para las visitas, esperando que el doctor regresara con buenas nuevas, mientras el ascensor se abrió dando paso a Loretta, Ralph y Oliver. —Marck, ¿qué haces levantado carajo? Todavía no te han dado de alta —opinaba Loretta —Oye campeón, ¿acaso te sientes Hulk? Jajaja —hablaba jocoso Ralph —Marck, ¿y esa cara? ¿Te pasa algo?, ¿qu