Amanda con su corazón roto fue personalmente a la empresa de su esposo, subió a su oficina, al llegar fue recibida por la asistente de Luiggi quien le abrió la puerta de la oficina ingresando con ella y diciendo. —¿En qué la puedo servir, señora Lombardi? Amanda tenía su rostro muy serio y solo hablo —Mi esposo está de viaje y yo he venido a pedirle a usted que mantenga mi visita en silencio, por favor, pues somos mujeres y creo que me entiende lo que le quiero decir La asistente entendió muy bien por qué era una mujer de edad madura y le contesto —Señora, usted jamás estuvo aquí, venga —la llevo hacia un librero, movió uno de los libros y allí había una caja fuerte y le comento —Aquí está la combinación, su esposo me la confió porque me conoce desde que sus padres fundaron la empresa, pero usted es su esposa y tiene derecho a revisarla, yo jamás me he atrevido a abrirla, estaré afuera para lo que necesite señora Lombardi —Gracias, muchas gracias Amanda cerró la puerta tras de
Las puertas del ascensor se abrieron al llegar al estacionamiento, Luiggi abrazo a Marck para salir y caminar hacia su auto blindado donde esperaban sus hombres y hablo. —Vamos rápido, esa chica se dio cuenta, no debemos dejar que nos atrape Marck aceleró el paso, pero se escucharon ruidos de tacones llegando ya al último escalón y ella gritó —¿Quién es usted? ¡Suelte a mi papá!, déjelo, ¿qué quiere hacer con Él? Se le acercó para forcejear con Luiggi, pero este la empujo hacia atrás sin hablar, jaloneo a Marck y este lo seguía cuál perro obediente sin saber nada, solo creía que lo estaba salvando de su encierro. Jhon y Oliver al ver esto bajaron de su auto y gritaron al unísono —¡Luiggi suelta a Marck!, ¿dónde piensas llevarlo? Luiggi al verse descubierto se sacó el sombrero y la peluca agarrando a Marck y diciendo —¡Eso a ustedes no les importa!, lo tenían secuestrado es mi hermano, así que quítense me lo llevo Marck se escondía detrás del cuerpo de Luiggi creyendo que en ve
Amanda llegó al último escalón y al ver un bulto enfrente solo entrecerró los ojos, pero no se veía qué o quién era, entonces Jhon hablo. —Quiero que veas la verdad, que veas a un monstruo, que veas a un ser, que conocerás quién es realmente, Amanda te presento a “El Domador de Putas” Hizo presión en el interruptor y se encendieron las luces, dejando ver a Luiggi colgado de sus manos, todo ensangrentado, golpeado, herido y amordazado que miraba a su esposa con lágrimas en sus ojos. A ella le causo un gran impacto y grito —¡Luiggi Dios mío!… Jhon, ¿qué es esto? ¿Por qué está así mi esposo? Jhon gozaba mirando el terror de su antes amigo Luiggi y hablo con ella —Está pagando todas las atrocidades que ha hecho, más porque violo a una mujer inocente, decente, una chiquilla enamorada de mi mejor amigo Se escuchó la voz temblorosa de Amanda —Lo sé, sé todo sobre Judith… encontré unas cartas dirigidas a Luiggi donde había una prueba de ADN que dice que es el padre de Jenna Black, tamb
Las sirenas sonaban muy fuerte, los hombres del juez ya no pudieron hacer nada, pues no eran muchos, fueron acorralados y apresados, el jefe de policía Richard Harrison lideraba la operación. Entraron a la cabaña, abrieron puertas, el guardia que cerro la del ingreso a la mazmorra, solo alzo las manos y escucho lo que ordeno el comandante. —¿Dónde están? Señalo la puerta y le hizo señas para que la abra, estaba la escalera muy oscura, pero abajo se veía luminosidad, al llegar al último escalón su mirada percibió lo abominable que era ese sitio, un hombre colgado de las manos destilando sangre y debajo de Él un gran charco de ese líquido carmesí. Un hombre inconsciente y una bella mujer temblando, pero observándolo sollozante y asustada, se acercó a ella preguntando —¿Está bien señora? Soy el comandante Harrison Amanda contestó triste —Si comandante estoy bien, pero… ellos… yo… No pudo terminar la frase porque el hombre tirado en el suelo comenzó a quejarse y a levantarse —¿Qué
El comandante Harrison y Oliver hablaban con Amanda tranquilizándola y que debía ir a declarar en el juicio de Luiggi para dejarla fuera de toda sospecha, ella solo los escuchaba sollozante, pues todavía los recuerdos de esa maloliente mazmorra y todo lo que paso allí le dolía, pues descubrió todo lo que estaba escondido ante sus ojos. Harrison fue el primero en levantarse para despedirse y solo aclaro que después hablaría con ella sobre otros asuntos y se fue, Oliver se quedó con ella hablando de que debería perdonar a Luiggi para no vivir con rencor, que eso a la larga le haría daño a ella, pero Amanda decía con enojo. —Oliver, pero yo… fui siempre quien cedió más que cualquier mujer podría, sabía de su obsesión con Judith y lo apoyaba, pero nunca me imaginé que fue capaz de abusar de ella, por Dios que bajeza es esa, se portó como un monstruo y lo demás que descubrí de Él, un sádico asesino, lastimar de esa manera a esas pobres mujeres tratarlas como si fueran basura Amanda se so
-------------------------------------------------&-------------------------------------------- Luiggi despertó todo adolorido, entreabrió sus ojos de a poco, pues la luz estaba muy fuerte, quiso moverse, pero el intenso dolor no lo dejaba y miro que estaba vendado casi todo su cuerpo, sus manos agarradas con un sujetador metálico y unos fierros que sobresalían de debajo de las vendas. Uno de los policías lo vio que ya había despertado, salió a avisar al doctor quién al saberlo camino para entrar a revisarlo, llegó junto a Él diciendo muy serio. —Usted debe permanecer tranquilo, no trate de moverse, sus muñecas estaban rotas, pero ahora tienen unos refuerzos, lo demás ya está estabilizado, sus heridas curadas solo es cuestión de tiempo para su recuperación, no se preocupe Luiggi lo escuchaba tranquilo, pero su cuerpo le dolía y acoto —Doc… tor, por fa… vor, me duele todo Ya el médico sabía de las atrocidades causadas por ese paciente, si fuese por Él lo dejaría sufriendo para que
Marck estaba en una encrucijada para su mala suerte, sus padres escucharon lo que dijo Jenna y más se sintió abrumado al ver que su padre se levantó furioso de la silla de ruedas y le inquirió. —Ahora mismo me explicas que m****a está pasando aquí, primero te escuchamos que dijiste que ibas a ser padre y ahora mi nieta dice que te ama ¿como hombre? La escuché que te dijo que el hijo que lleva es… el fruto de nuestro amor, quiero explicaciones carajo… ¡Ustedes son padre e hija maldición!, porque dijo que es tu hijo, ¿acaso ustedes? No puedo creerlo, esto es … ¡Una aberración!… ¡Es pecado!… no… ¡Esto no es posible! Marck balbuceo de la impresión — Papá yo… ehm, es cierto lo que escuchaste Termino de hablar cuando resonó en la habitación una sonora cachetada que infringió Dereck a su hijo Carla se acercó abrazando a su esposo sollozando, pero acotó —¡Espera amor!, aquí debe haber una explicación, ¿verdad hijo? Esto debe ser al… guna broma —Miro a Jenna en busca de respuestas —mi amo
Alice llegaba preocupada por llevar esos sobres, la incógnita, la carcomía, al traspasar la puerta de la habitación de su Jenna y vio a Carla junto a su nieta, a una chica limpiando sangre derramada en el suelo, paso, por un lado, diciendo. —Buenas tardes… ¿Qué paso aquí? ¿Y esa sangre?, ¿estás bien mi niña? Jenna contesto —Estoy bien mi nana, esa sangre es de mi papá… mi abuelito lo golpeo cuando se enteró de que…—Carla la interrumpió. —Por favor Jenna… no lo digas —Pero su nieta no iba a quedarse callada, amaba a su nana y ella merecía saberlo y soltó sin tapujos —Alice ehm… Marck y yo… vamos a ser padres, ¡estoy embarazada de Él! Alice abrió los ojos en forma desmesurada y con la boca abierta hasta que reaccionó y grito asustada —¿Qué dijo mi niña? Que su padre y usted… no mi niña… ¡Eso es imposible!, pero… las cartas por eso es que usted estaba feliz… ustedes no llevan la misma sangre, pero de todas maneras mi niña, el señor Marck, la crio como su hija, la amaba como su hija,