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○●CAPÍTULO 3

Vale, estaba enojada. Más que enojada estaba furiosa, era el mejor termino para como me siento en este momento.

Y no es para tomarse a la ligera el hecho de que tu propio padre te haya vendido por un par de ceros...pero era esperarse de él.

-Se supone que hoy es tu día querida, sonríe -me dice con dulzura Margaret.

Margaret es algo así como...una segunda madre para el señor con el que me casare. Si, me casare y con un tipo que ni siquiera conozco. Acepté el trato, pero nunca me imagine que el trato sería casarme con él. 

No sé si matarlo o darle las gracias en el momento en el que

lo vea.  Me sacó del infierno del que vivía, pero ahora que lo pienso...creo que me he metido en otro. Solo rezo porque este idiota no sea un ogro gruñón, porque suficiente tuve con mi padre.

Hace tres días que me fui de casa y me trajeron a "una casa" aunque, claro, a esto no se le puede llamar casa. Este lugar es una m*****a mansión que tiene al menos diez o más habitaciones.

-Diez minutos -medio grita la organizadora.

Ella tan poco estaba muy feliz que digamos.

Se puede decir que yo no coopero mucho...me puse como fiera cuando tiñeron mi cabello  a negro azabache, así que ahora me

veo más pálida de lo normal y mis ojos se ven más llamativos. 

Pero no solo eso me a hecho enfurecer, nooo. Me han embutido

en un vestido que apenas me deja respirar es hermoso, pero no me deja caminar y tiene un gran escote que termina en mi cintura. 

Me han echado maquillaje en los moretones, depilado por

completo y me han obligado a ponerme unos tacones que son un peligro. 

De milagro aún no me caigo de bruces. Pero también esta el hecho, de

que, no dejan que Angela este conmigo.

Eso también fue el colmo.

-¡Entra la novia!

Trato de relajarme y pongo la sonrisa más falsa que logro en mi vida. Muy bien. Tengo que fingir estar locamente enamorada de él aun que no lo ? conozca, perfecto.

Un chico de cabello castaño oscuro y ojos marrones se pone a mi lado y me sonríe. Lo miro y frunzo el ceño ¿Y este quien es?

—Soy Ostin...tu futuro cuñado.- Me a leído el pensamiento.

Asiento y me tiende su brazo. Lo tomo y suspiro para mis

adentros.

Espero que este día no sea tan largo.

La música comienza a sonar y camino con Ostin por el largo pasillo repleto de personas...y flashes. A penas doy dos tres pasos logro ver al hombre que esta junto al cura (si, me voy a casar por la iglesia y civil) Pero creo que siente mi mirada porque se gira y me detengo de golpe.

¿Enserio es él? i¿Enserio?! ¡Dios santo! ¡Pero si debe de

tener unos veinticinco!

Y ES JODIDAMENTE GUAPO. Matame, por favor. Ostin tira de mi y seguimos caminando.

Joder... Es él —chilla mi mente. Sus ojos me recorren por completo y

siento mi cara arder cuando se detiene en el escote. M*****a

María... ella fue la que escogió este vestido y el otro.

Aunque el otro fue más por mi gusto. Pero, no me jodas. Esta guapísimo ¡y me casare con él! ¡Dios!

—Hermano...-Ostin se detiene y yo con él. 

Observo como mi mano termina sujetada por una más grande,

cálida y bastante masculina. 

Sus largos dedos se entrelazan con los míos y observó

fascinada como encajamos perfectamente.

Levanto la mirada y me encuentro con unos azules. Un azul

más claro que el mío. Pero dios...

Mientras todo comienza, seguimos igual, de frente y con las manos

entrelazadas. Debo de parecer una estúpida mirándolo fijamente. Su

mandíbula es cuadrado, labios carnosos, cabello corto castaño, sus

pestañas son normales, pero rizadas, nariz recta, pómulos altos y sus cejas están un poco pobladas. Pero es jodidamente perfecto.

—¿Señorita Veas?

—¿Qué?—balbuceo sin apartar mis ojos de él.

—¿Acepta al señor Vicencio como su esposo?-pregunta.

¿Es aquí cuando tengo que decir "si, acepto"? O ¿debo salir corriendo ahora que puedo? O ¿decir yo me opongo cuando pregunte? Carajo, no sé qué hacer. Estoy a tiempo de echarme para atrás y romper el estúpido trato que hice con él. 

Pero... Irme significa que probablemente el alcohólico de mi

padre me busque. Demonios... Puedo vivir con Angela, Patrick y Jacob (él último es gay) Pero...

—Si, acepto —respondo con voz firme.

Él irá a buscarme y me iría mucho peor que las otras veces.

Antes de irme me amenazó y si lo creo capaz.

—Si, acepto —dice el señor de ojos bonitos.

Su voz... ¡Dios! ¡Que voz! Es suave, grave y firme.

—Por el poder que se me a concedido, yo los declaró, marido y mujer —dice y nos sonríe—. Puede besar a la novia.

¿Qué? Eso no estaba en el trato... Pero puedo asegurar que

besa muy... ¿a que vienen estos pensamientos?

Antes de que me niegue, sus labios ya están sobre los míos. Yo estoy

petrificada mientras escucho los aplausos y silbidos. 

Siento su mano meterse en mi cabello rizado, su otro brazo

rodea mi cintura, pegándome a su pecho y acaricia mi labio inferior con su lengua. Involuntariamente se me sale un leve gemido.

Dios... siento fuego con cada movimiento de sus labios y yo

torpemente le sigo el beso. Nunca había besado a alguien, patético ¿verdad?

Termina el beso tirando de mi labio y me siento como una nube flotando. Eso fue un buen beso ¡y como no! Si besa de manera espectacular.

Luego de esquivar a todo mundo, subimos a una camioneta negra y

abrocho mi cinturón.

-Quiero que sonrías como nunca en tu vida —me dice señor ojitos bonitos.

—No tienes que decirlo-medio gruño y miro por la ventanilla todo el viaje.

Ahora que no me ve nadie (solo él) dejo salir mi ira. Estoy

segura que parezco un tomate de lo roja que debo estar por la ira, pero decido descargarlo cuando estemos solos completamente.

El chófer conduce y parece sumido en sus pensamientos. Pero no quiero tentar a la suerte.

Al llegar no espero que abran mi puerta y bajo por mi cuenta. En pocos

instantes estoy siendo arrastrada a una 'habitación por María. Ahora el vestido sencillo. 

Suelto un largo suspiro cuando soy liberada del ajustado

vestido y me meto en uno mas practico. 

Es bonito, tiene un listón negro en la cintura, escote en

forma de corazón, solo es justo de la cintura y de ahí cae como campana. Es sencillo, como yo.

Mientras María ata el listón, observo los anillos en mi dedo

anular. Tiene una bonita piedra, demasiado exagerada y el otro esta lleno de ¿diamantes? Sepa dios, pero son hermosos. Duele aceptarlo.

—Ya estas. Lista —dice María mirándome por completo—. ¿Quieres

seguir con los zapatos?

—NO—digo con horror.

María ríe. Me cambio los peligrosos zapatos por unos planos y me hacen un moño despeinado. Salgo de la 'habitación y me veo metida en otra.

—¿Pero que demonios te pasa?- Angela sonríe y me abraza. Creí que me echaría la bronca oalgo así, pero no.

-Sé que esto es un acuerdo..-susurra en mi oído—. Pero vi como se miraban en la iglesia y si parecían enamorados.

Si, claro, enamorada de Ojitos bonitos... y mi mamá no me

abandono. Claro.

—Si, si, si, Angela —digo alejándome de ella.

Escucho pasos frenéticos afuera y a que puedo adivinar quien

es.

—Vamos ya, que de seguro Don neurotico me debe de estar

buscando como loco —digo mientras tiro de su mano.

Angela se ríe y cuando salimos, no me equivocaba. Esta abriendo puerta por puerta, al verme sus ojos se encienden.

Y no por cariño. Hay enojo en esos bonitos ojos.

—Yo los dejo-dice Angela y desaparece por el largo pasillo.

Me miro fijamente con Don neurótico, hasta que él pierde el contacto y me mete de nuevo a la habitación.

-Debes de estar conmigo siempre -me espeta.

Me cruzo de brazos y elevo las cejas. Si cree que me dejare mangonear por él...se equivoca. Han hecho conmigo

lo que se les vino en gana desde hace tres días.

—Ah... ¿si?

—Si -gruñe y me mira impaciente.

—Pues ¿que crees? Me importa una m****a.

—¡Cuida esa boca!.- Formo las manos en puños y lo miro con

odio.

—¡A mi no me gritas, idiota!

—¿Que cuides esa puta boca!

—¡Tu también estas diciendo groserías! —respondo a gritos.

Él se pasa sus manos por su corto cabello y tira de él en la parte de arriba.

Vaya que esta enojado

—Esto no nos llevará a nada —dice con los dientes apretados. Solo no

te separes de mi.

Y con eso sale. Bufo y salgo detrás de él. Pero a mitad de

las escaleras aparece una señora muy parecida a Él. 

Creo que es su madre.

-Aquí están —dice con una enorme sonrisa y me mira—. Has escogido bien, hijo. Esta señorita es muy guapa.- Miro de reojo como él rueda los ojos.—¿Como te llamas, linda?Este tonto no me a dicho nada sobre ti.- Miro a el señor gruñón.

—Mamá ¿no tienes que ir con Jane?.- Su madre lo ve mal.

Ahora me doy cuenta que me case con alguien que no sabe mi nombre y ni yo el suyo. Ni siquiera se como se llama su madre. Solo sé que su apellido es Vicencio

-Su nombre es Dayan, mamá.- Lo miro sorprendida. Vaya...si sabe mi

nombre, pero yo no el suyo.

—Que bonito nombre—me elogia y luego mira a su hijo—. Los veo pronto.

Con eso da media vuelta y se va. Apenas desaparece de mi vista, me giro hacia el gruñón.

—¿Cual es tu nombre? —le pregunto.

—Solo dime "amor"

Y se va, dejándome con la palabra en la boca. Cabrón...

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