Es muy pequeño, rosado y estallorando. Volteo a ver al joven doctor y lo encuentromirándome.—¿Puedo entrar?.- Pregunto esperanzada y él asiente.—Pero tendrás que ponerte algopara entrar.Vuelvo a asentir. Paso por alto comome titubea, pero es mejor. No quieroescuchar como me llaman señora.El doctor me da un traje azul con uncubre boca y me deja entrar cuandoestoy lista. Me acerco al pequeño ysonrió al verlo de cerca. Intenta abrirsus ojitos y luego de seis intentos máslo logra.Son de un verde brillante. Y yo que creía que los ojos de Ignacioeran losmás hermosos que haya visto jamás.—Lo llevarán a una casa hogar.-Dicen a mis espaldas y mi mente comienza a procesar todo loque se sobre eso.No me gusta la idea. Lo puedenadoptar personas que maltratan o venden organismos...miinstinto maternal salen a flote y tomo la pequeña mano del bebé. Su manita seaferra a mi dedo-¿Qué se necesita para adoptarlo?.-Le pregunto al doctor y sigo observando con ternura al bebé.-El
—¿Como estas tan segura? Eso se atrasa.- Angela ponelos ojos en blanco y mete treinta cajas en el carrito.-Nada de eso. -Vas a salir de dudas.Suspiro frustrada y la sigo.Se supone que mi periodo debió dellegar hace dos semanas.—Ya te dije, eso puede pasar.-Y yo ya te dije que es muy posible...¡No, bebé! Reprimo una sonrisa al ver como Aaron tira de sucabello.—¿Qué sucede si da positivo?.-;Angela no me mira. Estademasiadoentretenida con Aaron.—¿Qué debe de pasar? Ya tienen unhijo y Ignacio estaría encantado de tener un hijo contigo—responde y mete un bote de helado en el carrito.—Sí, pero se supone que Ignacio nopuede tener hijos —gimo frustrada ytomo el bote de helado que a echadoella y lo cambio por otro—. Me lo adicho y se a agobiado por ello, tienen un %15 que pueda serpapá. - Angela me mira y frunce el ceño.—¿Te lo dice seguido?.- Rara vezAngela sigue empujando el carrito y lehace caras graciosas a Aaron. Pero aún es lo suficientementepequeño para ponerle
-¿Sierra?—A cierra.-Coño con ustedes. Nada les parece.-Pongo a Aaron sobre mis piernas y élintenta bajarse. Estamos en labiblioteca y no hay mucho lugar pordonde sostenerse, solo los sofás y losestantes que están a dos metros.—¿Tessa?—¿Ese no es diminutivo de Theresa?—Si, pero también solo se le puedeponer Tessa—nos dice Carlo.Asiento mientras observo a Aaron. Unlunar se le esta formando en su sien.-Me gusta —admite Ignacio.-¿Quieren más?—Por favor.Jugueteo con Aaron y él toma mi mano y se la llevadirectamente su boca.Muerde con violencia mi mano y mehace reír.—¿Atena?—No.—¿Grace?-Me suena a abuela.-¿Dakota?—A si se llamaba tu ex el travesti.- Le digo a carlo—Cierto.- Carlo ríe y yo le hago caras a Aaron. Él felizríe.—¿Madison?.- Niego.—¿Rachel?-Ñee.- Carlo me mira con los ojos entrecerrados y me encojo de hombros.-¿Katherine?—No, muy usado.—¿Lena?-Me suena a Lima.- Ignacio ríe y Carlo me mira serio.—¿Alana?-Me gusta.-A mi también.—Vaya, creí qu
Cuando abro los ojos lo primero quebusco es a Ignacio y suspiro al verloacostado de forma incómoda en unpequeño sillón gris.-Bueno, al menos sigo viva -murmuro y cierro los ojos.No quiero volver a tener otro hijo. Elembarazo es bonito, solo en ciertosmomentos.—¿Dayan?Abro los ojos y la cara de preocupación de Ignacio es lo queme hace ponerme alerta.-Estoy bien.- Él se acerca a mi y besa mi frente.—Casi me da un ataque cuando mesacaron-susurra y lo miro a los ojos.-Sigo aquí.Ignacio no sonríe y solo me abraza. Medejo ser por el hombre que me dadolores de cabeza y sonrisas estúpidas.Llevamos un año juntos, ya tengo 19y él 28... Los meses pasan demasiadorápido para mi gusto. Incluso miembarazo paso demasiado rápido.-Creí que te perdía...- Lo abrazo y respiro hondo su aroma,Huele tan bien...—No me has perdido. Sigo aquí.Nunca me iré.Beso su mejilla y dejo que me abracepor todo el tiempo que quiera.La verdad es que no quiero dejarlo.No está en mis planes dejar
¿Por que algunas mujeres somos así?A veces tenemos que decirle al padrede nuestros hijos sobre la existencia de la criatura, noimporta si él no quiere saber nada de él bebé. En tu mente estará el recuerdoque lo hiciste y que él fue quien decidió no querer formar parte de la vida detu hijo. Si, tal vez es una mierda, pero tu mente descansa con aquel tema.-Parker vivió en las calles desde loscuatro y le pregunté que, que pensabade los homosexuales —murmura yluego ríe. Yo también rió, recuerdo ese tema en la escuela—.Parker dijo que, a él no le importaba nada de eso. Es un niño inteligente, medijo que no le precia algo malo y eran humanos. Eso me gusto mucho más. PeroParker se quedó callado cuando le dije que loera.Me imagino a ese adorable chico consu cara hecho un poema. A mi me tomo por sorpresa saber queCarlo es gay, lo no aparenta, pero ese día que lo vi vestido así...pensé queera del tipo alocado y sin decencia. Me equivoque.-Me dijo que le gradé y que sería buen
—¡Dayan! ¡Dayan! ¡No me dejes!.-Río a carcajadas y Ignacio me mira conterror, para luego mirar asustado alpequeño Aiden que sostiene entresus manos.-Tu puedes, solo ten cuidado de que no se meta agua a susoídos y trague agua.Beso la mejilla de Aaron y él seremueve.-Es fácil.-Lo dices porque ya lo has hecho.No lo miro y dejo a Aaron en su corral.Él felizmente comienza a gatear y ataca a su consejo conmordidas. Mi pequeño de nueve meses...- Dayan...- Ruedo los ojos y me acerco a Ignacio.Con cuidado tomo a Aiden y terminode bañarlo.-Dame la toalla.Ignacio me la pasa rápidamente yenvuelvo a Aiden con ella. Mi bebé empieza a quejarse. Almenos a él le gusta el baño, no que a Hayden y a Tessa no les gusta. Teddy estadurmiendo en su cuna y Carlo con Parker cuidan a los otros dos. Hace un mes salí del hospital y Carlo esta la mayor partedel tiempoconmigo. El pequeño Parker tomafotografías de todo con la cámara que le regale apenasllegue a casa.Cuando llegue a casa ya
- Theo ella es Dayan. Dayan...mihermano menor Theo.Vaya... nunca imagine que Zed tuvieraun hermano. Theo se me acerca,toma mi mano y besa. Sonrío y éltambién sonríe.-PiacereNi idea de que acaba de decir. Miro aIgnacio y él niega sonriendo. Se acerca a nosotros y rodeamis hombros con sus brazos desde atrás.—Theo solo habla italiano y francés —murmura Ignacio.—Vaya...Miro a Zed y él sale rápidamente de lahabitación. Va a ver a los bebés.-E 'bello vederti —dice IgnacioTheo se nos acerca con las manosmetidas en sus bolsillos.-E 'strano non vedere arrabbiare. Mavedo che é stato rimosso il brontolone,Me quedo alucinada al escuchar aTheo. Joder, su voz.-Lei é la cosa migliore che mi siamai capitata. Quando ci si innamorasi capirà -le responde Ignacio ybesa mi sien.Theo suelta una carcajada y frunzo elceño ¿de que hablan?—Non saró mai innamore dice conuna sonrisa arrebatadora,Siento como Ignacio ríe y me pegamás a su pecho.-Ne jamais dire jamais.Vale, ahora ha
Años después...Hayden pov'sAbotono la camisa blanca y dejo lacorbata para después. Los malditosnudos nunca me salen y parece serque soy el único idiota que no puedecon ellos. Teddy, Aiden, Aaron, papá,mamá...incluso Tessa, pueden hacer elmaldito nudo a la corbata.Hoy mis padres renovarán votos y mishermanos y yo contaremos algo queseguramente volverá loca a mamá.—¿Necesitas ayuda?Tessa entra sin que yo diga nada y separa enfrente de mi.-Aun no puedes hacer un simplenudo...-murmura divertida. Pongo los ojos en blanco y Tessaríe.—Y tu aún no puedes besar a un tipo.-Ella me ve mal y sonrío.—Al menos yo si puedo decir quesoy hetero.—Touché.No es mentira eso de que soy gay,porque vaya que lo soy. La verdad medivertí cuando declare que era homosexual... Fue en nuestrocumpleaños.Ser el tercer hijo varón es algo fácil dellevar, del que me apiado es de Aaron el pobre estudiaadministración y lo que tenga que ver con las empresas. Pero volviendo a lomio... Se lo tom