CAPÍTULO 29. UNA POLIZÓN

Felipe se irguió en la silla alarmado, sabía lo que se avecinaba, pero no quería desatar el caos delante de sus pequeños le urgía sacarlos de allí.

Alondra atenta a cualquier maniobra de su amado, lo miraba a la cara interrogante; Nervioso le indica—Mi amor, levántate, toma a los niños y sigue a Carlo, por la vía de escape planificada—Antes de que terminara de tomarlos Felipe los besó y abrazó—No olvid

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