CAPÍTULO 33. LA TÉCNICA DEL DIM MAK

Al oír sus palabras Felipe se quedó reflexionando y aunque en cierta manera le molestaba la actitud de ella de ponerse en riesgo y quería mantenerla protegida, no era menos cierto que si la dejaba allí con personas que la vigilaran podía terminar escapándose y haciéndose más vulnerable y fácil blanco de sus enemigos, por lo cual era preferible llevársela y mantenerla junto a él, ¡había tomado la decisión!

— ¿No quieres llevarme contigo amorcito?—interrogó la chica besándolo y posando su mano en su hombría, comenzando pequeña

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