Drai escuchaba la voz de Leone mientras éste con calma cepillaba su cabello contándole lo que vivió en Francia, y como querían robarle parte del poco patrimonio que le quedaba a Lorien. Los negocios no iban bien, Arwen hacía lo mejor posible, pero la muerte de Alicia lo destrozó.

—Mi pequeño quisiera verte antes de morir, quedaron secuelas de Gorgona, de las torturas y del veneno—. Leone lloraba, pocas veces lo había hecho, casi siempre ligadas a Cecilia o a él, como el día que Phillipe lo marcó con ese hierro como parte del castigo, prefirió ser él y no dañar la piel de su hijo—. El esposo de Patricia no determina el tiempo, según él, al igual que el bárbaro que me atendió en Francia, dice que debí morir hace meses, pero los Bosé no morimos cuando los otros quieren sino cuando sabemos que no tenemos pendientes...

Drai sintió el vacío del mayor cuando se alejó de su lado, sin duda había terminado de peinarlo, sonrió mentalmente porque nadie creería que su cabello era cuidado por Leon