—Embarazada —Theo estaba por las nubes—, estás embarazada.

—Amor —Taylor que tenía una bolsa de hielo en la cabeza lo miró algo fastidiada—, lo has repetido unas 30 veces.

—Es que no puedo creerlo —Theo se acomodó en la cama para mirarla de lado—, pero… ¿Por qué lo ocultaste tanto tiempo?

—Estaba pensando decírtelo en nuestra noche de bodas —Taylor puso la bolsa a un lado—, ya sabes, una de las cursilería como darte una pista como un pañal o que se yo.

Theo se iluminó más.

—Eso es muy tierno.

—Es tonto y todo se fue al carajo —Taylor cerro los ojos—, vomité ante todos los malditos invitados e hice el ridículo.

—No fue para tanto —Theo se encogió de hombros—, además, en primer lugar, no queríamos esta enorme boda. Nos sacaste de ahí antes de tiempo, eso es un regalo bueno.

—Se que el señor Dylan es el mejor padre del mundo, pero por favor, si vuelves a dejar que organice otra cosa nuestra, te disparare —lo miro amenazante—, lo juro.

—Si, lo sé —Theo la besó con suavidad—, voy a ser pap