¿Que se vendra ahora para estos dos? Gracias por leer, chicuelas. Sigan comentando reseñando y dando like
Capitulo 17: "El pasado vuelve de forma dolorosa" La mañana siguiente, la mansión Salvatierra estaba sumida en un silencio sepulcral. No el tipo de silencio pacífico, sino uno opresivo, cargado de un vacío insoportable.Desde la muerte de Fausto, todo había cambiado.Ares lo sentía en la forma en que los empleados bajaban la mirada cuando pasaba. De la manera en que la casa parecía demasiado grande, demasiado fría, demasiado ajena ahora que su padre no estaba.Saber que Fausto no volvería a caminar por esos pasillos le dejaba un hueco en el pecho que no podía llenar con nada.Giulia miraba la ropa negra que había dejado sobre la cama.El funeral sería en unas horas, pero no se sentía lista.No porque le pesara la etiqueta, sino porque… ¿cómo se despedía de alguien que había sido su salvación?Fausto le había dado una segunda oportunidad. Había confiado en ella cuando nadie más lo había hecho.Y ahora se había ido sin siquiera decirle adiós.Un golpe suave en la puerta la sacó de sus p
Capitulo 18: "La voluntad de Fausto Salvatierra" Al día siguiente, sería la lectura del testamento. Todo parecía irreal, como si de verdad no estuviera sucediendo.Giulia se había encerrado bajo llave desde que Ares la había llevado al estudio tras su crisis, y se negó a salir o a hablar con alguien.Ares no insistió.No porque no le importara, sino porque algo dentro de él le decía que Giulia necesitaba espacio.Sin embargo, ese día no podía dejarla encerrada.Se plantó frente a la puerta y golpeó con los nudillos.— Giulia, tenemos que irnos.Silencio.Ares apoyó la frente contra la madera y suspiró.— Es la lectura del testamento — insistió —. Mi padre... dejó instrucciones claras. Es importante que estés presente.Más silencio.Ares presionó la mandíbula y estuvo a punto de insistir cuando, finalmente, la cerradura giró.La puerta se abrió solo un poco y los ojos enrojecidos de Giulia se asomaron por la rendija.— ¿Van a estar ellos? —preguntó con voz temblorosa.Ares supo inmedia
Capitulo 19: "Una amenaza directa"Giulia abrió los ojos muy lentamente, genuinamente desconcertada.— ¿Ares? — musitó suavemente.— ¿Cómo te sientes?— Yo… no lo sé — confesó — me siento mareada.— Es normal, acabas de perder el conocimiento. Llamaré al doctor — al intentar tomar el teléfono inalámbrico de la sala, ella lo detuvo del brazo.— No hace falta.— De todas formas. Me gustaría que un doctor nos dijera que está todo en orden.— Pero…— Giulia, me preocupas — le confesó abiertamente.Ella pasó un trago. Las emociones que Ares causaba en su interior la sobrepasaban. Eran más grande que cualquier cosa.— Está bien — aceptó.El doctor llegó casi una hora después. Se retiraba de su turno cuando Ares lo llamo, y tratándose de él o de su familia, no pudo negarse.Todo parecía tratarse de un episodio de estrés, pero, más allá, no había por qué preocuparse. Eso dejó a Ares más tranquilo, aunque no completamente.— Ve a la cama, ha sido un día largo.Giulia jugó con sus dedos.— Ares…
— Están amenazando a Giulia. Sube enseguida — ordenó Ares a Cantera antes de colgar. Entonces miró a Giulia.Ella estaba sentada en el mueble con el rostro enterrado en las manos. Alzó la mirada cuando lo escuchó colgar.— Giulia, tienes que hacer memoria. ¿Conoces a alguien que pueda estar detrás de todo esto?Ella negó con la cabeza, aturdida. Tenía el estómago revuelto por el ave muerto en la caja.— No lo sé, Ares. Yo… no lo sé. Todo esto es… — de pronto sus ojos se llenaron de lágrimas y la voz se le quebró.Ares sintió un agujero enorme en su corazón al saberla así. Se acercó a ella y se acuclilló a su lado.— Giulia — tomó sus manos entre las suyas —. Está bien, vamos a resolver esto, ¿de acuerdo? Descubriremos quién está detrás y tendrá que enfrentarse a la justicia.Giulia asintió suavemente.En ese momento, alguien entró por la puerta.— Ah, que linda escena. Muy romántica por cierto — Se trataba de Elena. Entró sin avisar —. ¿Sabía Fausto de esto? Oh, espera, entonces… ¿lo
Capitulo 21: "Si te beso, ¿eso respondería a tu pregunta?"Damián soltó a Giulia en cuanto notó la presencia de Ares, y sin decir una sola palabra o dar un tipo de explicación, se retiró con inclinando la cabeza.Giulia se había quedado pasmada en su lugar, aborrecida, asqueada. Tanto que no escuchó su nombre en la boca de Ares, y no fue hasta que él la tocó de forma delicada cuando reaccionó de forma brusca, alejándose.— ¿Giulia? — preguntó Ares, desconcertado por su reacción.Giulia parpadeó, recobrando la compostura, y se limpió una lágrima traicionera.— Lo siento — musitó ella.— No, está bien, pero… ¿Qué pasa? ¿Está todo bien?Ella asintió ligeramente, pero Ares no se sintió del todo convencido, así que cuando ella intentó irse, él la detuvo con su voz.— ¿Conoces al esposo de Elena de algún lado? — quiso saber.Ella se detuvo en seco.— ¿Qué?— Sí, no lo sé, parecía que… se conocían.— No, no es cierto. ¡Yo no lo conozco! ¡Yo…! — se silenció a sí misma al verse así de exaltada.
Capitulo 22: "Ares habla sobre la mujer de su pasado" Gemidos, palabras entrecortadas y sentimientos encontrados era lo único de lo que podían ser conscientes al llegar al interior de una suite privada.El aire cálido los recibió.— Dios, Ares… — jadeó Giulia, llena de deseo, mientras buscaba desesperada sentirlo más cerca, más suyo, más de ella.— Estoy aquí, cariño, estoy aquí. No iré a ninguna parte — gruñó él, saboreando sus labios, y la llevó a tientas hasta tropezar con las patas de la cama.Con delicada atención, la acomodó debajo de él y la recostó sobre el mullido colchón, cubierto por suaves sábanas de seda. En ningún momento, y bajo ninguna circunstancia, dejó de adorarla, besarla, mientras ella se derretía bajo su piel.— Ah, Ares — resolló Giulia, poseída. Sus caricias enloqueciéndola. Sus labios sobre su cuello no le daban tregua. Aquella ardiente pasión la consumía.— Te deseo demasiado, Giulia — confesó él, alzando el rostro. La miró a los ojos. Los de ella parecían in
Capitulo 23: "La mujer del jefe"— Estuve a punto de casarme — confesó Ares entonces, tomando a Giulia por verdadera sorpresa. Pero ella no lo interrumpió, y esperó a que continuara —. Nos conocimos de forma inesperada. Ella era camarera en una cafetería que yo frecuentaba cada mañana. Las cosas comenzaron a darse de a poco. Las sonrisas, los coqueteos. Las invitaciones a salir. Todo parecía… normal. La traje a casa y la presenté a mis padres. Un año después, supe que quería dar el siguiente paso. Ella me aseguró que quería lo mismo, así que no tuve miedo a proponérselo. Fue entonces cuando… — bajó la mirada. Giulia jugó con sus nudillos, recordándole su presencia allí. Ella no iría a ningún lado — debí comenzarme a dar cuenta de muchas cosas.« Ella empezó a comportarse de manera extraña. Digo, al principio estaba entusiasmada con la idea del matrimonio, luego creyó que era muy pronto, que no había logrado nada en su vida, que era una simple camarera y que yo tenía el mundo a mis pies
Capitulo 24: "Una sospechosa de las amenazas a Giulia"Para las once de la mañana del día siguiente, Ares conocía el cuerpo de Giulia como si se tratara de un mapa, así que no dudó en preguntar.— ¿Qué te pasó aquí?A lo largo de su ala derecho, se escondía una cicatriz difícil de ignorar.Giulia se tensó y bajó la mirada. De pronto los recuerdos de ese día volviendo a su mente. No había un ápice de orgullo en su comportamiento de aquel entonces. Había querido agredir a su hermana en un intento desesperado por buscar culpables donde no los había.— No tienes que hablar de ello si no quieres — le dijo él, colocando una mano sobre la suya.Pero Giulia negó.— Creo que… deberías saberlo — decidió con todo el miedo del mundo, pero, en ese momento, el teléfono de Ares sonó, interrumpiéndolos.— Dame un momento, ¿sí? — le besó el dorso de la mano y contestó.Se trataba de Cantera.Su gesto se endureció después de casi veinte segundos en la línea.— ¡Voy para allá! — gruñó antes de colgar, y