Estos ya deberían amarse!!!! Esperemos que el pasado de Giulia no haga daño. Ella esta cambiando. ¿Merecerá una segunda oportunidad y un buen hombre en su vida? Gracias por leer, recuerden seguir comentando, reseñando dando like. No es nada mas pedir capitulos, es apoyar al autor con pequeños detalles tan simples como esos.
Capitulo 22: "Ares habla sobre la mujer de su pasado" Gemidos, palabras entrecortadas y sentimientos encontrados era lo único de lo que podían ser conscientes al llegar al interior de una suite privada.El aire cálido los recibió.— Dios, Ares… — jadeó Giulia, llena de deseo, mientras buscaba desesperada sentirlo más cerca, más suyo, más de ella.— Estoy aquí, cariño, estoy aquí. No iré a ninguna parte — gruñó él, saboreando sus labios, y la llevó a tientas hasta tropezar con las patas de la cama.Con delicada atención, la acomodó debajo de él y la recostó sobre el mullido colchón, cubierto por suaves sábanas de seda. En ningún momento, y bajo ninguna circunstancia, dejó de adorarla, besarla, mientras ella se derretía bajo su piel.— Ah, Ares — resolló Giulia, poseída. Sus caricias enloqueciéndola. Sus labios sobre su cuello no le daban tregua. Aquella ardiente pasión la consumía.— Te deseo demasiado, Giulia — confesó él, alzando el rostro. La miró a los ojos. Los de ella parecían in
Capitulo 23: "La mujer del jefe"— Estuve a punto de casarme — confesó Ares entonces, tomando a Giulia por verdadera sorpresa. Pero ella no lo interrumpió, y esperó a que continuara —. Nos conocimos de forma inesperada. Ella era camarera en una cafetería que yo frecuentaba cada mañana. Las cosas comenzaron a darse de a poco. Las sonrisas, los coqueteos. Las invitaciones a salir. Todo parecía… normal. La traje a casa y la presenté a mis padres. Un año después, supe que quería dar el siguiente paso. Ella me aseguró que quería lo mismo, así que no tuve miedo a proponérselo. Fue entonces cuando… — bajó la mirada. Giulia jugó con sus nudillos, recordándole su presencia allí. Ella no iría a ningún lado — debí comenzarme a dar cuenta de muchas cosas.« Ella empezó a comportarse de manera extraña. Digo, al principio estaba entusiasmada con la idea del matrimonio, luego creyó que era muy pronto, que no había logrado nada en su vida, que era una simple camarera y que yo tenía el mundo a mis pies
Capitulo 24: "Una sospechosa de las amenazas a Giulia"Para las once de la mañana del día siguiente, Ares conocía el cuerpo de Giulia como si se tratara de un mapa, así que no dudó en preguntar.— ¿Qué te pasó aquí?A lo largo de su ala derecho, se escondía una cicatriz difícil de ignorar.Giulia se tensó y bajó la mirada. De pronto los recuerdos de ese día volviendo a su mente. No había un ápice de orgullo en su comportamiento de aquel entonces. Había querido agredir a su hermana en un intento desesperado por buscar culpables donde no los había.— No tienes que hablar de ello si no quieres — le dijo él, colocando una mano sobre la suya.Pero Giulia negó.— Creo que… deberías saberlo — decidió con todo el miedo del mundo, pero, en ese momento, el teléfono de Ares sonó, interrumpiéndolos.— Dame un momento, ¿sí? — le besó el dorso de la mano y contestó.Se trataba de Cantera.Su gesto se endureció después de casi veinte segundos en la línea.— ¡Voy para allá! — gruñó antes de colgar, y
Capitulo 25: "La ex de Ares"Cuando Ares llegó a la sala de reuniones y abrió la puerta, se quedó helado en su sitio. La sangre en su cuerpo dejó de fluir de forma súbita.— Hola, Ares.— ¿Mariana? — musitó Ares entre dientes, sin poder creerlo. Habían pasado años desde la última vez que la vio.Lucía distinta. Se había cortado el cabello y cambiado su tono de raíz, además de cambiar su forma de vestir. Había sustituido las faldas pequeñas por unas plisadas. El escote por un corte V bastante reservado y las botas por tacón fijo.— Sí, amor, soy yo. He regresado.Ares pasó un trago y frunció el ceño.— ¿Has… regresado? ¿De qué carajos estás hablando? ¿Qué haces tú aquí, Mariana?— Muchas cosas quedaron pendientes entre nosotros. Creo que es momento de hablar de ello.Pero Ares negó con la cabeza.— No sé qué creas que debemos hablar, pero entre tú y yo no hay conversación pendiente. Creo que todo quedó muy claro cuando…— Me fui sin ninguna explicación, lo sé, pero… han pasado años.— P
"Capitulo 26: Giulia se confiesa con Ares"Todo ocurrió demasiado rápido.— ¿Qué fue eso? — preguntó Ares.— Fue un grito señor — contestó Cantera. Los dos salieron enseguida de la oficina.Fuera, todo el mundo se miraba las caras haciéndose la misma pregunta. ¿Quién había gritado y de dónde provenía?Ares tuvo un presentimiento.— Giulia — musitó para sí mismo.Cantera lo miró.— Señor.— ¡Giulia! — exclamó de pronto y miró el reloj en su muñeca —. Ha pasado un tiempo desde que me dijo que iría al tocador.— ¿Crees usted que…? — pero antes de que pudiera formular su pregunta, se escuchó otro grito. No huno dudas.Se trataba de Giulia.Ares corrió con el pulso disparado. Cantera lo siguió, siguiendo todos los protocolos de seguridad de la empresa.— Señor, espere, puede ser peligroso.Pero Ares no se detuvo. Y tan pronto llegó al tocador, tiró del pomo. Tenía el seguro.Comenzó a ejercer fuerza y presión, importándole poco las llamadas de Cantera para que les hicieran llegar la llave.
Capitulo 27: "Una dolorosa confesion" Giulia se quedó largos segundos en silencio, incapaz de pronunciar una nueva palabra. La mirada de Ares la traspasó de forma que le quemó la piel y, por un momento, no supo lo que estaba pasando por su mente.Lágrimas humedecieron sus ojos.— ¿Qué has dicho? — insistió Ares al ver que ella no hablaba.Giulia negó con la cabeza y se giró, dándole la espalda. Se sentía avergonzada. No podía mirarlo a la cara.¿Qué carajos? Se preguntó Ares, todavía incrédulo.No, no podía ser.No podía ser cierto.— Giulia…— Ares, lo siento, es que yo…En menos de nada, y sin dejarla terminar, Ares rompió aquella distancia que los separaba y la estrechó en sus brazos.Giulia ahogó un jadeo, y rompió a llorar sin poder contenerse.— Lo siento, lo siento, Ares…— No, joder, tú no, Giulia. Tú no tienes que disculparte absolutamente por nada.Ella se aferró a todo de él. Le dolía el alma, y Ares quería hacer cualquier cosa para tomar su dolor y convertirlo en suyo.— M
Capitulo 28: "El juicio, Ares nota rara a Giulia y descubre algo"Durante los días siguientes, Ares no la dejó sola ni un segundo. Se aseguró de que comiera, de que descansara, de que supiera que no tenía que cargar con esto sola. La cuidaba con una devoción que ella nunca había visto en nadie. No era el hombre frío y calculador que había conocido al principio, sino alguien que la protegía con todo su ser.Estaba enamorándose profundamente.Giulia tuvo que levantar oficialmente la denuncia, y es que se no haber sido por Ares, no se hubiese atrevido. ¿Qué pasaba con ella? El miedo que despertaba ese hombre en ella la paralizaba. ¿Qué había de todas esas veces que se imaginó enfrentándolo? Se desconocía a sí misma. Era como si… ese monstruo hubiese bloqueado todo su sistema.Una tarde, después de que agentes de la policía les confirmaran que la orden de detención de Damián iba a ser un hecho en cuanto saliera del hospital, Elena Salvatierra se presentó en la mansión, atormentando la paz
Capitulo 29: "Ares y Ramses se conocen"Tras darse cuenta de que Cantera estaba con ella y ninguno de los dos dijo nada, decidió llamarla.Cuando le preguntó dónde estaba, Giulia mintió sin querer hacerlo. Confundido y con una sensación de incertidumbre, Ares decidió ingresar al hospital. Preguntó por ella en recepción y cuando la encontró, la vio conectada a una vía en una camilla.La visión lo paralizó por un momento. Giulia, tan fuerte e inquebrantable, se veía frágil bajo la lógica impersonal del hospital. Su rostro estaba pálido, pero sus ojos reflejaban sorpresa y una preocupación oculta.— ¿Ares? ¿Qué… estás haciendo aquí? — preguntó Giulia, desconcertada, nerviosa.Rápido, Ares acortó la distancia y se acercó a ella, tomando su mano, notablemente preocupado.— ¿Por qué no me dijiste que estabas aquí? Giulia, ¿Qué estás pasando? ¿Estás enferma? ¿Es eso?Giulia negó, nerviosa, no sabía que decir en ese momento. Y no, no estaba enferma, pero las razones por las que estaba allí era