En cuanto el vehículo que conducía Archie, se estacionó en el área de urgencias, Marc salió corriendo para abrir la puerta y ayudarla.Camila dio un fuerte apretón sobre la mano de él, al tener una contracción, presionó con fuerza sus ojos y se detuvo.—Todo va a estar bien.Camila escuchó decir, tomó asiento sobre una silla y fue llevada a la pequeña sala de urgencias.—Necesitamos que te cambies de ropa, por esta bata —solicitó una enfermera.A pasos lenta la chica, se dirigió al sanitario y se cambió. En cuanto lo hizo, se recostó sobre una camilla y le colocaron un monitor sobre su vientre para revisar al bebé.— ¿Se encuentra bien? —preguntó sin poder ocultar su aflicción—, apenas tengo ocho meses de embarazo —explicó.La enfermera, le sonrió.—Tranquila, parece que decidió adelantarse, su frecuencia cardiaca, está bien.La chica soltó el aire que contenía.—En un momento te vamos a pasar a la sala de expulsión.Camila llevó sus manos hacia su vientre y cerró sus ojos, pidiendo q
Lucía ingresó a grandes pasos al quirófano, ignorando a todo el personal, entonces se acercó a la mujer que presionaba con fuerza sus ojos, ante una fuerte contracción.Varias lágrimas rodaron sobre las mejillas de Lucía al darse cuenta que era ella, con rapidez se acercó a ella y pegó su frente a la de su amiga, sujetando su mano.—Todo va a estar bien, yo cuidaré de ti —expresó con la voz fragmentada.Camila abrió los ojos de par en par, su amielada mirada, se encontró con aquellos ojos color esmeralda que durante todo el tiempo que llevaba ahí, no dejaba de ver.—Lucía —expresó con emotividad. — ¿Eres tú? —indagó con voz fragmentada.—Soy yo bonita, soy yo —contestó.—Lo recuerdo todo —habló con voz entrecortada.La doctora frunció con extrañeza el ceño.— ¿Qué quieres decir con eso? Entonces Camila se quejó tan fuerte, que gritó del dolor.La doctora sacudió su rostro y cambió de lugar para comenzar a atender su alumbramiento.—Es momento de pujar —indicó con emoción.***Kate se
«Fue Kate, fue Kate»Aquellas palabras que pronunció Camila, aún taladraban en la cabeza de Lucía, se llevó las manos al pecho sintiendo como su pecho subía y bajaba agitado.— ¿Estás segura? —preguntó, dejándose caer sobre la silla.Camila se abrazó a sí misma, ante lo que decía.—Sí, estoy segura. Durante mucho tiempo tuve que soportar sus humillaciones, y sus chantajes, para que no me denunciara y me metiera a la cárcel, por haberme quedado co Ivy —sollozó sintiendo que una parte de ella le faltaba—, me trataba como si fuera su sirvienta, cuando William no estaba, porque cuando estaba me trataba con amabilidad. —Inhaló profundo.Lucía presionó sus puños con fuerzas, sintiendo deseo de acabarla ella misma con sus propias manos.— ¿Por qué no dijiste nada? —indagó con impotencia.—No hay pruebas que demuestren que ella quería que abortara. Tenía miedo de que me separaran de mi hija, porque Ivy es mía —alzó la voz.La mirada de Marc se ensombreció, y presionó sus puños con fuerza.—Yo
Lucía ingresó lo antes posible a la cafetería, que le había enviado la ubicación a William. Después de haberse ido a duchar a la casa de una amiga, con la que solía dejar un cambio de ropa. Bebía una taza de té de frutos rojos, sintiendo que su corazón latía agitado. Pasó saliva con dificultad, al ver ingresar a William. — ¿Cómo estás? —indagó con curiosidad. —Bien, te estaba esperando —explicó la chica. William solicitó una bebida y miró a los ojos a Lucía. —Luces extraña, ¿estás segura que estás bien? —indagó. —Sí, todo está en orden —manifestó con la mirada cristalizada—, no sabía que entre Camila y tú había algo. Bebió un sorbo de café y desvió su mirada. — ¿A qué te refieres? —preguntó sin comprender. —No tenía idea que entre ustedes dos había algo más que cariño, porque ella era la mamá de tu hija, que surgió algo más fuerte, más apasionado. —Intentó no sonar tan atrevida, porque no tenía tanta confianza. Aún así, Ellison se atragantó con el café, al momento de escucha
William se encontraba completamente eclipsado por aquella frágil criatura que sostenía entre sus brazos, aún seguía sin poder creerlo, observaba atento la manera en la que el pequeño tenía apretados sus labios, reía cuando lo veía abrir un ojo, cada que se escuchaba un sonido extraño.—Me hubiera gustado haber tenido a Ivy, así de pequeña —expresó mirándola con ternura.—Lo lamento, yo no sabía que no estabas enterado de lo que Kate quería hacer. —Lo miró con nostalgia.—Jamás lo hubiera permitido. —Recostó al pequeño sobre el cunero—. Nada me habría gustado más haber esperado por ti —resopló con frustración.—También a mí me hubiera gustado conocerte antes, pero en ese entonces era casi una niña —bromeó—, era como Nat, una adolescente.Frunció el ceño y negó con la cabeza.—Tiene razón —sonrió tomando asiento.— ¿Ya podemos pasar? —Marc abrió la puerta y asomó parte de su rostro.Camila sonrió con ternura.—Claro, pasen.Marc ingresó y tomó asiento enfrente del pequeño, a quien le s
—Yo… —Ivy estaba por responder, sin tener la seguridad de qué decir.Desde el otro lado de la línea aquella mujer se regodeaba, sonriente, sabiendo que había logrado su objetivo, desestabilizarla y poder manipularla.Natasha logró identificar que aquella mujer había logrado sembrar duda en su corazón, ya que Ivy era una niña buena y no tenía malicia, por lo que de inmediato, tomó el teléfono y se puso de pie—Le sugiero que busque a Ivy cuando se encuentre en casa su papá, estoy segura que no le va a agradar saber que le llamó, sin estar presente. —La chica cortó la llamada.Ivy abrió los ojos de par en par al ver su manera de reaccionar.— ¡¿Qué has hecho Natasha?! Estaba llorando —reprochó.La adolescente rodó los ojos.—Hice lo que creí correcto —respondió—, y si esa mujer te vuelve a entregar el teléfono y no te dice quien es, no aceptes la llamada —ordenó—, perdoname Ivy, pero no confío en esa mujer, eres demasiado ingenua para ver la maldad en los demás.Frunció el ceño sin comp
Caminando con garbo y elegancia, Kate ingresó al bar donde años atrás, solía ir a divertirse los fines de semana con William. Su azulada mirada buscó entre todos los presentes el perfecto rostro de su ex.Ladeó los labios sonriente al localizarlo caminando hacia una de las mesas de atrás, luciendo tan apuesto como siempre. Contuvo un largo suspiro, al apreciar lo apuesto que lucía, luciendo una reluciente camisa blanca ajustada, sus perfectos vaqueros azul oscuro, además, de unos tenis blancos, la cereza del pastel fue apreciar su exquisito aroma. —Lamento la demora —Kate expresó sin poder dejar de sonreír.—No te preocupes, no tiene mucho que acabo de llegar —expresó.—Aún estoy sorprendida, no puedo creer que me llamaras, para invitarme a tomar una copa.William sujetó el respaldo de la silla y la ayudó a tomar asiento.—Necesitamos hablar —manifestó mirándola a los ojos.—Es lo que más deseo —expresó—, que hablemos, estoy consciente que he cometido muchos errores, pero estoy disp
Semanas después.Pasaban de las 11:00 pm, cuando Lucía salía del hospital, después de haber atendido un parto complicado, llena de gran cansancio, no podía dejar de bostezar. Después de colocar el cinturón de seguridad, salió de las instalaciones del nosocomio conduciendo su SUV, blanca.Justo cuando viró en una calle, tuvo que frenar de golpe al observar una motocicleta tirada en medio del camino y a un hombre con esta metros más adelante. Sin pensarlo dos veces la chica salió para auxiliarlo, no sin antes notificar al 911.— ¿Me puedes escuchar? —Lucía gritó mientras se acercaba. Observando que el joven iba con un traje de cuero negro y el casco puesto. Dos de sus dedos se colocaron sobre su cuello y resopló con alivio al encontrar signos vitales—. No se si me escuchas, pero voy a levantar la visera, para que puedas respirar mejor.Justo cuando una de sus manos estaba por levantarla, sintió como sujetaron su muñeca.—Prefiero el anonimato —el hombre dijo usando un distorsionador de