Al llegar al nosocomio, Henry se dirigió hacia los oficiales que se encontraban sentados en el primer piso.—Recibimos un reporte, vengo a tomar la declaración de la mujer que apoyaron —indicó con voz ronca.Uno de los oficiales emitió un largo bostezo, sintiendo gran cansancio, debido a que ya pasaba de la media noche.—La señorita se encuentra en urgencias —expresó—, la están atendiendo —indicó uno de ellos.—Ya se pueden ir —ordenó—, yo me haré cargo a partir de aquí.Caminó hacia urgencias médicas, hacia el área de recepción.— ¿En dónde se encuentra la señorita, que fue traída por oficiales de la policía? —indagó.—En el cubículo diez. —Señaló al fondo, no pudo evitar aletear sus pestañas de manera coqueta, ante lo apuesto que era.Al seguir hacia allá, no pudo evitar escuchar la conversación entre la paciente y el médico que la atendía, aunque se le hizo extraño que la atendiera con demasiada familiaridad, por lo que prefirió esperar unos minutos, antes de entrar, para no interr
Camila se encontraba en compañía de Ian, su profesor practicando las nuevas lecciones.—Has avanzado mucho —refirió él—, lograste obtener tu diploma de High School, no creo que tengas problemas con lo que estás ahora, has estado también muy pegada a Marc y sé de buena fuente que quien te apoya mucho es el señor Ellison, parece que tienes muchos maestros —expresó sonriente.—No me puedo quejar. —Suspiró profundo—,he tenido muy buena suerte —manifestó—, pero que tal que me equivoco en el examen final.Ian sonrió.—No será así, no te vas a quedar sola, recuerda que yo estaré a tu lado hasta el final.—Gracias.Estaban por continuar, cuando recibió una llamada.—Es Will, ¿te importa si respondo?—No, toma la llamada, voy a la cocina por un café y a robarle algún postre Hilda. Considéralo tu descanso.Camila salió hacia el jardín y respondió.—Hola, ya extrañaba tu llamada —expresó y se quedó en silencio.—También extrañaba saludarte, ¿ocurre algo?—Esta mañana, Andrés fue a buscar a Nat,
Al medio día.—Quiero que me lo cuentes todo —Kate solicitó con entusiasmo al hombre que le envió las fotografías de Natasha siendo detenida.—La chica se petrificó cuando le encontraron valiosas joyas en el interior de su mochila, estaba tan entretenida observando la sección de regalos, que cayó redondita.Una fuerte carcajada salió de la boca de aquella terrible mujer.—Espero que pasar varios días entre las rejas, rodeada de delincuentes, le sirva de lección para que no se vuelva a meter conmigo —gruñó.El hombre se aclaró la garganta.—La chica ya salió libre.— ¡¿Cómo?! —exclamó agitada—, pedí que la dejaran lo más que se pudiera.—Así lo intentamos, pero uno de los nuestros, preguntó específicamente por ella, a pesar de haber hecho perdediso su expediente, la buscó entre las celdas, hasta encontrarla.—Esa infeliz no tiene a nadie, a su madre no le importa, ¿cómo es que la buscaron tan pronto?—No lo sé.— ¡Ivy! —presionó con fuerza sus puños.—Por lo menos, sufrió esos días. —L
Por la mañana. Lucía descendió del vehículo de Henry, y tomó su mano para salir. Subieron por el ascensor a la lujosa torre de apartamentos donde la doctora vivía. Antes de que ella abriera, Henry la detuvo y movió su cabeza, negando. Desenfundó su arma y la sostuvo con ambas manos, comenzó a caminar con sigilo, para revisar cada rincón de su moderno piso. Cuando se dio cuenta de que todo estaba bajo control, le permitió su ingreso. —No hay peligro —expresó. Lucia resopló con tranquilidad, caminó hacia el ventanal de la sala y corrió con discreción la persiana para corroborar que se encontraba ahí la patrulla que se le asignaron. —Te agradezco mucho, lo que haces por mí, lamento haberte hecho perder toda la noche y parte del día de hoy. —No agradezcas nada, solo cumplo con mi trabajo —expresó con seriedad, y recordó la enorme pila de papeleo que había dejado sobre su escritorio. — ¿Necesitas algo más? —preguntó antes de retirarse. La chica mordió su labio inferior y luego lo mir
— ¿Verdad que tú siempre me dices que cuando algo me ocurre puedo confiar en ti?Will la miró con curiosidad.—Así es, ¿qué sucede?Ivy miró a su amiga y dio un codazo.—Dile a mi papá —susurró.Natasha sacudió su rostro y observó a Ivy.— ¿De qué hablas? —preguntó sin comprender.—No finjas que no te ocurre nada, desde que vino la bruja de Linda para darte el teléfono, estás muy rara.William enfocó su mirada en la adolescente, era evidente que algo le había sucedido, y aquella llamada que su hija mencionaba, le daba una explicación.Ella abrió los ojos de par en par, sorprendida del comentario de Ivy.—No sé a qué te refieres. —Desvió su mirada.— ¿Quién te llamó? —preguntó—, sabes que puedes confiar en nosotros, ¿fue tu madre? Natasha inhaló profundo, presionó con fuerza sus labios, se encontraba apanicada, «¿Y si ella la descubría», la duda la estaba atormentando.—No es nada importante —manifestó.—¿Estás segura? —Will volvió a preguntar.—No. —Movió su cabeza.—Si deseas conta
Tiempo más tarde, Henry salió de la oficina y se dirigió a la sala de juntas, para encender el televisor, recargado sobre uno de los muros, observó atento la conferencia que Marc Johnson estaba comenzando a dar:«Tres años han pasado, después del asesinato de mi hija y el culpable sigue libre, sin pagar su crímen, ¿a eso le llamamos justicia? —dijo él y continuó—. Esta mañana alguien atentó contra mi vida, se me hace mucha coincidencia, haber hablado con el jefe de la policía, para presionar, juzguen ustedes mismos. Y en cuanto a ti, si me estás viendo, no me voy a detener hasta que pagues por lo que hiciste, Stacy merece que se haga justicia».—Ese hombre está empeñado en acabar contigo —George se acercó a su lado y le entregó un café.Henry estaba cruzado de brazos, sus barbilla estaba completamente rígida.—Haber quien de los dos se cansa primero. —Tomó la bebida que le entregó su amigo y apagó la pantalla.—Supe que el caso al que fuiste la otra noche, es muy similar a los ataques
Kate se aclaró la garganta y se puso de pie, sintiendo un fuerte escalofrío recorrerle.— ¿Se encuentra bien? —Marc intervinó al verla más blanca que un papel.—Sí, estoy bien —respondió ella sin dejar de ver a Camila a los ojos.—Será mejor que comencemos, Ian —expresó, extendió una silla y ayudó con caballerosidad a que Camila tomara asiento.—Necesitamos esperar a que llegue el accionista que falta. —Kate se aclaró la garganta, intentando controlarse, ante la impresión que se llevó. Tomó una botella de agua y bebió de golpe.—Ya estamos presentes todos —expresó Ian—. El señor Marc, fue quien compró ambos paquetes.— ¿Cómo? —la barbilla de Kate tembló.—Así es, el 48% que primero salieron a la venta las adquirió él y el 3% que se vendió después, las tomé yo, para ponerlas a nombre después de la señora Camila García —explicó Ian.La respiración de Kate se agitó.— ¡¿Cómo?! —exclamó y preguntó al mismo tiempo, ante su asombro. — ¿Es posible esto? —interrogó a su abogado.—Todo es lega
Lucía regresó de su turno en el hospital, por fortuna después de lo que le ocurrió, le cambiaron el horario, por lo que llegó cerca de las 4:00 pm, a pesar de que era de día, no podía dejar de sentirse nerviosa, extraña, como si la observaran, por lo que en cuanto descendió de su vehículo, tomó su bolso y subió lo más rápido que pudo.Cuando estaba por subir al ascensor, sin embargo, no pudo hacerlo, cada que lo hacía sentía que se asfixiaba en el reducido espacio, por lo que se dirigió a las escaleras de emergencia y comenzó a subir lo más rápido que pudo.Sin poder evitarlo, poco a poco los recuerdo de aquella noche, comenzaron a aparecer, entre aquel pequeño pasillo, que le causaba escalofrío, el mismo que sintió al forcejear con aquel desconocido, intentando luchar por salvar su vida, al llegar al octavo piso, salió agitada, buscando llegar a la puerta de su piso.Estaba tan metida en aquellos recuerdos, que justo cuando tocó la perilla, para introducir la llave, se dio percató qu