Lucía regresó de su turno en el hospital, por fortuna después de lo que le ocurrió, le cambiaron el horario, por lo que llegó cerca de las 4:00 pm, a pesar de que era de día, no podía dejar de sentirse nerviosa, extraña, como si la observaran, por lo que en cuanto descendió de su vehículo, tomó su bolso y subió lo más rápido que pudo.Cuando estaba por subir al ascensor, sin embargo, no pudo hacerlo, cada que lo hacía sentía que se asfixiaba en el reducido espacio, por lo que se dirigió a las escaleras de emergencia y comenzó a subir lo más rápido que pudo.Sin poder evitarlo, poco a poco los recuerdo de aquella noche, comenzaron a aparecer, entre aquel pequeño pasillo, que le causaba escalofrío, el mismo que sintió al forcejear con aquel desconocido, intentando luchar por salvar su vida, al llegar al octavo piso, salió agitada, buscando llegar a la puerta de su piso.Estaba tan metida en aquellos recuerdos, que justo cuando tocó la perilla, para introducir la llave, se dio percató qu
—Me has hecho tanta falta, cariño —Camila manifestó entre lágrimas.—Y tú a mí —Ivy comenzó a llorar con gran sentimiento—. Llegué a pensar que habías muerto, pero no me atreví a decir nada.El corazón Camila dolió al saber que esa había sido la intención de Kate, separarla de todas las personas a las que amaba. Duraron varios minutos abrazadas, en completo silencio. —Por fortuna no fue así —expresó con un nudo en la garganta ella.— ¿Por qué te fuiste mami? —Ivy preguntó con dolor. — ¿Por qué me dejaste por tanto tiempo? ¿Por qué no me llevaste contigo? —se aferró a sus brazos.Camila pasó saliva con dificultad.—No lo hice con mala intención —expresó mirándola a los ojos, volvió a abrazarla con fuerza—, eres lo que más amo en este mundo, ¿lo sabes, verdad?Ivy agitó su cabeza, con la mirada completamente borrosa por las lágrimas.— ¿Qué fue lo que te ocurrió? —preguntó. — ¿Por qué no volviste?Camila observó a William, al saber que no podía decirle la verdad, porque era muy pequeñ
Lucía ancló una de sus manos al cuello de Henry, mientras que la otra acariciaba su mejilla, permitiendo que la besara con mayor libertad, disfrutando del roce de su lengua con la suya. Todo su cuerpo se estremeció al percibir la firmeza con la que la acerba a él. Su corazón se agitó y su pulso se disparó ante lo que ocurría.—Me sucede lo mismo —expresó al tomar distancia de él—, me gustas más de lo que imaginé—. Provocas un extraño efecto en mí.—También tú en mí —contestó sin poder quitar sus gruesas manos de su cintura. La volvió a besar e inhaló profundo, suspirando, disfrutando de los mimos que ella le regalaba. Hasta que recordó la conversación que alcanzó a escuchar entre ella y el médico que la atendió—, no creo que a tu amigo, el médico le guste saber que nos hemos besado, entonces la soltó de golpe.Lucía ladeó los labios y sonrió.—No tengo porque darle explicaciones ni a él ni a nadie, soy una mujer libre de toda atadura —expresó con orgullo.—Parece estar muy interesado
William se encontraba esperando a que llegara el hombre con el que tendría una reunión. En cuanto su asistente le autorizó la entrada, se puso de pie para recibirlo.—Muchas gracias por aceptar venir, sé que tienes una agenda muy ocupada —manifestó saludándolo con cordialidad.—Exageraciones de Camila, para la gente que aprecio, siempre me doy un espacio —sonrió.—Eso mismo pienso yo —expresó con sinceridad.Marc observó la fotografía que tenía sobre su escritorio.—Camila habla mucho de tu hija. —Tomó el portarretrato para apreciar con mayor detenimiento las facciones de la niña—. Físicamente se parece mucho a su madre biológica —resopló—, por lo que ella me cuenta, por dentro tiene mucho de Cami.Will sonrió.—Así es —comentó él—. Tiene el carisma de Camila, es intrépida como ella. He aprendido muchas cosas, que jamás imaginé.—Tiene tu sonrisa, y el tono de tus ojos —agregó, sintiendo nostalgia—. Cuídalas mucho —expresó con un nudo en su garganta—, si yo hubiera sabido que alguien
— ¿Te encuentras bien? —preguntó Henry.—Sí, estoy bien —respondió con seriedad. — ¿Cuántas mujeres ha atacado? —indagó con nerviosismo—Seis —respondió con voz ronca.Lucía se llevó las manos a sus labios y los cubrió.—Pude ser la séptima —expresó con voz temblorosa.—Lo sé. —Tomó su mano y la acarició—, por fortuna, no fue así. Revisó su móvil al recibir un mensaje—, mi jefe necesita que vuelvas a la comisaría, desean hacerte un par de preguntas más, es por este nuevo caso, ¿no te importa?—No, claro, que no. Si en algo puedo ayudar con todo gusto lo haré —respondió.—Será mejor que comas algo —solicitó, sirviendo el platillo en un par de platos.— ¿En dónde estuviste? —preguntó.—Salí a investigar un posible ataque a una joven, pero todo fue falsa alarma —explicó mientras comía.Momentos más tarde ambos se dirigieron a la estación de la policia. Henry percibió las miradas de sus compañeros sobre él al verlo ingresar acompañado de la atractiva doctora Lucía Brovwn.—Supiste del nue
Natasha colocó el bote de helado que habían comprado y se dirigió a la cocina, por unos recipientes para servirlo. Se detuvo un momento al recibir una llamada.— ¿Qué necesitas mamá? —indagó con enfado.—Te he llamado en varias ocasiones, y no me respondes —reclamó.—Pensé que entenderías el mensaje y te cansarías —bufó.—Eres mi hija, tengo todo el derecho de llamarte cuando se me dé la gana —gruñó.—Estoy ocupada, voy a colgar.— ¡No te atrevas Natasha! —exclamó la mujer. — ¡Te exijo que me des una explicación sobre esa absurda demanda! —gritó con enfado.— ¿Acaso no es claro que deseo que dejes de tener derechos sobre mí? —preguntó—. Me cansé de llegar a la casa y encontrarte drogada, metiendo a cuanto hombre se te dé la gana —su voz se fragmentó.—No tienes ningún derecho a juzgarme, malagradecida.—Y tú no tienes derecho a arruinar mi vida. Volviste con ese hombre a pesar de que sabes que me a tocado, y que a intentado propasarse conmigo; lo preferiste a él —reclamó—, me demost
La mano de Kate sujetaba con fuerza la sábana al sentir la lengua de aquel hombre de piel color chocolate, sobre su feminidad, jadeaba sin cesar ante la forma en la que aquel hombre la atendía.—Eres exquisita —pronunció el sujeto y se acercó para besarla.Kate jadeó con fuerza al sentir su intrusión, sus brazos se aferraron a su esculpido torso.—¿Hace cuanto no estabas tan húmeda? —preguntó Romeo.—Mucho —contestó ella con la respiración agitada—,hace mucho tiempo que no me hacías tuya, Will —dijo, liberando un par de lágrimas en los ojos, mientras sus párpados estaban cerrados.El hombre ladeó los labios y sonrió al escuchar como lo llamó y prosiguió con el trabajo asignado, dando grandes envites, hasta hacerla retorcerse del placer. Una vez que cambiaron de posición Kate tomó el mandó y logró liberarse, sintiendo como su pecho subía y bajaba.Se dejó caer sobre su fornido pecho.— ¿Me amas Will? —indagó.Una vez que el hombre la giró, buscando llegar a la cima respondió.—Siempr
William retrocedió un par de pasos y se llevó las manos a la cabeza.— ¿A qué madre te refieres? —bufó. — ¿A la que ordenó que Camila abortara? ¿O la que tiene a su hijo recluido en internado? —la miró con severidad. — ¿En qué mundo vives?Katherin presionó sus puños.—Estoy consciente de que, ha cometido errores…— ¿Errores? —la miró con incredulidad, interrumpiéndola, sabiendo que debía cuidar lo que decía—. Tu hija no tiene corazón, no mide lo que hace —gruñó.—Es por eso que tomé la decisión de internarla, para que recobre la cordura —la mujer retomó la palabra—. Necesita de mucha ayuda y por eso estoy aquí.—Ojalá sea como dices y por primera vez, estés pendiente de tu hija. Me atrevo a asegurar que tu hija lo único que ha hecho es seguir tu ejemplo.Katherin separó los labios en una gran O, al escucharlo.—¿Qué quieres decir con eso? —gruñó con enfado.—Al buen entendedor pocas palabras —expresó—, espero que en verdad la ayudes, y se haga responsable de lo que ha hecho. Que teng