— ¿Verdad que tú siempre me dices que cuando algo me ocurre puedo confiar en ti?Will la miró con curiosidad.—Así es, ¿qué sucede?Ivy miró a su amiga y dio un codazo.—Dile a mi papá —susurró.Natasha sacudió su rostro y observó a Ivy.— ¿De qué hablas? —preguntó sin comprender.—No finjas que no te ocurre nada, desde que vino la bruja de Linda para darte el teléfono, estás muy rara.William enfocó su mirada en la adolescente, era evidente que algo le había sucedido, y aquella llamada que su hija mencionaba, le daba una explicación.Ella abrió los ojos de par en par, sorprendida del comentario de Ivy.—No sé a qué te refieres. —Desvió su mirada.— ¿Quién te llamó? —preguntó—, sabes que puedes confiar en nosotros, ¿fue tu madre? Natasha inhaló profundo, presionó con fuerza sus labios, se encontraba apanicada, «¿Y si ella la descubría», la duda la estaba atormentando.—No es nada importante —manifestó.—¿Estás segura? —Will volvió a preguntar.—No. —Movió su cabeza.—Si deseas conta
Tiempo más tarde, Henry salió de la oficina y se dirigió a la sala de juntas, para encender el televisor, recargado sobre uno de los muros, observó atento la conferencia que Marc Johnson estaba comenzando a dar:«Tres años han pasado, después del asesinato de mi hija y el culpable sigue libre, sin pagar su crímen, ¿a eso le llamamos justicia? —dijo él y continuó—. Esta mañana alguien atentó contra mi vida, se me hace mucha coincidencia, haber hablado con el jefe de la policía, para presionar, juzguen ustedes mismos. Y en cuanto a ti, si me estás viendo, no me voy a detener hasta que pagues por lo que hiciste, Stacy merece que se haga justicia».—Ese hombre está empeñado en acabar contigo —George se acercó a su lado y le entregó un café.Henry estaba cruzado de brazos, sus barbilla estaba completamente rígida.—Haber quien de los dos se cansa primero. —Tomó la bebida que le entregó su amigo y apagó la pantalla.—Supe que el caso al que fuiste la otra noche, es muy similar a los ataques
Kate se aclaró la garganta y se puso de pie, sintiendo un fuerte escalofrío recorrerle.— ¿Se encuentra bien? —Marc intervinó al verla más blanca que un papel.—Sí, estoy bien —respondió ella sin dejar de ver a Camila a los ojos.—Será mejor que comencemos, Ian —expresó, extendió una silla y ayudó con caballerosidad a que Camila tomara asiento.—Necesitamos esperar a que llegue el accionista que falta. —Kate se aclaró la garganta, intentando controlarse, ante la impresión que se llevó. Tomó una botella de agua y bebió de golpe.—Ya estamos presentes todos —expresó Ian—. El señor Marc, fue quien compró ambos paquetes.— ¿Cómo? —la barbilla de Kate tembló.—Así es, el 48% que primero salieron a la venta las adquirió él y el 3% que se vendió después, las tomé yo, para ponerlas a nombre después de la señora Camila García —explicó Ian.La respiración de Kate se agitó.— ¡¿Cómo?! —exclamó y preguntó al mismo tiempo, ante su asombro. — ¿Es posible esto? —interrogó a su abogado.—Todo es lega
Lucía regresó de su turno en el hospital, por fortuna después de lo que le ocurrió, le cambiaron el horario, por lo que llegó cerca de las 4:00 pm, a pesar de que era de día, no podía dejar de sentirse nerviosa, extraña, como si la observaran, por lo que en cuanto descendió de su vehículo, tomó su bolso y subió lo más rápido que pudo.Cuando estaba por subir al ascensor, sin embargo, no pudo hacerlo, cada que lo hacía sentía que se asfixiaba en el reducido espacio, por lo que se dirigió a las escaleras de emergencia y comenzó a subir lo más rápido que pudo.Sin poder evitarlo, poco a poco los recuerdo de aquella noche, comenzaron a aparecer, entre aquel pequeño pasillo, que le causaba escalofrío, el mismo que sintió al forcejear con aquel desconocido, intentando luchar por salvar su vida, al llegar al octavo piso, salió agitada, buscando llegar a la puerta de su piso.Estaba tan metida en aquellos recuerdos, que justo cuando tocó la perilla, para introducir la llave, se dio percató qu
—Me has hecho tanta falta, cariño —Camila manifestó entre lágrimas.—Y tú a mí —Ivy comenzó a llorar con gran sentimiento—. Llegué a pensar que habías muerto, pero no me atreví a decir nada.El corazón Camila dolió al saber que esa había sido la intención de Kate, separarla de todas las personas a las que amaba. Duraron varios minutos abrazadas, en completo silencio. —Por fortuna no fue así —expresó con un nudo en la garganta ella.— ¿Por qué te fuiste mami? —Ivy preguntó con dolor. — ¿Por qué me dejaste por tanto tiempo? ¿Por qué no me llevaste contigo? —se aferró a sus brazos.Camila pasó saliva con dificultad.—No lo hice con mala intención —expresó mirándola a los ojos, volvió a abrazarla con fuerza—, eres lo que más amo en este mundo, ¿lo sabes, verdad?Ivy agitó su cabeza, con la mirada completamente borrosa por las lágrimas.— ¿Qué fue lo que te ocurrió? —preguntó. — ¿Por qué no volviste?Camila observó a William, al saber que no podía decirle la verdad, porque era muy pequeñ
Lucía ancló una de sus manos al cuello de Henry, mientras que la otra acariciaba su mejilla, permitiendo que la besara con mayor libertad, disfrutando del roce de su lengua con la suya. Todo su cuerpo se estremeció al percibir la firmeza con la que la acerba a él. Su corazón se agitó y su pulso se disparó ante lo que ocurría.—Me sucede lo mismo —expresó al tomar distancia de él—, me gustas más de lo que imaginé—. Provocas un extraño efecto en mí.—También tú en mí —contestó sin poder quitar sus gruesas manos de su cintura. La volvió a besar e inhaló profundo, suspirando, disfrutando de los mimos que ella le regalaba. Hasta que recordó la conversación que alcanzó a escuchar entre ella y el médico que la atendió—, no creo que a tu amigo, el médico le guste saber que nos hemos besado, entonces la soltó de golpe.Lucía ladeó los labios y sonrió.—No tengo porque darle explicaciones ni a él ni a nadie, soy una mujer libre de toda atadura —expresó con orgullo.—Parece estar muy interesado
William se encontraba esperando a que llegara el hombre con el que tendría una reunión. En cuanto su asistente le autorizó la entrada, se puso de pie para recibirlo.—Muchas gracias por aceptar venir, sé que tienes una agenda muy ocupada —manifestó saludándolo con cordialidad.—Exageraciones de Camila, para la gente que aprecio, siempre me doy un espacio —sonrió.—Eso mismo pienso yo —expresó con sinceridad.Marc observó la fotografía que tenía sobre su escritorio.—Camila habla mucho de tu hija. —Tomó el portarretrato para apreciar con mayor detenimiento las facciones de la niña—. Físicamente se parece mucho a su madre biológica —resopló—, por lo que ella me cuenta, por dentro tiene mucho de Cami.Will sonrió.—Así es —comentó él—. Tiene el carisma de Camila, es intrépida como ella. He aprendido muchas cosas, que jamás imaginé.—Tiene tu sonrisa, y el tono de tus ojos —agregó, sintiendo nostalgia—. Cuídalas mucho —expresó con un nudo en su garganta—, si yo hubiera sabido que alguien
— ¿Te encuentras bien? —preguntó Henry.—Sí, estoy bien —respondió con seriedad. — ¿Cuántas mujeres ha atacado? —indagó con nerviosismo—Seis —respondió con voz ronca.Lucía se llevó las manos a sus labios y los cubrió.—Pude ser la séptima —expresó con voz temblorosa.—Lo sé. —Tomó su mano y la acarició—, por fortuna, no fue así. Revisó su móvil al recibir un mensaje—, mi jefe necesita que vuelvas a la comisaría, desean hacerte un par de preguntas más, es por este nuevo caso, ¿no te importa?—No, claro, que no. Si en algo puedo ayudar con todo gusto lo haré —respondió.—Será mejor que comas algo —solicitó, sirviendo el platillo en un par de platos.— ¿En dónde estuviste? —preguntó.—Salí a investigar un posible ataque a una joven, pero todo fue falsa alarma —explicó mientras comía.Momentos más tarde ambos se dirigieron a la estación de la policia. Henry percibió las miradas de sus compañeros sobre él al verlo ingresar acompañado de la atractiva doctora Lucía Brovwn.—Supiste del nue