William se encontraba completamente eclipsado por aquella frágil criatura que sostenía entre sus brazos, aún seguía sin poder creerlo, observaba atento la manera en la que el pequeño tenía apretados sus labios, reía cuando lo veía abrir un ojo, cada que se escuchaba un sonido extraño.—Me hubiera gustado haber tenido a Ivy, así de pequeña —expresó mirándola con ternura.—Lo lamento, yo no sabía que no estabas enterado de lo que Kate quería hacer. —Lo miró con nostalgia.—Jamás lo hubiera permitido. —Recostó al pequeño sobre el cunero—. Nada me habría gustado más haber esperado por ti —resopló con frustración.—También a mí me hubiera gustado conocerte antes, pero en ese entonces era casi una niña —bromeó—, era como Nat, una adolescente.Frunció el ceño y negó con la cabeza.—Tiene razón —sonrió tomando asiento.— ¿Ya podemos pasar? —Marc abrió la puerta y asomó parte de su rostro.Camila sonrió con ternura.—Claro, pasen.Marc ingresó y tomó asiento enfrente del pequeño, a quien le s
—Yo… —Ivy estaba por responder, sin tener la seguridad de qué decir.Desde el otro lado de la línea aquella mujer se regodeaba, sonriente, sabiendo que había logrado su objetivo, desestabilizarla y poder manipularla.Natasha logró identificar que aquella mujer había logrado sembrar duda en su corazón, ya que Ivy era una niña buena y no tenía malicia, por lo que de inmediato, tomó el teléfono y se puso de pie—Le sugiero que busque a Ivy cuando se encuentre en casa su papá, estoy segura que no le va a agradar saber que le llamó, sin estar presente. —La chica cortó la llamada.Ivy abrió los ojos de par en par al ver su manera de reaccionar.— ¡¿Qué has hecho Natasha?! Estaba llorando —reprochó.La adolescente rodó los ojos.—Hice lo que creí correcto —respondió—, y si esa mujer te vuelve a entregar el teléfono y no te dice quien es, no aceptes la llamada —ordenó—, perdoname Ivy, pero no confío en esa mujer, eres demasiado ingenua para ver la maldad en los demás.Frunció el ceño sin comp
Caminando con garbo y elegancia, Kate ingresó al bar donde años atrás, solía ir a divertirse los fines de semana con William. Su azulada mirada buscó entre todos los presentes el perfecto rostro de su ex.Ladeó los labios sonriente al localizarlo caminando hacia una de las mesas de atrás, luciendo tan apuesto como siempre. Contuvo un largo suspiro, al apreciar lo apuesto que lucía, luciendo una reluciente camisa blanca ajustada, sus perfectos vaqueros azul oscuro, además, de unos tenis blancos, la cereza del pastel fue apreciar su exquisito aroma. —Lamento la demora —Kate expresó sin poder dejar de sonreír.—No te preocupes, no tiene mucho que acabo de llegar —expresó.—Aún estoy sorprendida, no puedo creer que me llamaras, para invitarme a tomar una copa.William sujetó el respaldo de la silla y la ayudó a tomar asiento.—Necesitamos hablar —manifestó mirándola a los ojos.—Es lo que más deseo —expresó—, que hablemos, estoy consciente que he cometido muchos errores, pero estoy disp
Semanas después.Pasaban de las 11:00 pm, cuando Lucía salía del hospital, después de haber atendido un parto complicado, llena de gran cansancio, no podía dejar de bostezar. Después de colocar el cinturón de seguridad, salió de las instalaciones del nosocomio conduciendo su SUV, blanca.Justo cuando viró en una calle, tuvo que frenar de golpe al observar una motocicleta tirada en medio del camino y a un hombre con esta metros más adelante. Sin pensarlo dos veces la chica salió para auxiliarlo, no sin antes notificar al 911.— ¿Me puedes escuchar? —Lucía gritó mientras se acercaba. Observando que el joven iba con un traje de cuero negro y el casco puesto. Dos de sus dedos se colocaron sobre su cuello y resopló con alivio al encontrar signos vitales—. No se si me escuchas, pero voy a levantar la visera, para que puedas respirar mejor.Justo cuando una de sus manos estaba por levantarla, sintió como sujetaron su muñeca.—Prefiero el anonimato —el hombre dijo usando un distorsionador de
Al llegar al nosocomio, Henry se dirigió hacia los oficiales que se encontraban sentados en el primer piso.—Recibimos un reporte, vengo a tomar la declaración de la mujer que apoyaron —indicó con voz ronca.Uno de los oficiales emitió un largo bostezo, sintiendo gran cansancio, debido a que ya pasaba de la media noche.—La señorita se encuentra en urgencias —expresó—, la están atendiendo —indicó uno de ellos.—Ya se pueden ir —ordenó—, yo me haré cargo a partir de aquí.Caminó hacia urgencias médicas, hacia el área de recepción.— ¿En dónde se encuentra la señorita, que fue traída por oficiales de la policía? —indagó.—En el cubículo diez. —Señaló al fondo, no pudo evitar aletear sus pestañas de manera coqueta, ante lo apuesto que era.Al seguir hacia allá, no pudo evitar escuchar la conversación entre la paciente y el médico que la atendía, aunque se le hizo extraño que la atendiera con demasiada familiaridad, por lo que prefirió esperar unos minutos, antes de entrar, para no interr
Camila se encontraba en compañía de Ian, su profesor practicando las nuevas lecciones.—Has avanzado mucho —refirió él—, lograste obtener tu diploma de High School, no creo que tengas problemas con lo que estás ahora, has estado también muy pegada a Marc y sé de buena fuente que quien te apoya mucho es el señor Ellison, parece que tienes muchos maestros —expresó sonriente.—No me puedo quejar. —Suspiró profundo—,he tenido muy buena suerte —manifestó—, pero que tal que me equivoco en el examen final.Ian sonrió.—No será así, no te vas a quedar sola, recuerda que yo estaré a tu lado hasta el final.—Gracias.Estaban por continuar, cuando recibió una llamada.—Es Will, ¿te importa si respondo?—No, toma la llamada, voy a la cocina por un café y a robarle algún postre Hilda. Considéralo tu descanso.Camila salió hacia el jardín y respondió.—Hola, ya extrañaba tu llamada —expresó y se quedó en silencio.—También extrañaba saludarte, ¿ocurre algo?—Esta mañana, Andrés fue a buscar a Nat,
Al medio día.—Quiero que me lo cuentes todo —Kate solicitó con entusiasmo al hombre que le envió las fotografías de Natasha siendo detenida.—La chica se petrificó cuando le encontraron valiosas joyas en el interior de su mochila, estaba tan entretenida observando la sección de regalos, que cayó redondita.Una fuerte carcajada salió de la boca de aquella terrible mujer.—Espero que pasar varios días entre las rejas, rodeada de delincuentes, le sirva de lección para que no se vuelva a meter conmigo —gruñó.El hombre se aclaró la garganta.—La chica ya salió libre.— ¡¿Cómo?! —exclamó agitada—, pedí que la dejaran lo más que se pudiera.—Así lo intentamos, pero uno de los nuestros, preguntó específicamente por ella, a pesar de haber hecho perdediso su expediente, la buscó entre las celdas, hasta encontrarla.—Esa infeliz no tiene a nadie, a su madre no le importa, ¿cómo es que la buscaron tan pronto?—No lo sé.— ¡Ivy! —presionó con fuerza sus puños.—Por lo menos, sufrió esos días. —L
Por la mañana. Lucía descendió del vehículo de Henry, y tomó su mano para salir. Subieron por el ascensor a la lujosa torre de apartamentos donde la doctora vivía. Antes de que ella abriera, Henry la detuvo y movió su cabeza, negando. Desenfundó su arma y la sostuvo con ambas manos, comenzó a caminar con sigilo, para revisar cada rincón de su moderno piso. Cuando se dio cuenta de que todo estaba bajo control, le permitió su ingreso. —No hay peligro —expresó. Lucia resopló con tranquilidad, caminó hacia el ventanal de la sala y corrió con discreción la persiana para corroborar que se encontraba ahí la patrulla que se le asignaron. —Te agradezco mucho, lo que haces por mí, lamento haberte hecho perder toda la noche y parte del día de hoy. —No agradezcas nada, solo cumplo con mi trabajo —expresó con seriedad, y recordó la enorme pila de papeleo que había dejado sobre su escritorio. — ¿Necesitas algo más? —preguntó antes de retirarse. La chica mordió su labio inferior y luego lo mir