¿Qué debe empacar una mujer para un fin de semana en clima caliente? Muy fácil... todo lo que pueda y sea bonito, eso quiere decir que siempre quedarán cosas importantes por empacar.
Aun así, lo mínimo deben ser tres vestidos de baño con sus respectivas salidas, gafas de sol, bloqueador y bronceado, un vestido corto y holgado para salir a bailar si se presta la oportunidad y como voy completamente a ciegas sobre a donde vamos un par de pintas muy cómodas.
—¿Estás planeando enamorarme o algo así? —le digo a Richard apenas descendimos de su jet privado en una lujosa finca de recreo.
—No inventes —me contesta restando importancia a mis palabras —eres una mujer que se crio entre lujos, no creo que puedas ser conquistada a punta de cosas materiales —luego de manera burlona continúa —tus papitos debieron regalarte alguna vez un poni de cumpleaños o algo por el estilo.
Ahora soy consciente de como suena eso, pero aún en mi mente, Rayito fue y seguirá siendo el mejor regalo que he recibido. El hombre me mira de lado y detiene nuestro andar tomándome de la mano.
—No lo creo —abre los ojos con sorpresa y la sonrisa casi no le cabe en la cara —¿De verdad te regalaron un maldito poni?
—Claro que no —trato de negarlo —no seas ridículo.
—Pues tu cara dice otra cosa —y retoma a caminar mientras se carcajea.
—Pues sí —grito mientras lo alcanzo y me cuelgo de su brazo —y no creo que tu creatividad dé para superar ese regalo en mis recuerdos de infancia.
—¿Es un reto? —pregunta mientras subimos las escaleras que conducen al interior de la mansión —amo los retos.
Deben ser cerca de las 8:00 pm cuando llegamos al lugar, la noche era calurosa y al estar lejos de las luces de la ciudad, es posible disfrutar del cielo estrellado. La finca está colmada de hombres con apariencia muy variada y mujeres con pinta de vagabundas en su gran mayoría. Sonrío al poder comprobar con mis propios ojos, que este indudablemente es un mundo con supremacía masculina.
El panorama es algo así: En una gran piscina algunas mujeres de larga cabellera y absurdamente voluptuosas, son devoradas con la mirada por muchos hombres del lugar, en algún lado una gran fogata es el centro social para pequeños toldos en los cuales se reúnen personas tomando y metiendo toda clase de porquerías en su organismo y por último, pero no menos importante, frente a la piscina se encuentra una pequeña tarima, en la cual, un dj cumple de manera excepcional con su trabajo, mientras lo alterna con algunos cariños a una chica que se ha posicionado junto a él en la cabina.
Mi mirada recorre el lugar en búsqueda de Oliver, quien se supone debe estar aquí, pero en este momento, aún no soy capaz de definir si está o no, así que tomo mi celular y le envío un mensaje, "¿dónde estás?, no te veo".
Muchas personas se acercan a Richard y lo saludan respetuosamente con el apodo de "Patrón" y yo aprovecho la ocasión para presentarme también.
—Vamos a comer algo, tengo hambre —me dice Richard tomándome de la cintura y conduciéndome a una pequeña cabaña en la cual se aglomera el personal de servicio, para alistar los pasabocas y bebidas de la reunión. Aparentemente esa es su costumbre, pues apenas lo ven entrar, una gran bandeja con pedazos de carne llega a la mesa, acompañada de plátano asado, papa y algo que él llama guacamole.
Lo miro con extrañeza, pues no estoy familiarizada con este tipo de comidas y tampoco lo esperaba en un lugar tan lujoso.
—Es delicioso, come —me dice cogiendo con la mano uno de los pedazos de carne —ahora te presentaré a Francisco, un gran "colaborador" Colombiano, quien insistió en que hoy él se encargaría de suministrar la comida y parece que esto se come seguido por allá.
No muy convencida, tomo uno de los pedazos de carne y me sorprendo con lo suave y jugosa que es y según me dice después el mismo Francisco, él trajo sus propios trabajadores de la finca para preparar la carne aquí.
—Tu hombre no debe demorar en llegar —me dice Richard —hasta que eso pase no te separes de mí, podría ser peligroso.
—Para eso tengo a Roberto, él se encarga de eso —y en mi mente eso es cierto.
—Aquí todo es un poco diferente, linda —me abraza por la cintura mientras caminamos y acerca sus labios a mi oído —Todos esos hombres que ves ahí, altos, bajos, gordos, flacos, llenos de tatuajes, algunos con cadenas ostentosas sobre la ropa, todos tienen algo en común —hace una pequeña pausa para enfatizar sus siguientes palabras —todos tienen por el momento más poder que tú y todos, absolutamente todo hombre aquí, tiene un arma que sabe usar y mínimo una docena de muertos encima por mano propia.
Con esas palabras en mente, la forma en que miro a esos hombres cambia, ya no puedo seguirlos considerando unos simples monos con plata, ahora son monos con poder.
Detengo nuestra marcha y miro directamente a los ojos oscuros de Richard.
—Déjame ver si entendí —mi alma vibra a una velocidad alarmante en ese momento —¿me estás diciendo que debo volverme mucho más poderosa que ellos si deseo que me traten con respeto?
El solo hecho de pensar en que ellos tienen más libertad que yo para cumplir sus deseos es algo que me disgusta, pero también imagino lo satisfactorio que será superarlos y eso envía una pequeña pulsada de placer a mi centro, la cual estoy segura de que no pasa desapercibida a los ojos expertos de Richard.
—Yo nunca dije eso —y su mirada viaja de mis ojos a mis labios unas cuantas veces —te estoy diciendo que tú llamas demasiado la atención aquí y estos hombres no están acostumbrados a que una mujer les diga no, están acostumbrados a tener lo que quieren cuando quieren y rara vez les importa el medio.
—¿Y tu eres diferente? —aquella pulsada se repite y creo que fue más notoria que la anterior a juzgar por el nuevo gesto en el rostro de mi anfitrión.
—Normalmente no, pero sé contenerme cuando algo vale la pena —dice acercándose a mi cuerpo y hablando muy sugestivamente a mi oído, con lo cual no puedo evitar halar peligrosamente de la cuerda, como él lo llama.
—¿Piensas que valgo la pena? —mantuve la cercanía, asegurándome que pueda seguir aspirando el tentador aroma del perfume impregnado en mi cuello.
—Si no lo pensara hace rato habrías sido mía —luego roza suavemente su nariz a mi cuello —en vez de eso, serás tu quien ruegue por estar en mi cama.
En ese momento veo a Oliver hacer presencia en el lugar y aunque no hago el amague de moverme, la presión del brazo de Richard me asegura que me quiere aún junto a él.
—Me gusta como funciona esa mente tuya, no lloras, sino que buscas soluciones —luego ante un movimiento de su mano aparece un hombre corriendo —Roy, esta mujer es la señorita Lorena —miro en dirección al hombre e hice un pequeño movimiento con la cabeza en señal de saludo —y si alguien diferente a mí o al señor Oliver Taylor la toca esta noche, no volverás a ver un amanecer ¿Quedó claro?
—Cristalino patrón —responde el hombre, quien desaparece nuevamente de mi vista.
Mi cabeza está encantada con la noche, prevenida y ahora también mojada.
—Lorena, Lorena, que interesante —y su sonrisa maniaca aparece, haciendo que muchas personas eviten su contacto visual —no tienes ni idea cuando me excita pensar en una mujer de alma fuerte —libera mi cintura —creo que tendré que buscar algo de entretención por un rato.
Lo veo tomar camino a uno de los toldos.
Esta fue la manera en que ese hombre decidió abrirme los ojos sobre la realidad del mundo en el cual me estoy metiendo, pero si su idea era amedrentarme, ya verá que soy bastante recursiva, además ¿Quién dijo que le rogaría por sexo?
Permanezco estática por unos segundos, asimilando lo que acaba de pasar; entendí, que un hombre especialmente poderoso y peligroso, está desarrollando un interés especial en mí y lo más interesante de todo es, que fue capaz de hacer que me mojara como si fuera una adolescente, sin siquiera tocarme.No soy ilusa, no creo que el hombre tenga un interés romántico hacia mí, quizás está igual que yo, tentado por la locura, me tiene curiosidad en más de un sentido, le intriga como pienso, pero sobre todo, quiere sentir lo que es tener sexo conmigo cuando realmente deseo a un hombre.La mirada de Oliver finalmente se encuentra con la mía y sus labios van tomando la forma de una sonrisa encantadora a medida que se acerca. Su atuendo es mucho más relajado que el de ayer, viste un pantalón de material suave y una camisa de botones blanca a medio apuntar.- Me arreglé expresamente para ti - afirma después de casi quitarme el aliento con un beso - ¿Acaso no merece un hombre unas palabras bonitas
No soy muy creyente en materia religiosa, pero en ese preciso momento, no imaginan la cantidad de promesas que hice a la virgen y a cuanto santo pude recordar. El hombre apesta a alcohol y puedo sentir su aliento prácticamente en mi rostro mientras hala de mi cabello; aprieto los ojos y contengo el aliento derrotada ante la avasalladora diferencia en fuerza física que tenemos.Por primera vez en mi vida me siento impotente por ser mujer, odio mi debilidad física y saber que no existe forma en que pueda mejorar eso, así que mi deseo de poder y respeto se afianza en sobremanera, nunca volveré a estar en esta situación, encontraré la forma de cobrarle esta ofensa a este desgraciado, Roberto no estará maniatado nunca más en este tipo de reuniones para hacer su trabajo.Un sonido suave y parecido al de un engranaje se escucha muy cerca a nosotros y los movimientos del hombre cesan en su totalidad. Lentamente abro mis ojos y puedo ver al tal Roy apuntando con un arma a la cabeza a mi atacan
En mi mente ya existe un plan de acción, sé que el sujeto no se puede levantar, pero gritar si y aunque el resto de personas no lo escucharía yo si y eso no me dejaría disfrutar el baño, así que, decido buscar la forma de amordazarlo, antes de que se despierte.Profesional no se ve mi trabajo, debo confesarlo, pero me siento más que satisfecha para ser mi primera vez, así que decido tomarle unas cuantas fotos al tipo, para que me queden como evidencia, pues obviamente no puedo dejarlo así eternamente.Mi habitación es mucho mejor que la de Oliver, sobre todo, agradezco la existencia de esa tina gigante que me está ayudando a relajarme, así que una vez que vuelvo a vestirme, salgo de la habitación con la esperanza de que Richard ya hubiera terminado con su faena; no es necesario tocar la puerta ni que la abran, para darme cuenta, de que el hombre sigue ocupado y que preciso, llegué en la mejor parte, pues la voz potente de la mujer me hace saber muy claramente cada vez que se viene y c
—Impresionante —dice Richard entrando a mi habitación y recorriendo con la mirada las cuerdas que atan al hombre —debes aprender a hacer nudos decentes, pero no está nada mal para ser tu primera vez —termina su ronda de inspección poniéndose de cuclillas para quedar al nivel de la vista del hombre —sé que tu hombre de confianza te puede enseñar a hacerlos o si quieres lo hago yo.—Gracias por el ofrecimiento, lo pensaré —contesto mientras lo miro con curiosidad, pues aunque sé que me está hablando a mí, su mirada no se despega de los ojos de Pablo.Baja la mordaza permitiendo que el hombre mueva debidamente su quijada y pueda relajarla.—¡Esta loca...! —pero las palabras del hombre se detienen apenas Richard hace una seña que indica silencio y un suave shhh sale de sus labios.—No tienes idea de lo fea que es esa palabra Pablo —lo dice de una manera tan calmada y lo mira tan fríamente que hasta yo siento ese corrientazo de miedo recorriendo mi columna.Es la segunda vez que siento eso
¿Por qué haces eso Lorena? Me regaño mentalmente mientras tomo camino a la habitación de Oliver. Una vez ingreso a la casa y me siento libre de la mirada de todos los curiosos, me dispongo a hacer una pequeña pataleta para tratar de disipar mi frustración. No pienso hacerla delante de Oliver y arriesgarme a que él se de cuenta de mis niñadas, así que ahí, en medio del pasillo zapateo como si fuera una niña chiquita, sacudo mis manos sin control y me hago la que lloro, para al final terminar acuclillada contra una pared con los ojos cerrados y la cabeza entre mis rodillas. ¿Vale la pena tanto riesgo por un poco de emoción? No sé ni por qué me hago esa pregunta cuando sé que la respuesta es sí. Hace mucho no me sentía tan viva, tan Lorena, tan yo. —¿Qué es lo que haces Lorena? —Reconozco la voz de Richard sin necesidad de mirarlo. Puedo sentir que está cerca y eso no es bueno para mí en el estado de excitación en que me encuentro, bueno tal vez sí... ¡Ah! ¡No Lorena! ¡No! Y me doy
¿Qué se responde a eso? ¡Sí! Esa es la respuesta lógica, Oliver escondiendo el negocio actual con Richard, es el hombre perfecto y es literal, el único hombre de los que he elegido, que mis padres aprobarían. Es guapo, trabajador, es soltero, no tiene hijos, sin antecedentes penales y mis padres demorarán en darse cuenta de la existencia de ese gran tatuaje, así que no hay lío, el único problema aquí lo estoy poniendo yo.¿Qué rayos estoy buscando? ¿Qué es lo que realmente quiero? Problemas, no hay otra explicación lógica, no tendría por qué estar sintiendo esta dualidad.Me incorporo en la cama y pongo mis piernas a cada lado de su cadera, iniciando un vaivén lento sobre su cuerpo, con el cual puedo sentir, como despierta ente el roce de mi ropa interior de encaje, esa parte que tanto disfruto de su anatomía, inclino mi tronco hacia el frente y susurro a su oído.—Tienes lo que queda de este fin de semana para convencerme —puedo ver el hambre en su mirada y mi sonrisa se expande, p
Y así de fácil se escapa mi sensación de triunfo. Quiero gritar para desahogarme, pero él podría escucharme y no pienso darle esa satisfacción. Tal vez ser tan prudente con Richard es lo que me tiene en esta extraña situación, así no soy yo, he sido casi una santa desde que lo conozco, aunque el motivo real es que coincidió con haber conocido a Oliver.Tengo un par de espinitas que debo sacarme y me cansé de que me deje con ganas de más (en muchos sentidos), pero debo concederle un punto y es que es verdad que no le he mostrado mi verdadero rostro a Oliver y no pensaba hacerlo, hasta que nuestra relación se solidificara y Richard saliera de la ecuación, pues estoy segura de que sin él cerca no tendré dudas de nada, pero tal parece que debo abandonar esa idea.Tomo mi celular y levanto mis brazos sobre mi cabeza para estirar todos los músculos de mi cuerpo y termino parada en punta de pies, busco mi celular y pongo la música a todo volumen, mientras me dirijo a la nombrada mesa de b
Es cerca de la media noche cuando ingreso a mi apartamento, prendo el aire acondicionado y me lanzo boca abajo en mi cama, pensando en todo lo que ha cambiado mi vida, en tan solo tres días.Oliver debe volver a Oakland, pero cuadramos para vernos en estos días y continuar las cosas dónde las dejamos. Con el problema del robo, aún quedan algunos asuntos que necesitan mi atención urgente y él también debe seguir al pendiente de su negocio, si realmente pretende salvarlo.Se siente algo raro estar interesada en un hombre que indudablemente aprueban mis padres, pero supongo que algo malo debía de tener.Por otro lado mi mente salta a Richard, físicamente es muy normalito, no es el sueño de ninguna mujer, pero tiene su no sé que, en su no sé dónde, ese algo que lo convierte en la manzana prohibida y cuya peligrosidad enciende todas mis alarmas, diciéndome que si cruzo la línea con él, no podré devolverme.La fachada elegida para trabajar por este hombre, es más que adecuada, en apariencia