Agradezco en ese momento que sus brazos sostengan con firmeza mi cuerpo, pues su mirada me grita tantas cosas, que siento tal y como narran en las novelas tontas de romance, que mis piernas pierden fuerza y no me habrían podido sostener.No puedo abandonar su mirada, soy como un cervatillo encandilado con las farolas de un auto, completamente estático, esperando el impacto que posiblemente termine con mi vida.Bajo saliva pesadamente, mientras mi mente se niega a creer todo lo que gritan esos ojos.El sonido de voces a lo lejos, interrumpen el momento y lo veo parpadear volviendo en sí, para recorrer con la vista el pequeño salón de exposición en el que nos encontramos. Una pequeña cámara de seguridad fue testigo del hecho, pero difícilmente los operadores de esas cámaras, habrían podido captar la realidad e intensidad de lo que pasó.—¿Estás bien? —sus palabras son suaves y sus brazos aflojan un poco el agarre.Solo puedo responder con un movimiento lento de cabeza y de manera involu
El lugar es hermoso, me atrevo a decir que aún más que The Ivy. Al salón principal le faltan algunos detalles para poder ser abierto al público, aun así, es más que evidente que será uno de mis lugares favoritos de ahora en adelante.Mis pies agradecen poder estar libres en el suelo y aunque sé, que eso le resta mucha elegancia a mi atuendo, en este momento no me importa.Nos conducen a una mesa en la terraza del lugar, la cual aparentemente, es la única área completamente terminada. Amo recibir la brisa, mirar el cielo, pero sobre todo, el ambiente relajado que crearon para nosotros. —Eres toda una caja de sorpresas —digo una vez que nos acomodamos en la mesa —no creí que tuvieras tan buen gusto en restaurantes.—No suelo venir mucho a estos lugares —responde sincerándose un poco —pero por negocios debo tener contactos y conocer lugares, así que solo cobré un favor pequeño.—No me gustaría deberte un favor —digo tras tomar la copa de champaña en la mano.—No es bueno deber favore
Este efecto ya lo había sentido muchas veces, así que hace años decidí no seguir buscando una explicación racional al fenómeno y solo, me acuesto en posición fetal a la espera de que mágicamente, mi energía suba un poco en la mañana.Música suave suena al fondo, muchas parejas sin rostro danzan de manera monótona en una gran y ostentosa pista de baile y de la nada una figura masculina me toma de la mano y me arrastra a esa pista. Mi vestido es elegante y tan aburrido como el del resto de las mujeres, es largo, acartonado, pesado y agradezco al cielo no tener un espejo al frente, pues estoy segura de que también tengo un peinado alto y pomposo.Luego el paisaje cambia de la nada y estoy en una casa grande con un hermoso piso en mármol y al alcance de mi vista, está el lujoso juego de cubiertos en plata y un sobrio juego de té, tomo una galleta que luce deliciosa, pero no soy capaz de comerla y creo que es culpa del ajustado corsé que llevo puesto.Murmullos llegan a mis oídos y al le
—Quería tener una conversación decente con mi hija que durara más de dos minutos —luego sigue y deja su bolso sobre una de las sillas de la sala —aparentemente esta es la única forma de hacerlo.Aunque su rostro denota tranquilidad, sus palabras son una historia completamente diferente, pues con ella siempre significaban otra cosa. Mis padres han iniciado nuevamente con el tema del matrimonio, con que debo encontrar un buen esposo que me ayude a administrar los negocios de la familia, alguien que me resguarde de los problemas del mundo y me de la felicidad de ser madre. ¿Lindo sueño, verdad? Lástima que no es el mío.—Madre, sabes que no me interesa hablar del tema, no pienso conocer al hijo tonto de alguna amiga o amigo de papá —y me desplomo en mi sofá verde aterciopelado.—Hija, tu padre y yo no nos estamos haciendo más jóvenes —luego toma mi mano para darme una mirada de perro triste —ya tienes veintisiete años, no eres una niña y sabes como funciona el mundo, tu reloj biológic
Aún falta como media hora para que suene mi despertador, pero la calidad de mi sueño fue tan buena, que recuperé energía más pronto de lo normal, aun, cuando mi cuerpo resiente el agotamiento por la faena de la noche.Mi humor ha mejorado considerablemente gracias a Oliver y no se debe solo al desfogue que me ofrece el sexo, sino a la interesante perspectiva que me presentó de la vida. La sola idea de que mi pareja congenie con mi familia, siempre me pareció terrible, era como aceptar seguir la línea de vida que mis padres me habían marcado, pero anoche hablar con él me permitió ver las cosas de una manera levemente diferente y hoy puedo aceptar las similitudes que tengo con mamá.—No te burles —rezongo ofendida —eres hombre, no sabes lo que es que te impongan las personas y te digan como actuar.—¿Crees que solo las mujeres sufren eso? —sonríe algo triste —cuando mis padres estaban vivos, mis hermanos y yo sufrimos exactamente la misma presión —levanta su mirada al techo como recor
El cielo está despejado sobre mi cabeza, al menos, así es como lo siento. Las cosas con Oliver evolucionan perfecto, las galerías me estás dando no solo ganancia, sino satisfacción personal, pues siempre amé el arte y aunque parezca algo contradictorio, también amo el contacto con la comunidad.Mis pasos se escuchan suaves mientras recorro la galería y me acerco al hombre que observa con detenimiento un cuadro titulado Retazos. —Deberías comprarlo —le digo al hombre quien sigue sin despegar su vista de la colorida obra.—Tal vez, pero primero deberías ayudarme a definir en que parte ponerlo —alzo una de mis cejas, algo asombrada por la osadía de este hombre —con el valor de todo lo que vendes aquí, la asesoría debería estar incluida y darla la dueñaLadeo mi cabeza en señal de negativa.—¿Yo en tu casa? Eso es algo que no va a pasar, además, el dinero no es algo que realmente te afecte —debo obligar a mi vista a permanecer en el cuadro y no en esa mirada oscura que ahora me observab
Hace mucho no estaba tan ocupada, ha pasado casi una semana y aun así, toda esta situación es tan emocionante, que apenas estoy sintiendo el correr del tiempo.He revisado minuciosamente todo una y otra vez, incluso hasta cobré el favor al desconocido del billar, le pedí que me consiga uno de esos perros que están entrenados para detectar drogas, yo no sé dónde conseguir uno, así que es más fácil lanzarle el problema a alguien más.Oliver me está contando, muerto de risa, que el tal Pablo se atrevió a llamarlo para pedirle ayuda. Estaba estresado, por lo difícil que es conseguir uno de esos animales, así que quiere que Oliver me haga cambiar la petición. —¿Qué harás con ese perro después? —amo las videollamadas, me permite apreciar lo que es mío mientras hablamos.—No estoy segura —digo mientras organizo sobre la cama los diferentes aderezos que usaré con la ropa elegida para cada día —pero no lo puedo tener en el apartamento y tampoco en alguna de las galerías, eso llama mucho la a
La mercancía junto con las obras fueron despachadas hace catorce horas según mis planes, sin que por el momento se presenten contratiempos. El vehículo fue muy bien acondicionado con los químicos y la mercancía está dentro de los cuadros y grandes esculturas que serán exhibidas, así que pueden desvalijar el vehículo si quieren y no encontraran nada.Si alguien pregunta el motivo por el cual las obras se van por tierra cuando es un viaje tan largo, la respuesta que hay que dar es muy sencilla, apoyamos negocios pequeños en la ciudad de los ángeles.Eso nos vende como una empresa socialmente responsable, así que se decidió pagar a un negocio mediano el traslado de las obras, en lugar de hacerlo a una gran Aerolínea y el dinero sobrante se usa para cubrir la seguridad que acompaña el vehículo en este momento. Nuestro vuelo no presenta problemas, al menos así es hasta que llegamos y somos detenidos por unas horas en el aeropuerto de manera inexplicable. Nadie nos da razón de la demora