Ya han pasado una semana y la verdad creí que conseguir apartamento sería fácil, pero no, ya hemos visto dos hoy y no nos hemos decidido por ninguno, así que mientras lo hacemos, inicié a empacar mis cosas con calma y desde ya estoy mirando opciones de mobiliario para nuestro hogar, esa si es una tarea que me emociona, aunque por la cara de Richard a él no mucho.Para él, el asunto es fácil, solo debe decirle a unas cuantas personas que le empaquen todo y ya, yo por mi lado, considero que es mejor que lo haga yo, con eso puedo decidir que se va y que se queda, así que unos días estamos en mi apartamento, otras noches en el suyo.—¿Segura que no te quieres quedar aquí esta noche? —me mira con ojos de cachorro, pues no le gusta mi apartamento.—Muy segura, ya vamos muchas noches en el tuyo y yo también tengo cosas que empacar —aseguro, solo para que él niegue con la cabeza y me siga resignado —no me has contado como te fue en la reunión con Miller.Su rostro toma una expresión seria ante
La cabeza me duele al moverla y siento también un dolor punzante en las costillas. Escucho que llaman a alguien a través de un parlante y con gran esfuerzo, logro abrir los ojos, el tiempo suficiente, para identificar en qué tipo de lugar estoy.Con dificultad, pongo mi mano sobre mis ojos y reduzco la cantidad de luz, hasta que mis ojos se acostumbran. Estoy en una habitación de hospital, todo es blanco, menos un sofá ubicado al lado de una ventana, sobre el cual, reposa un abrigo elegante de mujer.Uno de mis brazos está conectado vía intravenosa, así que es incómodo y un poco doloroso, pero con mucho esfuerzo y paciencia, logro sentarme para tratar de sentirme más despierta y tratar de entender algo.Nada, mi mente está en blanco, no recuerdo qué pasó. El dolor en mi cabeza se dispara por el esfuerzo, cuando una mujer muy elegante llega a la puerta y se deshace en llanto.—Está despierta, está despierta, doctor, venga —grita la mujer desde la puerta, para posteriormente acercars
—Oliver —mis palabras acarician el nombre y por alguna razón, sé que me gusta.El hombre me entrega el ramo flores y toma mi mano para ayudar a levantarme de la silla. Creo que han sido muchos días de hospital y salir ayuda a que vuelva a conocerme, pues lo veo e inmediatamente pensé en sexo, así que tal parece que soy de mente sucia.¿Pero como no tenerla así con semejante monumento a mi lado? Me regaño mentalmente y solo le doy las gracias y le regalo una sonrisa.En los primeros pisos del edificio, se pueden ver aún las marcas del atentado. Casi todo está arreglado, pero hay trabajadores retocando la fachada y al ingresar se siente ese olor característico de la pintura recién aplicada.El apartamento al que ingresamos, me gusta, puedo decir, sin temor a equivocarme, que este espacio lo escogí yo y lo decoré yo. Recorro el lugar con la esperanza de que algún recuerdo vuelva a mi mente y algunas cajas con cosas a medio empacar llaman mi atención.—¿Por qué tengo cosas a medio empa
—Te ves preciosa —dice mamá mientras me pruebo el quinto vestido de novia.Creí que a estas alturas, ya tendría rastros de mi memoria o en su defecto, el corazón lo sentiría desbocado por Oliver, pero no es así. El vestido que tengo puesto es hermoso, es perfecto, tono crema y corte princesa, sin manga y con escote moderado. Mis dedos recorren con una extraña añoranza, el delicado diseño del encaje principal.—No estoy segura de que sea el indicado —respondo a mi madre, quien no hace, sino tomar fotos para que miremos en la casa y ver si así me puedo decidir más fácil.Hace ya quince días que estoy en la casa de mis padres y aunque me han cuidado bien, me siento sofocada, así que ya entiendo por qué vivía lejos. No me he podido poner al corriente con el tema de las galerías, no solo por la falta de memoria, sino por la cantidad de preparativos que son necesarios para organizar una boda.No quiero saber nada sobre los diferentes tipos de letras ni los distintos tonos de papel para l
Solo hay grabaciones de los últimos dos meses y no de todos los días, lo cual me hace suponer que alguien las borró o la cámara solo graba cuando hay movimiento y ese apartamento pasa muchos días solo. En los videos iniciales aparece Oliver solo un par de veces, pero luego desaparece y Richard entra en escena, lo cual me genera muchas dudas de la situación actual, la única constante en esos videos es mi jefe de seguridad, Roberto, a quien no he vuelto a ver desde mi salida del hospital.Son cerca de las 8:00 am y solo puedo tener una cosa clara y es que definitivamente Roberto es mucho más que mi jefe de seguridad. No me malentiendan, no es nada sexual, pero parece que confiamos el uno en el otro. He mirado todos los videos y debo admitir que algunos en más de una ocasión, por razones recreativas, pues no es solo que en un par de ellos tenga sexo con el tal Richard y eso encienda nuevamente mi cuerpo, sino que me ha fascinado la forma en que interactuamos. Realmente creo que nos
La noche del atentado perdí muchas cosas, entre ellas toda mi documentación, así que aunque ya tengo todos mis papeles y tarjetas en digital, es hora de reclamarlas también en físico, al menos, eso me permite hacer un alto en el tema de los preparativos para la boda.Si antes me sentía sofocada, ahora es mucho peor, pues desde que mamá se enteró de que estoy recuperando mis recuerdos, no me deja sola ni a sol ni a sombra, así que tengo que idear un plan para literal, cansarla y poder hacer algo sola.Organizo una mañana de madre e hija, tan linda yo, ¿verdad?Iniciamos con la visita aun spa para realizarnos un masaje de cuerpo entero e hidratación, nos hicimos arreglar el cabello, así como también las uñas de manos y pies. Por último, logro convencerla de que aunque no tengo un vestido elegido, los zapatos, si o sí, tienen que ser tono crema y altos, así que debe acompañarme a buscar el calzado perfecto.Mi plan es todo un éxito, así que tras unas horas de caminata buscando la perfec
Hay está la mujer que amo, esas palabras hacen eco en mi mente y Richard me mira y sonríe, antes de seguir hablando.—En nuestra siguiente parada, hay alguien a quien quiero que veas, no te preocupes, tu atuendo es perfecto para lo que vamos a hacer.Salimos del restaurante e ingresamos a un vehículo, el cual nos lleva al jardín botánico.—Hace muchos años no visitaba este lugar —afirmo al ver la entrada del lugar, desde la ventanilla del vehículo.—Vamos, algo especial te espera adentro.Muero de curiosidad, todo es tan... extraño y excitante a la vez, aun así, me he encargado de mantener una distancia física razonable con este hombre, pues aunque no siento estar enamorada de Oliver, si es mi prometido, yo acepté a seguir ese compromiso y eso es algo que no me puedo permitir olvidar.Le tomo la mano para bajar del vehículo, pero él no la suelta, todo lo contrario, afianza su agarre y me guía al interior del sitio. Mi mirada se queda pegada en nuestras manos, se siente bien, tan mald
Dormir es algo que me es imposible tras todo lo vivido esta noche. Miles de imágenes luchan en mi cabeza por tomar un orden; cada minuto que pasa, me convenzo más, que esa es la mirada oscura y el olor que mi cuerpo añora. No me gusta que me hablen con superioridad ni que me den órdenes, aunque con Richard es diferente, no siento sus palabras o sus actos como mandatos, sino como si estuviera tratando de marcar territorio y eso me gusta, sería hipócrita de mi parte detestar eso, cuando ahora sé, que soy así también.Por fin está rayando el alba, cuando mis ojos empiezan a pesar. Estoy en el gran salón, con la misma sensación de sofoco, pero ahora, veo colores cerca, aún no los toco, pero si solo estiro mis manos, podré hacerlo.Ya no es solo el camino amarillo, un gran y colorido cuadro en espatulado, llama mi atención en la gran pared del fondo y me siento llena de energía. Logro soltar la mano que me aprisiona y voy directo a las escaleras del segundo piso, en dónde cada peldaño