En el ala oeste de la hacienda, Abigail estaba terminando de ducharse, había pedido a la niñera Carmen que cuidara del pequeño Abelardo en su habitación por unas horas, le comentó que tenía algunas cosas que resolver.

La hermosa Aby se vistió con un lindo atuendo en color beige, un vestido Burberry, cabello suelto y unas zapatillas cerradas, se maquilló en tono violeta oscuro resaltando el hermoso verde agua de sus ojos, en los labios llevaba un nude rosado y al final roció su perfume favorito Versace.

En el otro lado de la hacienda, él varonil y atractivo mafioso italiano, se terminaba de vestir, su traje moderno Armani le calzaba perfecto, puso en su muñeca un fino y costoso reloj que era un diseño exclusivo, peinó su cabello hacía atrás y cuándo estaba por salir, su amigo Donato lo llamó:

—Lukani, se te olvida ésto... Donato sacó una envoltura plateada, se trataba de un preservativo, ¿no querrás sembrar un pequeño Gambino en la joven Montesinos verdad? —preguntó el mano derecha con