El desayuno continuó entre risas de Abelardito que era consentido por sus padres, apenas terminaron, Sasha se volvió de nuevo al despacho, Abigail se llevó al niño a jugar al jardín, pasar tiempo con su hijo le encantaba, pero se le había vuelto costumbre trabajar en los negocios de su familia, se sentía inútil sin hacer nada

Sofía por su parte, estaba por el lado de las caballerizas, le gustaba montar y había venido a buscar un buen caballo, la mansión Diamantis se extendía por varios kilómetros, entonces encontró un lindo caballo negro, lo ensilló y salió con el apenas a trote

Franco que iba llegando a ver un nuevo ejemplar que había nacido, vió cómo la hermosa rubia salió con Polo, así se llamaba el caballo que la chica montaba, casi de inmediato ensilló a otro de los caballos para darle alcance, Polo parecía manso pero a la hora de correr se desbocaba, Sofía estaba corriendo peligro

En el galope, la rubia no se dió cuenta en qué momento alcanzó una alta velocidad, el pánico se apo