2. Primer día.
*****Recordó cada detalle de sus días mientras estaba sentada en su living sufriendo de la soledad que ella misma se causó cuando dejó a Matt.
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Comenzó por el primer día en la ciudad hace años atrás antes de conocer a Matt.
Aquel día prefirió dar vueltas por ahí para no tener que pagar otro lugar donde quedarse, ya que, el dinero era lo que menos le sobraba. Así mató su día entre caminata, silencio y cansada. Su estómago le delataba la falta de comida que necesitaba para reponer energías en su primer día de trabajo.
Recorrió toda la cuadra entera con su mochila puesta, su abrigo y el rostro escondido entre la ropa para ocultarse del frío. Las manos en sus bolsillos, su mirada puesta en las vidrieras que cruzaba caminando y admirando cada detalle de la ciudad. Jamás había estado tanto tiempo fuera, ya extrañaba un poco el calor de la familia y la comida caliente que siempre tenía frente a su mesa. Extrañaba la mirada pérdida de su madre, esa sonrisa enorme de su hermana y el abrazo de su padre sobreprotector. Quizás ya era tiempo de dejar todo atrás pero ella no podía olvidar así de fácil, una lágrima recorrió su mejilla y una sonrisa apareció al comprender que ya era una persona madura como todas con una vida propia por vivir.Quizás a muchos le cuesta soltar, aceptar que hay que avanzar y sí el camino es duro darle pelea porque las batallas más difíciles son las cosas de la vida diaria. Eso siempre entendió, quería una vida propia del cual sacar las mejores y peores etapas pero siempre sosteniéndose ella misma sin ayuda de su familia. Le tocaba vivir como sea pero al fin y al cabo, vivir la vida como era en realidad.Observa el reloj viejo en su muñeca al notar que ya estaba oscureciendo. Esa plaza la estaba disfrutando sola porque por el frío ya casi nadie la visitaba menos a esa hora de la noche, recordó. Se levanta de ese banco que fue su compañero por unas cuántas horas, pone su mochila nuevamente atrás de su espalda y caminó de nuevo hacia el bar.Entra como cualquier persona normal, busca a su nuevo jefe y lo ve dando indicaciones a unas personas. Tan serio, con un carácter fuerte como debe ser cualquier jefe pero a la vez raro para su edad. Delgado, alto y morocho con su cabello corto y su ropa decente para la ocasión. Camina rápido hacia lo saluda tomando su mano —Acá estoy, señor — dice nerviosa.La ve de arriba hacia abajo —Ya veo — dice soltándose del saludo.Limpia sus manos con la ropa, mira todo el lugar y sonríe de los nervios. Jamás había trabajado era la primera vez en su vida que hacia algo así, los nervios le estaban ganando pero siguió ahí de pie frente a su jefe — ¿Cómo empiezo? — pregunta.La señala —No, con esa ropa. Tengo que indicarte cosas — dice caminando hacia la mesa más cercana.Lo sigue por detrás —¿Y qué debo hacer, señor? — pregunta mirándolo.Se acerca, le toma el brazo y la guía hasta las mesas — Debes complacerlo y ellos pedirán tragos. ¿Cómo ganas dinero?— pregunta.Agacha la cabeza tímida — No se — dice nerviosa.—Haciendo que ellos sonrían, se sientan cómodos y que te compren tragos. Asique tienes que darle placer, y que compren bebidas, ¿quedó claro?— pregunta y la suelta.Traga saliva, observa a todos los que entraban por la puerta y se frota las manos de los nervios — Sí, señor — le responde.La empuja suave para que camine— Te mostraré tu lugar para que te saques la ropa y hagas tus cosas, ya sabes — dice señalando el camino.No era tan largo el pasillo que debía atravesar para llegar a una puerta de madera el cual abre Sebastián con sus manos sin pedir permiso. Se queda parada en la puerta mirando todo el lugar, la humedad en las paredes y un espejo enorme frente a sus ojos. Unas cuántas mujeres maquillándose mientras se reían de sus cosas, se queda callada mirando todo y su mochila cae frente a sus pies.Extiende la mano para que se la tome —Les presento a Sam —dice mirándola.Todas las saludan con la mano y sonriendo. Sam hace lo mismo y camina lentamente hacia una silla vacía, deja su mochila y comienza a sacarse el abrigo. Hace una coleta en su cabello y se queda quieta en su lugar.Aplaude para llamar la atención de todas —Necesito que le den ropa y le expliquen las cosas como son aquí, me tengo que ir con un cliente importante — dice cerrando la puerta y quedándose sola con otras personas.Las ve arreglándose mucho, la ropa muy transparente y poniéndose pelucas algunas mujeres. Bebiendo algunos tragos fuertes y fumando cigarrillos.Una se le acerca con una muda de ropa y se la da en las manos — Te quedará perfecto, pruébate esto— dice mirándola.Abraza la ropa a su pecho — Gracias —responde.Comienza a sacarse tímidamente la ropa frente a las demás, lentamente toma lo que le dio otra compañera y se lo pone. Pero se queda paralizada al notar que no era ropa normal de una camarera como creía y se tapa con sus manos — Creo que hay un error —dice con la voz quebrada del llanto.Su corazón le latía a mil por horas del miedo que sentía en ese momento, no era algo que podía manejar y tampoco era la idea cuándo quiso aceptar el empleo. Agarra su abrigo y se pone encima abrazándose con sus propias manos.Se le acerca fumando un cigarrillo — Mi reina, ¿qué sucede? — pregunta.Abre su abrigo —Quería un empleo de camarera pero creo que se confundieron de uniforme —dice volviéndose a tapar todo el cuerpo con el abrigo.Se ríe y escucha a las demás también hacerlo. Apoya su mano en su hombro — Es que así es el uniforme como todas, hay que darle placer a los clientes y hacerle pedir tragos. No es un simple bar, cariño — dice riéndose.Niega con la cabeza y toma su mochila desesperada para irse de ese lugar pero una compañera la frena — Una vez que entras a este club es casi imposible salirse, Sebastián tienes sus reglas — advierte.****
Se cubre su rostro a medida que recordaba su cruel pasado, como había entrado aquel sucio lugar para ser alguien en la vida y no se dio cuenta cuánto daño le haría a lo largo de su presente. Ahora podía sentir lo infeliz que fue en aquella época y no encontraba motivos para sonreír nuevamente.
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3. Antifaz.Siguió recordando sus días de años atrás...Esa noche regreso hasta la silla, se sentó nuevamente con su mirada hacía el suelo y tembló del miedo. Su madre le enseño a no confiar en nada que le pareciera desconocido pero siempre diciéndole que eran locuras hasta que le tocó vivir en carne propia toda la mentira. Ahora se encontraba en un lugar que no era lo que esperaba, había aceptado un empleo que no era así todo por ser tan amable y confiada con los demás sin conocer primero la persona.Se tomó su cabeza con sus manos y lloró en silencio — Perdón mamá —repite varias veces y limpia sus lágrimas rápido.Respira hondo para tranquilizarse, una muchacha se le acerca y la maquilla. Tenía su mirada fija en la pared frente a sus ojos mientras se dejaba hacer cosas y se la
4. Una put* más...Esa misma noche salió del lugar mientras miraba cada tanto para atrás para ver si alguien la perseguía por detrás, estaba más asustada de lo normal y temía estar sola caminando por las calles a esa hora.Ya casi amanecía, se sentía mal y quería buscar un lugar para descansar hasta la noche que le tocaba estar trabajando de nuevo. Un hostel fue el refugio perfecto. Necesitaba aunque sea una buena ducha, algún colchón y nada más. Ese lugar dio a la perfección con el apuro, se instaló re bien y paso el día ahí para después volver a trabajar.Un día tras otro de sufrimiento pero aguantando y aprendiendo de la noche. No debía tomar de los vasos ajenos, debía mantenerse callada y también intentar obedecer cada cosa que le pedían.La música comenzó a sonar,
5. Brandon.Claramente estaba sentada frente a una taza pérdida en el pasado, olvidándose de Matt y de todo lo vivido con él.Regresa al pasado sin darle tregua al presente...En ese tiempo recuerda como Brandon siempre se aparecía en el club, todas las noches sentado en el mismo lugar sin perderse nada y todas revoloteando a su lado queriendo llamar su atención. Tenía su mirada puesta en el escenario hasta que saliera a escena.Bebe varios tragos seguidos, ya habían pasado semanas desde que apareció en la gran ciudad y ya hace varios días que trabajaba para Sebastián. Sentía que de a poco iba conociendo ese mundo y aprendiendo como manejarse de todos esos hombres hambrientos de necesidad.Se había prometido jamás sacarse el antifaz frente a nadie de los hombres que asistían al club nocturno. Acomoda bien su antifaz, cierra y abre sus ojo
6. Anoche te vi.Había visto a Matt en la calle mientras hacía sus compras. No quiso cruzárselo y se escondió dentro de un local, quizás, había arruinado todo pero no tenía cabeza para arreglar las cosas con él. Prefirió esquivarlo, darse tiempo y ver lo que en verdad quería y sentía con respecto al amor.Pide un café, busca su anotador y lee una frase que la hizo volver al principio de su vida, volvió al pasado.*************************************************Ese día en el club notó a "Brandon", todas las noches veía al mismo sujeto sentado en la mesa 2 y observando su espectáculo sin decirle nada.— A veces creo que no podré soporta todo esto, Sebastián. Necesito salir de acá y debes ayudarme — dice mirándolo.Con el correr de
7. Infierno.Únicamente respiraba a su lado, todo el tiempo caminaba aquellas calles para verlo aunque sea a lo lejos para ver cómo estaba. Necesitaba de Matt pero también sabía que quería salvarse a ella misma para poder vivir y amar nuevamente. El pasado la estaba matando, se tapa la boca con sus manos y llora mientras lo ve a él sonriendo al lado de otra mujer.Se había ido de su vida.Se quedo en el ayer.Regresa a su viejo departamento llorando, golpea la puerta y se arrodilla hasta llegar al suelo. Tira el anotador en el medio del living y maldice.La página que queda abierta fue en el título "Infierno".***********************************************29 de abril del 2009, todavía recuerda como si fuese hoy esa fecha. Esa noche de sufrimiento, le tocó bailar como cualquier noche de su vida en aquel entonces.Isabella estaba
8. "Sonrisa".Año 2018.Sale corriendo cuando ve a Matt con otra mujer, llora pero se detiene cuando escucha que alguien la llama por su nombre completo.—Detente — pide.Respira hondo y seca sus lágrimas rápido, se voltea y lo ve a él parado frente a ella — ¿Qué quieres, Matt? — pregunta indiferente.Se acerca más — ¿Cómo estás?— pregunta calmado.Fue lo primero que se ocurrió después de meses de no verla, la tenía frente a él. Había pensado muchas cosas por decirle cuando la viera de nuevo pero cuando la vio así tan de repente se quedó mudo y queriendo abrazarla nuevamente. Dentro de él removió todo de nuevo, se sentía nervioso y con ganas de tenerla cerca a su cuerpo.Se abraza a ella misma — Estoy bien, supongo — responde levantan
9. Errores.Diciembre, 2010...La respuesta de Sebastián fue un sí y pensó que todo tendría solución pero todo fue peor. Pasaron los meses hasta que entendió casi todo pero ya no había marcha atrás de la decisión que había tomado hace mucho. Sin pensarlo se estaba entregando a alguien que no quería, alguien que no amaba realmente y jamás supo cómo hacerlo.Su mirada recorrió todo el lugar decorado, estaba frente al espejo de siempre y su llanto no paraba. Su maquillaje todo corrido por ese llanto al pensar lo que había hecho, se había arruinado de por vida por tomar decisiones apurada sin medir las consecuencias y ahora se veía parada frente a su reflejo más desagradable sin poder dar marcha atrás. Su mano recorre su rostro para limpiar las lágrimas negras de sus mejillas, el espejo le reflejó
Regresa al pasado invierno, y recuerda parte de su vida hasta cuando se flechó con alguien desconocido que le cambió la vida de golpe.Confundió todo sin darse cuenta cuando jamás quiso que pase eso en su vida.Aunque más que una relación, lo que tenía con Sebastián era simplemente un contrato de trabajo para seguir ganando dinero a costa de ella. No le importaba tanto porque quería tener una estabilidad aunque sea un poco en su vida, por eso, soportaba todo y hasta Brandon fastidiándola.Esos meses al lado de Sebastián se transformaron en su maldición, quizás, no debió cometer el error de su vida pero no tenía salida. Le enseñó a sacrificar cosas en la vida para conseguir otras.Los días pasaron, estaba en una cárcel que ella misma no supo como salir, y el invierno le atravesaba hasta los huesos. No se rec